Historia

Andalucía y los albores del Parlamento

La cámara andaluza despegó con una sesión constitutiva celebrada el 21 de junio de 1982 en los Reales Alcázares

Los 40 años transcurridos desde entonces reflejan la historia democrática de la autonomía andaluza

Sesión constitutiva del Parlamento de Andalucía. | JUNTA DE ANDALUCÍA

Sesión constitutiva del Parlamento de Andalucía. | JUNTA DE ANDALUCÍA / por cristóbal g. montilla

Cristóbal G. Montilla

Cristóbal G. Montilla

A día de hoy, adquiere una dimensión especial la trascendencia de ciertos momentos políticos. De ahí que la historia reciente de Andalucía también ofrezca un espejo en el que mirarse para refrescar hitos que precisaron de un ejercicio sin parangón de consenso, con fuerzas políticas de distinto signos implicadas en ese arte del acuerdo que debería abundar en vez de erigirse en la excepción que confirma la regla.

Sin ir más lejos, el nacimiento del Parlamento de Andalucía destila numerosas postales que lo confirman y remiten a antecedentes en los que se aprecia el diálogo y el debate constructivo como señas de identidad que alimentaron la lucha previa por la conquista de la autonomía.

Para poner el foco en esos albores parlamentarios andaluces ante los que se percibe de dónde viene esta región que se abraza al sur de España, habría que retrasar 40 años esos relojes que explican el paso del tiempo en la política y en la vida misma.

No solo eran periodos convulsos y contagiados por la nerviosa ilusión de una democracia recién estrenada. También fueron épocas difíciles, si se atiende a la falta de medios públicos e institucionales que se palpaba en el desarrollo de esa actividad política que empezó a escapar del lastre de cuatro décadas de dictadura que condicionaba a todo un país.

Sede actual del Parlamento de Andalucía.  l.o.

Sede actual del Parlamento de Andalucía. l.o. / por cristóbal g. montilla

Ese ambiente ‘modesto’ y esforzado salió a relucir, precisamente, en la primera sesión en la que despegó el Parlamento de Andalucía para iniciar la trayectoria como cámara autonómica que se ha alargado hasta ahora.

La ausencia de una sede estable quedó de manifiesto en la Sesión Constitutiva del Parlamento de Andalucía, celebrada el día 21 de junio de 1982 en los Reales Alcázares de Sevilla.

Y la complejidad de la puesta de largo atravesó, precisamente, el discurso del socialista Antonio Ojeda Escobar, que fue el primer Presidente del Parlamento de Andalucía: «Tenemos ante nosotros una labor gigantesca, una obra ingente para realizar […] partimos también de una situación material precaria, pues ni siquiera contamos con los medios mínimos necesarios para cumplir nuestro trabajo, pero tenemos una gran ilusión, una voluntad política firme y un pueblo decidido a ilusionarse y luchar por su autonomía, por solucionar sus problemas y por recuperar su dignidad».

Aquel 21 de junio era lunes. Y la hora fijada para levantar su telón democrático fue las once de la mañana. Entonces, Andalucía y el conjunto de España seguían con expectación el devenir del Mundial de Fútbol de 1982, que puso a los cinco continentes a escrutar a ese país que despertaba de su letargo. Entre las sedes de la competición, había tres estadios andaluces: el malagueño de La Rosaleda y los hispalenses Ramón Sánchez Pizjuán y Benito Villamarín. Además, en un estudio de publicidad de Sevilla se había inventado la mascota del mediático evento: el entrañable Naranjito.

Aquella Sesión Constitutiva era el paso natural que seguía a las elecciones autonómicas celebradas casi un mes antes, el 23 de mayo de 1982. Aquellos comicios pioneros propiciaron que el presidente de la Junta de Andalucía fuese el socialista Rafael Escuredo, quien ya había estado al frente del Gobierno en el periodo preautonómico transcurrido desde junio de 1979, tras suceder a Plácido Fernández Viagas.

De hecho, el PSOE fue la fuerza más votada en las elecciones de las que partió la primera legislatura parlamentaria andaluza. Aunque, entonces, todavía gobernaba en España la debilitada Unión de Centro Democrático (UCD), con Leopoldo Calvo-Sotelo como presidente nacional, en los resultados andaluces se encuentra una antesala del triunfo posterior de Felipe González en las elecciones generales del otoño de 1982.

Reparto de escaños

Así, el PSOE ganó en Andalucía con una mayoría absoluta de 66 escaños sobre los 109 que componían la cámara autonómica. El reparto de los 43 sillones restantes convirtió a la Alianza Popular de Antonio Hernández Mancha en la segunda fuerza política de la región con 17 años. Le siguió en tercer lugar y con otros 15 parlamentarios la UCD, que tuvo como candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía al exalcalde de Málaga Luis Merino Bayona.

