El nuevo presidente andaluz, Juanma Moreno, abrió este viernes su etapa al frente de la Junta, tras jurar el cargo, con el compromiso de mantener una «beligerancia activa» con quienes quieren «trocear» España y reivindicando el «enorme poder» de una Andalucía que no será «sumisa y silenciosa».

En su discurso de toma de posesión, Moreno puso a Andalucía como modelo de «una forma de ser y actuar» que entiende el andalucismo y la españolidad «sin contradicciones» porque «no se concibe lo uno sin lo otro», y advirtió de que defenderán la unidad del país «frente a cualquier embate, por fuerte que sea».

El jefe del Ejecutivo se comprometió a gobernar «de Andalucía para Andalucía» porque él no se debe «a ningún otro interés económico, político o personal», y apeló al legado de quienes fueron «pilares» de la autonomía andaluza, citando a Manuel Clavero.

En un acto que reunió en el Parlamento andaluz a casi un millar de personas, Moreno estuvo arropado por dos etapas del PP, la que representan el expresidente Mariano Rajoy y su número dos Soraya Sáenz de Santamaría, quienes le eligieron para presidir la formación regional, y la del actual líder del partido, Pablo Casado.

Para ellos tuvo palabras en su discurso, poniendo de ejemplo «la altura institucional y el compromiso» del gobierno de Rajoy y Sáenz de Santamaría, y más tarde agradeciendo a Casado su «compromiso»: «Con él comparto generación, principios e ideas».

Precisamente Rajoy, en su llegada al Parlamento acompañado de Sáenz de Santamaría, dijo a los periodistas que el cambio de gobierno es bueno para la comunidad y destacó que Moreno tiene «capacidad, dedicación y experiencia». Por su parte, Sáenz de Santamaría se limitó a decir que el nuevo presidente andaluz «lo hará muy bien», y eludió hacer más declaraciones porque ya dejó la política: «Estoy aquí como amiga».

También estuvieron presentes los expresidentes andaluces Manuel Chaves, José Rodríguez de la Borbolla y Susana Díaz, a la que Moreno reiteró su respeto y deseó «lo mejor en una nueva etapa».

Díaz insistió en que liderará la oposición y aseguró a los periodistas que actuarán como un «dique» frente a la derecha para que «el bloque de involución que se ha formado no se traduzca en recortes de derechos, en desigualdad o en desequilibrios entre los territorios».

En su discurso, Moreno garantizó que el Gobierno andaluz será un «aliado fiel y coherente» del Ejecutivo central, por encima de «diferencias partidistas y batallas personales», ya que considera que «la confrontación institucional ha restado oportunidades». En esa línea, la ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxell Batet, se mostró segura de que el Gobierno de la nación y el nuevo Ejecutivo andaluz conseguirán llegar «a múltiples acuerdos», para lo que prometió «plena disposición».

Moreno también se comprometió a estrechar lazos con otras comunidades ante la mirada de sus compañeros, los presidentes de Galicia, Alberto Núñez Feijóo; de Madrid, Ángel Garrido; de Murcia, Fernando López Miras; y de La Rioja, José Ignacio Ceniceros.

Referencias

El nuevo presidente quiso recordar también a dos de sus antecesores en el PP-A, Javier Arenas y Teófila Martínez, a los que situó como una «referencia política y personal».

El discurso de Moreno tuvo su momento más emotivo cuando recordó a su padre fallecido, que este viernes habría cumplido 78 años. Su intervención terminó con una cita de homenaje a Rajoy: «Mi aspiración es que cuando mi presidencia llegue a su fin, poder decir 'Ha sido un honor dejar una Andalucía mejor de la que me encontré'».