No llevar una espada, una peluca, unas gafas de esquí, una máscara de un personaje de cómic, una capucha tuneada o unos guates de calavera te hace sentir un tanto raro entre los asistentes de la FreakCon. En el universo que propone esta cita malagueña con la cultura del manga, las series de televisión, el cine más bizarro y los videojuegos, que ayer abrió las puertas de su tercera edición, el raro es el acude de normal, con camisa y vaqueros.

Pero esta circunstancia no impedía a nadie disfrutar del gran ambiente que se respiraba en el Palacio de Ferias, donde todo el montaje de puestos de exhibición, talleres, exposiciones, encuentros y conciertos estaba -y estará hoy- pensado para pasarlo en grande sin descanso. Menores, jovencitos, padres... La edad no es un inconveniente para admirar el trabajo de algunos ilustradores, jugar en máquinas arcade o la PS4, asombrarse de las maquetas Lego o hacerse una foto con R2D2. Hoy estará Jack Gleeson, la gran estrella de esta reunión de frikis que acabarán dominando el mundo. Al tiempo.