GUERRA EN EL TRANSPORTE

Indignación con Óscar Puente: “Si no sabe hacer rentable el tren, que se baje”

El ministro de Transportes ha amenazado con denunciar a Ouigo ante la CNMC por sus bajos precios "desleales"

Paneles informativos en la estación de Sants, en Barcelona.

Paneles informativos en la estación de Sants, en Barcelona. / EFE

David López Frías

Es festivo en Barcelona, pero la actividad en la estación de Sants es frenética, como cualquier otro día. Da igual que sea laborable o no: el trasiego de viajeros es enorme, especialmente desde que bajó el precio de los billetes de los trenes de alta velocidad. 

Sus usuarios están, en su mayoría, al tanto de la intención del ministro de Transportes. Óscar Puente está decidido a denunciar a la compañía francesa Ouigo por bajar los precios de sus billetes. Y todos comparten indignación por estas intenciones.

“No tiene sentido. Ahora que los precios son razonables, se lo quieren cargar. Parece que en este país no podemos tener algo bueno demasiado tiempo”, se queja Javier, un usuario habitual del trayecto Madrid-Barcelona. “Viajo a Barcelona al menos una vez al mes por temas familiares. Cuando sólo estaba Renfe, me arruinaba. Los precios eran abusivos. ¿Quiere volver el gobierno a eso? Eso no es mirar por la gente”, lamenta.

Alicia era una habitual del puente aéreo entre Madrid y Barcelona. Realiza a menudo el trayecto por cuestiones laborales que no especifica, pero asegura que “iba en avión porque salía más barato que el AVE. Ahora voy en tren porque, con la competencia, los precios son asequibles. Casi siempre con Ouigo. Contamina menos que el avión y todo eso, comodidad y tal por no tener que hacer check in. Pero el factor principal en mi caso es el precio. Si los suben, demuestran que no les importa nada el tema ecología con el que tanto insisten. Si encima van a prohibir los vuelos interiores, también demuestran que tampoco les interesa el bolsillo del ciudadano”, señala. 

Ella reconoce “haber comprado billetes a menos de 20 euros” e insiste en el concepto de “sostenible. Si tanto nos insisten desde el gobierno en lo del transporte sostenible, deberían fomentarlo más y no poner trabas”.

Familias

Rosa y su familia vuelven a Córdoba tras pasar la Semana Santa en Barcelona. Para ellos no hay billetes baratos, porque sólo tienen la opción de viajar con Renfe. No dicen lo que les ha costado cada billete, “pero son carísimos. Para viajar los cinco (ella, su marido, su suegro y sus dos hijos) nos ha salido por un pastón. A este precio, pasará mucho tiempo hasta que volvamos a viajar. Ojalá hubiera Ouigo de ese para ir a Córdoba”.

De momento no hay intención de la compañía francesa de llegar a Córdoba, pero sí del ministro de ponérselo difícil. Óscar Puente ha reconocido que valora denunciar a la compañía gala ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por su política de bajos precios de derribo, a la que considera “prácticas profundamente desleales”. 

“Protegiendo a Renfe estoy protegiendo todo el transporte ferroviario”, ha sentenciado Puente, argumentando que estos precios son “insostenibles”. El ministro expresó en una entrevista en Onda Cero “que inicialmente iba a ser una competencia sana se convirtió en guerra desde el primer día, fundamentalmente por la compañía francesa, que ha arrastrado a los otros dos competidores”.

Rentable

Miquel, que es un diseñador gráfico freelance barcelonés y viaja a Madrid constantemente, discrepa del ministro. Él alterna Ouigo e Iryo en sus viajes. Evita Renfe por su carestía y va más allá: “Sí que estoy al tanto de lo que ha dicho Puente y estoy indignado. He leído que dice que los operadores más baratos tienen que equipararse a los más caros y eso es un sinsentido. Dice que no son rentables. Si no sabe hacer rentable el tren, que se baje. Él es ministro y se supone que es su trabajo hacerlo rentable. Si hay compañías que pueden hacerlo, su obligación es conseguirlo”.

Esta palabra, “rentable”, es la que choca a muchos pasajeros: “Se supone que el transporte rápido y no contaminante es una obligación del gobierno, no un negocio. No entiendo que aquí entren en si es rentable o no. Debería serlo, porque ahora viaja mucha más gente. Pero tampoco debería ser el objetivo de un gobierno, hacer negocio con la gente”, explica una usuaria de Iryo que no da su nombre y suele viajar a menudo a Valencia. 

Ni uno solo de los pasajeros consultados entiende la medida. Sara no es habitual en este trayecto. Al contrario, “es la primera vez que voy a Madrid en tren. He ido a visitar a una amiga por Semana Santa. Me costó 30 euros la ida y 28 la vuelta. He viajado porque ahora, con estos precios, puedo. Si los vuelven a subir, pues ya no iré más”, cuenta, ajena a las intenciones de Puente.

Lo que todos tienen claro es que “la estación ahora está llena de gente en la parte de los trenes alta velocidad. Eso antes no pasaba. Eso significa que, a estos precios, la gente viaja”, comenta el guardia de seguridad de la estación de Sants. Aunque para él es más trabajo, “también soy usuario y me interesa. Todo lo que sea mejorar y bajar precios, es bueno”.