La gran decisión de Dembélé: el Barça se expone a perderlo

Ousmane Dembélé, a sus 26 años y después de seis temporadas en el Barcelona marcadas por la extrema contradicción de una personalidad indescifrable, está ante una de las decisiones de su vida. El PSG, que continúa empujando a Kylian Mbappé a que encuentre este verano una salida que le impida salir gratis hacia el Real Madrid en un año, ha decidido que su sustituto debe ser el delantero azulgrana. Y Dembélé, pese a su plena adaptación a un vestuario en el que su técnico Xavi Hernández lo idolatra, debe tomar la decisión definitiva.

La cúpula del Barcelona ha comenzado a asumir que no habrá forma de retener a Dembélé. Sobre todo, porque antes del 1 de agosto su cláusula de rescisión es de apenas 50 millones de euros (a repartir entre el club azulgrana y el agente del futbolista). Una cifra que se doblará a partir del 1 de agosto.

Trauma

Ocurre, sin embargo, que Dembélé está tratando de que su salida, de darse, no sea tan traumática como la huida en su día de Neymar, cuyos abogados acudieron a pagar la cláusula maletín en mano. El extremo preferiría un acuerdo negociado entre todas las partes, aunque en el club azulgrana, cuyas relaciones con el PSG de Al-Khelaifi nunca fueron fluidas, no están por la labor de facilitar la salida.

Después de que el pasado sábado el PSG se pusiera en contacto con el Barcelona de manera formal para informarle de que iba a comenzar las negociaciones con el futbolista, las sensaciones en el club azulgrana comenzaron a avanzar hacia el pleno pesimismo. Más aun después de que el agente de Dembélé ya hubiera rechazado una oferta de renovación por cuatro temporadas al entender que las cantidades ofrecidas se alejaban demasiado de sus expectativas salariales.

Luis Enrique

Y el PSG de Luis Enrique Martínez, que acaba de hacerse con los servicios del ex portero azulgrana Arnau Tenas a coste cero después de que el Barcelona no tuviera a bien renovarlo, está convencido de que Dembélé puede ser uno de sus puntales ante la sospecha de que ha alcanzado el punto de madurez adecuado.

Mientras tanto, al Barcelona de Joan Laporta no le queda otra que aguardar, suspirar por que los cantos de sirena de Xavi tengan resultado, y pensar que, si Dembélé opta por marcharse, siempre podrá seguir mirando hacia esa Masia desde donde ya asomó en Dallas el joven onubense Fermín López.