Las ejecuciones hipotecarias, el embargo de una propiedad para su venta tras el impago de una hipoteca, aumentaron un 9,3% al cierre del año pasado con respecto a 2013, hasta 119.442, de las que más de 70.000 fueron sobre viviendas (34.680 de ellas de uso habitual, un 7,4% más), según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En Málaga, el 2014 registró 5.741 ejecuciones hipotecarias, de las que 3.736 correspondieron a viviendas (el 65% del total).

Los datos revelan que la mayor parte de los pisos sobre los que se inició la ejecución hipotecaria en Málaga eran de segunda mano (más de un 70%). Algo más de la mitad (en concreto el 52%) fueron en pisos propiedad de personas jurídicas, por ejemplo promotores, mientras que el resto correspondieron a particulares. Lo que no desglosa el INE a nivel provincial es cuántas de esas viviendas eran de uso habitual por parte de sus propietarios.

El subsecretario del Ministerio de Economía, Miguel Temboury, señaló que la mayoría de las ejecuciones correspondían a hipotecas constituidas en la época de la burbuja inmobiliaria. Temboury añadió que muchas de las ejecuciones hipotecarias no acaban necesariamente en la pérdida de la vivienda. En lo que respecta al número de ejecuciones sobre el total de hipotecas, el Ministerio dijo que la tendencia en este último año es «decreciente y alentadora».