­La Andalucía profundamente socialista es historia. El resultado de estas elecciones ha dejado al PSOE más lejos que nunca de la mayoría absoluta. Victoria sí, pero muy amarga. Amarguísima, con batacazo que pone su estancia en el Gobierno de la Junta de Andalucía, con sólo 33 escaños, al borde del precipicio. El PP cae, pero más suave y se queda en 26. Ciudadanos duplica sus resultados, hasta llegar a los 21 escaños. Adelante Andalucía se queda en una pobre cifra de 17 escaños. La gran sorpresa de esta cita electoral la da Vox, que irrumpe con fuerza en el Parlamento, alterando lo establecido hasta límites difíciles de imaginar. Con 12 escaños sella su entrada por todo lo alto. Notable, sin duda, si se tiene en cuenta que hasta última hora el partido no tenía claro si acudir a estas elecciones o no. Finalizada la carrera electoral y escrutado el voto, la región amanece hoy con una duda de profundo calado: ¿Quién puede con quién? O dicho de otra manera, ¿cómo se gobierna Andalucía a partir del 27 de diciembre, fecha elegida para que se constituya el nuevo Parlamento? «Esto no es el final. No es siquiera el principio del fin», reza una frase que se atribuye a Winston Churchill, al que tradicionalmente se le cita por encima de las posibilidades, pero que en esta ocasión sirve a la perfección para resumir lo que viene a partir de hoy. La llave, una vez más, la tiene Ciudadanos. Si inclina sus escaños a la derecha, habrá un cambio en la Junta de Andalucía, con un posible Gobierno liderado por Juanma Moreno, sumado a los escaños de Vox. Aunque eso significaría dar a su rival político directo el Gobierno de la comunidad autónoma más numerosa del país. Ahora mismo, esa circunstancia puede ser la última esperanza de Susana Díaz para que Juan Marín dé un giro de 180 grados y apoye a la dirigente socialista. Nada parece indicar que eso suceda. Las primeras palabras de Juan Marín, que compareció junto a su líder nacional, Albert Rivera, e Inés Arrimadas, fueron para anticipar lo que parece que está por llegar: «Hoy es un día histórico para Andalucía. Por fin, abandonamos 40 años de socialismo», coreó ante una masa de simpatizantes eufórica.

Ya lo repitió la candidata Susana Díaz a lo largo de la campaña de forma machacona: a partir del día 3 de diciembre, va «a llamar a todo el mundo». Los teléfonos tendrán que echar humo, eso está claro. Pero puede ser que a Díaz ya no le conteste nadie. La todavía presidenta de la Junta ha perdido la iniciativa por completo y queda relegada a contemplar su propio ocaso. Ahora también tendrá que creer en los milagros y éstos, por lo general, no existen. Y es que al final será lo que diga Ciudadanos. Así se resume en pocas palabras la futura formación del Gobierno en Andalucía. No bastará con simples llamadas y reuniones matutinas en los despachos. Hará falta mucho más para gestionar un escenario tan fragmentado. Aunque la suma PP, Ciudadanos y Vox, con 59 escaños, supera de sobra la barrera mágica de la mayoría absoluta. La voluntad de cambio que comparten las tres formaciones debería evitar que se formen embudos insuperables.

La herencia: ¿Donde dije digo, digo Diego?

Es habitual que los vetos establecidos durante la puja por el voto se aflojen el día después. Pero en esta campaña se han hipotecado tanto las palabras que más de uno se vería obligado a contorsiones políticas que bien le podrían servir para formar parte del Circo del Sol. De antemano, todos los partidos han dejado claro que no contemplan una coalición que incluya al PSOE. El rechazo a Díaz es lo único en lo que se han puesto de acuerdo Juanma Moreno, Teresa Rodríguez y Juan Marín. La entrada de Vox, con 12 escaños, ha alterado todo. Eso, y el desplome del PSOE. Una caída a la que hay que sumar la debacle de Adelante Andalucía, que finalmente se ha quedado varada ante sus expectativas de manera estrepitosa. Como en los peores recuerdos de IU, la campaña electoral ha tenido un efecto embaucador para la coalición de izquierdas. A pesar de llenar las plazas y reventar aforos, los 17 escaños que presenta la coalición en su haber, ni tan siquiera supera los 20 escaños que resultan de la suma de Podemos e IU, cuando cada uno iba por libre en 2015.

PP-Ciudadanos-Vox: Juanma Moreno, ¿presidente?

Es el escenario más directo hacia el cambio histórico en Andalucía. Dentro del bloque de la derecha, Moreno es el candidato más votado. Los 26 escaños del PP, sumados a los 21 de Ciudadanos y los 12 de Vox dan 59 y supera de sobra la mayoría absoluta que está en 55. El escenario de Moreno como presidente y Marín como vicepresidente podría ser una realidad. ¿Queda la duda de si Vox entraría en un Gobierno a tres?

PP-Ciudadanos: Más noes que síes

Un cambio de Gobierno pasa por un voto de apoyo al candidato propuesto. PP y Ciudadanos suman 47 escaños. La suma de votos negativos del PSOE y Adelante da para 50 escaños y valdrían para tumbar la investidura de Moreno.

Cs-PSOE: Un Gobierno de Marín

Exige los votos a favor de Ciudadanos y del PSOE. Marín sumaría 54 síes frente a los 38 noes que opondría, con toda seguridad, la suma de Vox y PP. Un escenario, éste, a no descartar. El candidato naranja ya dejó claro anoche que se presentará a la investidura.