Son muchas las personas que creen que solo los deportistas profesionales pueden trabajar con un psicólogo del deporte, pero esta ciencia llega mucho más allá y a muchas más personas además de los propios deportistas.

La psicología del deporte estudia todo el contexto deportivo y utiliza el mismo deporte como educación y formación. Dentro del contexto deportivo nos encontramos con problemáticas familiares, laborales, escolares o sociales, y dentro de ellas, problemas asociados a la conducta, a la alimentación, al sueño y al descanso, a la gestión emocional, dentro de los equipos, fuera de la competición, etc.

Trabajamos enseñando técnicas psicológicas que ayuden o faciliten la calidad de vida del deportista y aportamos conocimientos sobre personalidad, inteligencia emocional, sociología, liderazgo, comunicación y toma de decisiones.

El psicólogo del deporte puede ayudar a mejorar las relaciones familiares y de pareja (comunicación, inteligencia emocional, personalidad y conducta), también puede ayudar con la gestión de la educación deportiva (descanso, alimentación e higiene) y con la gestión del trabajo y/ el estudio (técnicas de concentración, de estudio, de descanso, de liderazgo, de organización).

Además para la competición, tanto antes como después contribuye a que los deportistas se preparen mejor, compitan con más calidad y luego sean más conscientes de la reflexión a la hora de mejorar y tomar futuras decisiones.

Para los entrenadores también es un apoyo importante a la hora de organizar la temporada en relación a conceptos de grupo e individuales y durante la misma, es importante poner ideas en común para trabajar los roles y sus funciones, evitar las dudas colectivas, acortar las malas rachas, valorar objetivamente lo positivo, trabajar de forma consciente la superación, la agresividad, el control del pensamiento y la actitud en momentos de estrés o de dificultad.

También en temas relacionados con enfermedades y lesiones para alentar, motivar y establecer objetivos realistas que favorezcan la esperanza, la constancia y la superación.

En la retirada deportiva para el disfrute de la última etapa y la preparación de la siguiente con ilusión, seguridad y confianza.

¿En qué momentos podemos considerar trabajar con psicólogos del deporte?

Cuando en la familia han entrado las mentiras, existe poca paciencia a la hora de conversar y la tensión supera a la calma y la tranquilidad.

Cuando el deportista no le gusta que le vean jugar y tiene miedo o a las críticas y/u opiniones de los demás, afectándoles demasiado y arrastrándolas durante un tiempo.

Cuando existen vómitos, obsesiones, insomnio, irascibilidad, descontrol en los estudios, descontrol con la agresividad y la fuerza, falsas excusas y falsas expectativas.

Cuando se ha perdido la ilusión, cuando el miedo acaba bloqueando, cuando los errores pesan demasiado y el carácter se vuelve conformista y derrotista.

Cuando se perciba un problema en la relación entre entrenador-jugador, entrenador-familia y familia-jugador, antes de que la situación se vuelva insostenible.

Para aumentar el rendimiento individual y de grupo a través de la mejora de habilidades atencionales, emocionales, sociales y personales, mejorando la confianza y la toma de decisiones.

Para la rehabilitación psicológica de lesiones duraderas o graves y así recuperar la confianza, el automatismo y controlar el miedo a la recaída.