La irrupción ayer de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, en pleno Puerto Banús, en el marco de la investigación judicial por blanqueo de capitales contra Rifaat Al Assad, tío del presidente de Siria, por organización criminal, no interrumpió la actividad del recinto náutico y muchos de los usuarios habituales encajaban con naturalidad la actuación policial.

Es el caso de numerosos taxistas que trabajan en la parada anexa al edificio investigado por la Guardia Civil, el Rey D´Albion, también conocido como el Palacio sirio entre los usuarios del puerto. «Estamos muy entretenidos con tanto ajetreo», comentaba uno de ellos mientras agentes de la Guardia Civil se disponían a intervenir varios vehículos de alta gama estacionados en el aparcamiento de la lujosa construcción, propiedad de los investigados y/o de sus sociedades, y registraba todos los turismos que entraban y salían del recinto. Los taxistas habían visto cómo desde las 7 horas se desplegaba el dispositivo policial compuesto por unos 30 agentes de la UCO.

La familia cuenta en la zona con numerosas propiedades entre hoteles, apartamentos y negocios de hostelería, algo que es conocido por todos: «Son dueños de todo esto», comentaba un taxista en relación a la manzana custodiada ayer por los agentes, donde se encuentra el hotel Benabola o el Hotel Park Plaza, a los que se suman varios locales del entorno.

Los taxistas afirman que los miembros de la familia del presidente sirio tienen viviendas en el lujoso edificio y que son reconocibles cuando pasean por Puerto Banús ya que van acompañados de guardaespaldas.

Numerosos viandantes y turistas que paseaban ayer por las inmediaciones se paraban para observar la actuación policial, sacar fotos con sus teléfonos móviles y preguntar qué estaba pasando.

Es el caso de Naya, una mujer de mediana edad procedente de El Aaiún (Sahara Occidental), que mostraba su alegría ante la intervención de la Guardia Civil. «Esto tiene que llegar hasta el final», comentaba entusiasmada entre el devenir de periodistas, residentes del edificio, transeúntes y curiosos.

Como ella, muchos viandantes se encontraron ayer con la operación en pleno desarrollo, dándose de bruces con el dispositivo policial cuando se disponía a dar su paseo matutino a primera hora de la mañana. Naya añadió que aunque no conoce a los Al Assad, son conocidas las matanzas del actual presidente, por lo que celebró que la Justicia actúe.

En el núcleo de la operación se encontraba así mismo el letrado de los investigados, Rafael Mesa, quien declinó hacer declaraciones a la prensa al encontrarse la investigación bajo secreto de sumario.

Varios trabajadores del restaurante-pizzería Da Paolo, propiedad de los investigados, afirmaron que la Guardia Civil había estado en el establecimiento justo antes de su apertura, alrededor de las 13 horas de ayer, sin que los agentes les comunicasen el cese de la actividad comercial, mientras que un empleado de un bar anexo no se mostraba sorprendido por la operación. «¡Esto es Puerto Banús!», decía.

Por otro lado, varias vendedoras de tiendas de moda del recinto náutico que también optaron por mantener su anonimato manifestaron su sorpresa por la operación policial. «Cuando llegué esta mañana al puerto creía que habían puesto una bomba», comentó una de las vendedoras, para quien es habitual ver a los miembros de la familia Al Assad paseando por las calles de Puerto Banús.

Las vendedoras lamentaron el impacto negativo que supondría para el comercio de la zona el cierre de algunos de los negocios que ostenta la familia Al-Assad, ya que aquí «todos vivimos del ocio», manifestaron.