Literatura

Sergio del Molino gana el Premio Alfaguara de Novela

El autor madrileño se ha hecho con el galardón con el primer libro de los suyos que es una "novela-novela", que traza la historia de una familia de alemanes instalados en España desde la Primera Guerra Mundial sobre los que pesa una amenaza que proviene de su oscuro pasado

El escritor español Sergio del Molino.

El escritor español Sergio del Molino. / EFE

Jacobo de Arce

Esta vez, la ovación cuando se ha conocido el ganador del XXVII Premio Alfaguara de Novela ha sido de las que no se oían hace tiempo. Básicamente, porque el premio se queda "en casa" (en España), porque se trata de un escritor popular y apreciado por muchos y porque, para más inri, el autor estaba presente en la sala, algo que no ocurría desde 2019 con Patricio Pron. El madrileño residente en Zaragoza Sergio del Molino, con largo recorrido en la no ficción y que acuñó hace unos años uno de los conceptos más afortunados (como mínimo, en lo denominativo) de los tiempos recientes, el de la "España vacía", se ha hecho este jueves con uno de los premios literarios más importantes del ámbito hispanohablante. Y lo ha hecho con la que él mismo considera su primera "novela-novela, novela sin apellidos", ha dicho.

Esa novela sin apellidos se llama 'Los alemanes', arranca en la época de la Primera Guerra Mundial y engarza la historia de España con las mutaciones del nazismo en una trama que encierra oscuros secretos familiares. "Una novela apasionante que pone a prueba la coincidencia de los personajes y pone a prueba la del lector", ha dicho el escritor Sergio Ramírez, que ha ejercido como portavoz del jurado, al presentar al ganador y a su nueva criatura, que llegará a las librerías a finales de marzo.

En el libro, del Molino se adentra en la historia de los 627 alemanes que llegaron a España en 1916 procedentes de la que por entonces era una de sus colonias, Camerún. Para evitar caer en manos de sus enemigos, en Guinea se entregan a las autoridades aprovechando la neutralidad española, y desde allí se dirigen en dos barcos a Cádiz, para acabar quedándose en este país, en ciudades como Alcalá de Henares, Pamplona y Zaragoza, y formar una comunidad que ya nunca volverá a Alemania y a la que se conocerá como 'los alemanes del Camerún'. Hasta aquí la historia real, sobre la que del Molino, poniendo el foco sobre los que permanecieron en Zaragoza, ya había escrito un reportaje largo que se publicó como libro al principio de su carrera, hace 15 años.

Lo novelesco es que, casi un siglo después, los bisnietos de dos miembros de aquel grupo, Eva y Fede, se reencuentran en un entierro familiar. Son el último eslabón de una de aquellas familias, que llegó a formar un importante imperio empresarial relacionado con la alimentación. Pero ese estatus se ve de repente amenazado por el regreso del pasado, marcado por las conexiones del clan con el surgimiento del nazismo. "El pasado siempre está agazapado para hacernos la puñeta y destrozarnos la vida en cuanto nos descuidemos", ha comentado del Molino.

La responsabilidad de padres e hijos

Uno de los ejes que se desarrollan en el libro es la responsabilidad que tienen los hijos sobre lo que hicieron sus padres. "El del legado es un tema que está muy presente en el debate intelectual y político actual: qué culpa tienen nuestros padres de lo que somos". Parafraseando a Schubert, al que dedica un epígrafe del libro, del Molino ha dicho también que "el otro siempre es un misterio, un extraño". "Yo aspiro a que la literatura sea capaz de crear la ficción de que el otro no sea un misterio tan profundo y que podamos ser capaces de comprenderlo", ha añadido. "Sobre todo en este momento de gresca política y guerras culturales".

En un autor que ha practicado sobre todo el ensayo ('La España vacía'), el testimonio personal ('La hora violeta') o la crónica histórico-política ('Un tal González'), y que es columnista habitual en prensa, publicar un libro como este, una novela sin más adjetivos, supone un cierto desvío en su trayectoria, como él mismo ha admitido y, de paso, celebrado. Ha sido Sergio Ramírez quien ha destaco la capacidad del autor para fusionar, en esta ocasión, realidad e imaginación, mientras Juan José Millas ha elogiado otro equilibro de la novela, el de "peripecia y reflexión" que, ha dicho, no es fácil conseguir.

"Este libro es un acontecimiento", ha comentado con entusiasmo Rosa Montero, uno de las miembros del jurado. "Consigues que se haga la magia total de prestidigitación, la suspensión total de la incredulidad. Te crees que te lo están contando unos descendientes reales de los alemanes de Camerún", ha subrayado la escritora, que también ha destacado la capacidad de del Molino para crear una novela coral en la que ha conseguido "una cosa que muy pocos consiguen, y que es que cada personaje tenga su voz, su mundo, su manera de expresarse". "Es una novela de gran delicadeza y complejidad", ha rematado.  

60 años de Alfaguara

El galardón ha sido anunciado en el transcurso de una comida que, por un tema de aforo, este año trasladaba su tradicional sede del Casino de Madrid al Círculo de Bellas Artes. Esta nueva edición del premio coincide con el 60º aniversario de la editorial fundada por el Nobel de Literatura Camilo José Cela, y que a lo largo de estas seis décadas se ha convertido en uno de los principales puentes de la literatura escrita en español a ambos lados del Atlántico.

El premio es el pistoletazo de salida de un año de celebración en el que, como ha dicho la consejera delegada del grupo Penguin Random House al que pertenece Alfaguara, Núria Cabutí, se desplegarán "diferentes iniciativas editoriales para celebrar este gran aniversario". Cabutí también ha aprovechado para recordar a algunos de los nombres que han llevado las riendas del sello: los hermanos Cela, Jaime SalinasJuan CruzAmaya Lezcano y la actual Pilar Reyes.

Las diferentes autoridades presentes en la comida, la Concejal Delegada del Área de Cultura, Turismo y Deporte de Madrid, Marta Rivera de la Cruz, el secretario de estado de Cultura, Jordi Martí o la presidenta del Congreso, Francina Armengol, han glosado el papel crucial de Alfaguara en la cultura española, y en la cultura lectora en particular, del último medio siglo. Armengol ha sido la única que ha mencionado a la censura como uno de los peligros actuales más acuciantes para todo tipo de manifestaciones culturales, también los libros.

Además de Sergio Ramírez, Juan José Millás y Rosa Montero, en el jurado también han estado Manuel Rivas y Laura Restrepo, además de la propia Pilar Reyes, que como es habitual ha participado con voz pero sin voto. Tanto el nicaragüense Ramírez como la colombiana Restrepo son anteriores ganadores del premio, en 1998 y 2004 respectivamente.

Habían sido presentados 800 manuscritos, de los cuales 396 han sido remitidos desde España, 104 desde Argentina, 109 desde México, 93 desde Colombia, 40 desde Estados Unidos, 20 desde Chile, 26 desde Perú y 12 desde Uruguay. Seis fueron los que permanecieron en la selección final, y el ganador fue elegido por unanimidad. Se lleva 175.000 dólares, una escultura de Martín Chirino y la publicación simultánea en todo el territorio de habla hispana.