Sociedad

La población andaluza en riesgo de pobreza se elevó hasta el 38,7% en 2021

Un 45% de los andaluces no puede permitirse ir de vacaciones

Reparto de alimentos en Málaga.

Reparto de alimentos en Málaga. / Álex Zea

EFE

La población andaluza en riesgo de pobreza o exclusión social se elevó en 2021 al 38,7 por ciento, lo que supone la tasa más alta junto con Extremadura, según la Encuesta de Condiciones de Vida que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Ese porcentaje se establece con un nuevo concepto de la tasa AROPE, que mide la población que se encuentra en alguna de estas tres situaciones: riesgo de pobreza, personas con carencias material y social severa, o con baja intensidad en el empleo.

El ingreso medio por persona en Andalucía (referido a 2020) alcanzó los 9.915 euros frente a los 12.269 euros de la media nacional y muy por debajo de comunidades como el País Vasco (15.544 euros) o la Comunidad Foral de Navarra (15.269 euros), mientras que por debajo de Andalucía se encuentra sólo Extremadura (9.500 euros).

Canarias (15,2%), Andalucía (12,5%) y Región de Murcia (11,8%) fueron las comunidades autónomas con mayores porcentajes de personas que llegaban a fin de mes con «mucha dificultad» en 2021.

En Andalucía, un 45,7% de las personas no puede permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año y un 42,4% no tiene capacidad para afrontar los gastos imprevistos.

Asimismo, un 17% de los hogares están afectados por retrasos en los pagos relacionados con la vivienda principal o en compras a plazos.

A nivel nacional, la población en riesgo de pobreza o exclusión social aumentó en 2021 hasta el 27,8%, ocho décimas más que el año anterior.

Según la encuesta, aumentó el porcentaje de población en situación de baja intensidad en el empleo del 10% al 11,6%, que son los hogares en los que los miembros en edad de trabajar lo hicieron menos del 20% del total de su potencial de trabajo durante ese año.

También subió la población en riesgo de pobreza -que mide cuántas personas tienen ingresos bajos en relación al conjunto de la población-, que se situó en el 21,7%, frente al 21% del año anterior.

Por el contrario, se redujo dos décimas hasta el 8,3% las personas residentes en hogares con carencia material y social severa, la que sufren quienes no pueden permitirse comer carne cada dos días, calentar su casa de manera adecuada o afrontar gastos imprevistos.