Fueron fundamentalmente los aficionados del fondo norte los que rompieron el silencio, aunque, en ese breve espacio de tiempo, fueron reprobados por seguidores de otras zonas del campo.

Es de suponer que por la situación creada, el árbitro del partido Athletic Club-Real Valladolid, el valenciano Ángel Ayza Gámez, decidió que no se alargase y recortó el minuto a unos 8 segundos desde que se dieron las últimas palabras por megafonía y pitó el final del minuto.

El Athletic Club acordó ayer que se guardase un minuto de silencio "atendiendo a la recomendación de la Liga de Fútbol Profesional, ante el asesinato perpetrado" el viernes en Mondragón.

Ésta ha sido la primera vez que en San Mamés se acuerda un minuto de silencio por una víctima de ETA. El club siempre había mantenido esa potestad exclusivamente para rendir homenaje a algunos de sus miembros especialmente destacados.

Los últimos minutos de silencio que se recuerdan en el campo bilbaíno fueron en memoria de Javier Uria, entonces presidente, y Telmo Zarraonandia "Zarra", uno de sus jugadores más emblemáticos.