El Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se conmemora hoy, propone estrategias conjuntas entre los sectores sanitario, educativo, social, judicial, laboral y de los medios de comunicación para intentar reducir su incidencia en la población y tras provocar 692 muertes en Andalucía en un año.

La Consejería de Salud y Familias anunció ayer que se suma a la conmemoración de esta jornada, convocada bajo el lema «Trabajando juntos para prevenir el suicidio», para llamar la atención sobre la necesidad de colaborar de forma conjunta entre los distintos sectores para prevenirlos.

El suicidio sigue siendo la principal causa de muerte no natural en España, con el doble de muertes que los accidentes de tráfico, 11 veces más que los homicidios y 72 veces más que la violencia de género, según la Fundación Española para la Prevención del Suicidio, que se basa en los últimos datos publicados por el INE en diciembre de 2018, que están referidos a 2017.

En 2017, fallecieron por suicidio 3.679 personas en España, 10 personas al día; el 75% varones (2.718) y un 25% mujeres (961), y respecto a 2016 suponen un aumento de 110 defunciones.

Aunque el mayor número de suicidios en ambos sexos se produce entre los 40 y los 59 años, el riesgo de suicidio aumenta con la edad, sobre todo en varones, que llega a multiplicarse por siete respecto a las edades más tempranas.

Andalucía se encuentra en el quinto lugar en relación a su población, con 692 suicidios, de ellos un 73% de varones (506) y un 27% mujeres (186), y la tasa por 100.000 habitantes en Andalucía es de 8,27 frente a 7,91 de la media estatal.

La Consejería de Salud explica que el Plan Integral de Salud Mental continúa avanzando en estrategias de prevención que incluyen acciones en distintos ámbitos como el sanitario, servicios sociales, educativo, judicial, laboral y medios de comunicación porque considera que se requieren estrategias integradoras que abarquen el trabajo a nivel individual, de sistemas y comunitario.

La historia clínica digital de salud incluye herramientas que apoyan la valoración del riesgo de suicidio, lo que facilita a los profesionales evaluar el nivel de riesgo y establecer las medidas preventivas necesarias, según Salud.