Profesores, antiguos alumnos del colegio San Estanislao de Kostka y responsables políticos convirtieron ayer la concesión de la Medalla de Oro de la Ciudad en un acto alejado de formalismos y lleno de recuerdos emotivos.

El colegio, nacido en 1882 en una finca del Palo, ha formado en estos 125 años a 15.000 alumnos. En el turno de discursos de los portavoces de los grupos municipales, Pedro Moreno, de Izquierda Unida, recordó ese trabajo intenso del colegio, así como la "inteligencia, tesón y amor por la justicia" de la mayoría de los jesuitas, recordando las figuras del padre Llanos e Ignacio Illacuría.

El portavoz socialista, Rafael Fuentes, señaló el empeño del centro en formar "ciudadanos libres" y también tuvo palabras para algunos profesores muy queridos por los alumnos como Eugenio Vargas Machuca, el padre Ruiz Andreu, Manuel Ramírez, Fernando Rueda o Enrique Ruz, así como la "valía profesional" de una larga lista de colegiales.

Carolina España, portavoz del grupo popular, evocó como ex alumna el tiempo inolvidable pasado en el colegio, al que calificó como "uno de los grandes activos de Málaga". La portavoz resaltó "la luz de la ilusión que entra por las ventanas de la ciudad" con este galardón, en unos momentos en los que la barriada de El Palo llora el asesinato por la banda terrorista ETA de su vecino, el guardia civil Juan Manuel Piñuel (ex alumno del colegio, como recordó el director del centro, Antonio Pascual).

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, cerró la intervención de los portavoces con palabras emotivas, en las que puso de ejemplo de alumno del colegio San Estanislao a Salvador Almagro, responsable de la ONG ´Madre Coraje´ y presente en el acto, que ya tuvo la suerte de celebrar el medio siglo de vida del centro y los sucesivos aniversarios.

De la Torre declaró que la "educación integral ha sido un logro del colegio de El Palo y los jesuitas". Los aplausos resonaron en el Salón de Plenos con la imposición de la Medalla de Oro de la Ciudad al director del centro Antonio Pascual, en nombre de la institución.

San Ignacio. Con la voz cargada de emoción por ser el portavoz de 125 años de historia, agradeció la distinción, resaltando el lema del colegio:"Formar hombres y mujeres para los demás, reflejo de la visión que San Ignacio hace del Evangelio: amar y servir". El director se ´saltó el protocolo´ entregando al alcalde un libro realizado por los 1.500 alumnos con reflexiones sobre lo que pueden aportar a su ciudad. Un último gesto de servicio de un colegio que ayer recibió cariño y aplausos.