­La hora de la verdad llegaba por fin para la UMA-Antequera con todas sus opciones intactas en ese último y decisivo partido que le medía a un Valdepeñas con el objetivo ya cumplido y sobre todo conocedor de no depender de nadie para cantar el alirón en casa y ante los suyos.

El Argüelles, que registraba el ambiente de las grandes tardes, era el escenario ideal para que la historia viese al primer equipo antequerano ascender a la máxima categoría nacional. Para ello y para evitar depender de terceros, como Cartagena y Melilla, los hombres de «Moli» restauraron el poder de la autoconvicción para no dar resquicio siquiera a la mínima sorpresa y alcanzar la cima de la satisfacción en base a hora y media de tensiones acumuladas.

Un partido que ya se puso de cara en el minuto dos cuando Claudio acertaba a concretar el primer gran acercamiento al área de Pepote y que después tuvo sus minutos de toma y daca con propuestas de juego mutuas que no se concretaron hasta que llegó el momento determinante del choque.

En un minuto, sendos tantos de Chillo y Javi Sánchez, que sentenciaban el partido (min.15 y min.16). El partido se fue al descanso y justo en la vuelta, Crispi hacía el cuarto ( min.21) y Lucio el quinto ( min.25). Para entonces, el Fernando Argüelles era un hervidero humano y el Valdepeñas entonces decidió introducir al quinto jugador de campo.

A partir de ese momento, el juego ya decayó y fruto de ello se produjo un intercambio en el que de nuevo Crispi y Javi Sánchez neutralizaron los tantos de Kike y Jota para terminar sentenciando con ese expeditivo 7-2, que conducía directamente a Primera División a una UMA-Antequera que vio cómo su público se lanzó a la cancha a celebrar el ascenso nada más pitarse el final del choque por parte de los colegiados y la posterior fiesta.