Pablo Martín era la viva imagen de la felicidad nada más terminar el Alfred Dunhill y con el ´Leopardo de Bronce´ entre las manos. Y todavía ayer, un día después de su triunfo, reconocía estar en una nube. Tras cerrar una temporada 2009 marcada por la ausencia de resultados y en la que incluso llegó a plantearse dejar el golf, el domingo Pablo conseguía su primer título como profesional en el circuito europeo en el torneo que abría la temporada 2010. Desde Ciudad del Cabo, donde descansa estos días con su hermana María y el resto de españoles antes de competir desde el jueves en el Open de Sudáfrica, Pablo hablaba para La Opinión de Málaga de su gran experiencia.

–Tras una temporada 2009 muy dura por la falta de buenos resultados, por fin llegó su momento de gloria. ¿Cómo se siente?

–Estoy contentísimo, súper feliz. Fue una semana buenísima, con mi hermana María que también me vio ganar en Portugal: ¡lleva dos de dos! Llegué al torneo sin expectativas de hacer nada así. No me esperaba esto de ninguna manera. Los últimos dos o tres meses han sido de una tensión terrible y con la incertidumbre de si conseguiría o no mantener la tarjeta del circuito. Fue muy duro, una pesadilla.

–Todo ese sufrimiento e incertidumbre, ¿le ha servido para madurar y crecer como jugador?

–Lo he pasado muy mal durante todo el año, por eso estoy tan feliz. Ha sido muy duro y eso no se olvida. Muchas veces pensé ´soy joven, puedo hacer otras cosas pero no puedo ganarme la vida así´. Todo el mundo pasa baches y también eso te curte, tal vez no tendría este trofeo si no hubiese pasado por ello, no lo cambio por nada.

–¿Qué le ha dicho su familia? ¿Y el resto de jugadores?

–Estoy alucinando y agradecidísimo porque he recibido muchas muestras de cariño y felicitaciones. ¡El móvil echa humo! Es una pasada.

–En el torneo fue el líder desde el viernes, pero ¿cómo vivió salir desde la cabeza de la clasificación en la última jornada y teniendo como rival a un jugador de la talla de Charl Schwartzel, que además era el favorito del público?

–Eso no fue nada comparado con todo lo que te he contado de la temporada pasada. Salir de líder un domingo es un lujo comparado con eso. Cuando yo lo paso mal es cuando no consigo hacer menos de 78 día tras día. Lo vivido estos días ha sido un sueño. Además, yo no tenía nada que perder. Para mí, que hace un mes estaba con la calculadora para ver si mantenía la tarjeta, salir como líder ya era una muestra de que algo había cambiado.

–¿Y ha cambiado algo?

–Este año, pese a las adversidades, ha sido cuando realmente me he dado cuenta de que el golf, además de mi profesión, es mi gran pasión. Quiero jugar a este deporte todos los días y donde soy más feliz es en un campo de golf. Además todo lo que he vivido me da una experiencia que me servirá de ahora en adelante. Al final la madurez y la experiencia son importantes porque el circuito es muy duro y las victorias son muy complicadas.

–¿Cómo vivió el último hoyo?

–En el tercer golpe del 18 yo quería tirar un hierro seis al green y mi caddy –James Walton– no me dejó. Llevaba dos de ventaja, yo le decía que quería tirar al centro del green, no estaba nervioso ni nada y él que no, que no. Era un golpe difícil, los greenes estaban duros. Schwartzel, después de irse al rough a la derecha, pegó un tirazo y la dejó para birdie. Mi caddie insistía y yo que no, que al centro del green, y me dice: "Llevo mucho tiempo en el Ladies Tour y tiran a asegurar". Al final, le hice caso y jugué dos veces el sandwedge pero en el segundo la bola salió ´culomono´, botó, pasó la bandera y se fue cuesta abajo. En ese momento se me pasó de todo por la cabeza, pero me dije ´no seas nenaza´. Me dejé un putt de metrillo y medio y pensé ´¡que sea lo que Dios quiera!´. Al final hice el par y valió para ganar.

–Ha escalado 212 los puestos en el ránking mundial y es el primer líder de la Carrera a Dubai. ¿Se ha marcado un objetivo en un año que por cierto es año de Ryder?

–(Risas) La Ryder Cup es un sueño para todo jugador, pero mi día a día tiene que ser ir mejorando y seguir escalando puestos en ese ránking a base de buenos resultados.

–¿Qué le parece el escándalo y la retirada indefinida del golf de Tiger Woods?

–La verdad es que no estoy muy puesto en el tema, pero creo que es una pena todo lo que ha pasado. Éste es un asunto muy delicado y que no beneficia a nadie. Espero que con el paso del tiempo las cosas se calmen un poco.