La cuarta posición fue para el Partido Comunista, con una candidatura encabezada por Felipe Alcaraz que logró 8 escaños. Le siguió como quinto y último partido en obtener representación la opción andalucista que representaba el Partido Socialista de Andalucía (PSA), cuyo líder era Luis Uruñuela y cosechó más de 150.000 votos que le dieron para tres diputados.

La primera de las papeletas que se quedó sin representación fue la de Fuerza Nueva, ya a años luz pues solo se quedó en puertas de los 35.000 sufragios.

Luego, la primera sesión ordinaria del Parlamento de Andalucía «se celebró el día 30 de junio de 1982, y en ella, tal como ordena el Estatuto, se debatió cuál sería la sede de las instituciones», según se recuerda en la información difundida por la cámara autonómica en su página web.

Como curiosidad de lo acontecido en aquel ágora iniciático, llama la atención que se presentaran dos propuestas, una del Grupo Parlamentario Socialista y otra del Grupo Parlamentario Comunista, y que esta última tuviese que ser retirada «al ser coincidente con la primera».

«El debate no estuvo centrado en cuestiones histórico-políticas, que, como reconocieron todos los portavoces, podrían haber sido esgrimidas con gran peso por varias localidades para reclamar la sede, sino en cuestiones de índole práctica y socioeconómicas, como el peso de los organismos preautonómicos ya instalados y funcionando, la accesibilidad, los servicios, y todo ello sin olvidar la influencia de la ubicación de las sedes regionales de los partidos con representación parlamentaria», se recuerda a modo de crónica que reconstruye el inicio de aquel viaje, que desembocó en la elección del lugar en el que fijaría la ubicación de los principales órganos andaluces para el reparto de los tres principales poderes.

Así, tras el pertinente debate, «la propuesta, con 107 diputados presentes y alguna ausencia notable, fue aprobada por 79 votos a favor, 24 abstenciones y 4 votos en contra y quedó fijada la ciudad de Sevilla como sede del Parlamento y el Gobierno y la ciudad de Granada como la sede del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA)».

Sede itinerante

Aunque Sevilla fue la ciudad elegida para albergarlo, no existía un lugar especificado asignado al Parlamento de Andalucía y su sede se convirtió en una odisea permanente y cambiante antes de establecerse en el edificio que lo acoge actualmente. El Parlamento de Andalucía comenzó siendo una cámara itinerante dentro de la ciudad de Sevilla. Eso sí, desde un primer instante, se iniciaron las gestiones para situar su sede definitiva en su actual ubicación: el Hospital de las Cinco Llagas.

Aunque en un primer momento este había sido el inmueble elegido, para hacerlo posible fueron necesarias una serie de gestiones previas que obligaron a ir variando el escenario de las reuniones de la cámara autonómica durante una década.

Inicialmente, la constitución del Parlamento andaluz y varias sesiones más se celebraron en un marco ebrio de belleza como el que prestaba el Salón de Tapices de los Reales Alcázares hispalenses. Y, posteriormente, las sesiones parlamentarias tuvieron que ser trasladadas tanto al Palacio de la Audiencia Territorial como a la antigua iglesia de San Hermenegildo.

Tras una decena de veladas parlamentarias en los Reales Alcázares, la primera sesión plenaria de las 50 que tuvieron lugar en el Antiguo Palacio de la Audiencia se celebró el 15 de febrero de 1983. El hecho de que la última allí fuese el 27 de noviembre de 1985 da a entender que en esta sede se asistió al relevo de presidentes socialistas que puso al frente de la Junta de Andalucía a José Rodríguez de la Borbolla.

A continuación, la antigua iglesia del ex colegio jesuita de San Hermenegildo, que era propiedad del Ayuntamiento de Sevilla, se erigió en el nuevo Parlamento de Andalucía desde diciembre de 1985 y acogió, por ejemplo, la investidura como presidente de Manuel Chaves. En este escenario se asistió al epílogo de la primera legislatura y al desarrollo completo de la segunda, dado que fue la sede parlamentaria hasta el día 27 de febrero de 1992.

Una jornada después, la del 28 de febrero de 1992, en la ciudad vestida de Exposición Universal, se estrenó el viejo Hospital de las Cinco Llagas -con el pleno institucional del 28-F- como la sede del Parlamento de Andalucía que sigue vigente hasta nuestros días.

Desde aquel día, han transcurrido exactamente 30 años más. Y los más veteranos en estas lides siguen defendiendo que nada habría sido posible sin lo que aconteció en la ciudad malagueña de Antequera el 4 de diciembre de 1978, cuando 11 fuerzas políticas se pusieron de acuerdo para abrir el camino hacia la autonomía andaluza. Por ejemplo, Rodríguez de la Borbolla defiende que el Pacto de Antequera «sirvió de modelo para todo el país, no solo para Andalucía, y sus contenidos fueron asumidos por otros territorios».

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