El Rincón Fertilidad ha demostrado rapidez de reflejos ante los imprevistos y ya ha solucionado el problema que las inusuales bajas temperaturas que están sufriendo Málaga y su provincia de esta semana habían provocado en torno a la disputa este sábado, en el Pabellón Municipal de Cártama (19 horas), del partido de vuelta de la eliminatoria del Last16 de la Challenge Cup ante el Zalgiris lituano, con cuatro goles de ventaja para las bálticas, después del choque de ida jugado el fin de semana pasado en Kaunas.

La cuestión es que la Federación Internacional de Balonmano (EHF) obliga a que los pabellones en los que se disputan partidos de competición internacional tengan una temperatura ambiental mínima de 18º centígrados. La ola de frío que está instalada sobre España desde hace ya más de una semana también se deja notar en Málaga y provincia, de manera que el Pabellón Municipal de Cártama -que no tiene calefacción- no alcanza en estos momentos la temperatura mínima exigida por la EHF para la disputa del partido ante las bálticas.

El club malagueño ha tenido que buscar una solución de emergencia para que el desenlace de la eliminatoria no corra ningún peligro y ha contratado tres bombas de calor de gas, que serán las encargadas de caldear el ambiente para cumplir con la normativa federativa.

Está previsto que este viernes se instalen las dos primeras para las sesiones de entrenamiento que ambos equipos realizarán en la instalación cartameña. El sábado, horas antes del partido, se pondrá en marcha una tercera máquina, para que a las 19 horas esté todo preparado y en orden para que arranque el partido de vuelta de este cruce continental de octavos de final.

El Zalgiris, que llega con un marcador a favor de 28-24 tras el choque del sábado pasado, tiene previsto aterrizar este viernes en Málaga sobre las 15 horas. Tras pasar por el hotel de concentración, se entrenarán en Cártama a las 19 horas, 90 minutos antes de lo que lo haga el Rincón Fertilidad, a partir de las 20:30 horas.

En el equipo malagueño la duda sigue siendo la central catalana Emma Boada, que no jugó el miércoles en Liga por un golpe en el hombro que le hace estar entre algodones, con tratamiento de fisioterapia a la espera de mejorar y de poder estar en las mejores condiciones posibles para la disputa del partido.

El club espera una gran respuesta de los aficionados y que las 500 localidades del pabellón se llenen para apoyar a las malagueñas.