El portavoz del grupo municipal Málaga para la Gente, Eduardo Zorrilla, se ratificó ayer en sus declaraciones respecto al proyecto de construcción del hotel de Moneo en la zona de Hoyo de Esparteros de la capital malagueña. Fue en el acto celebrado en los juzgados con motivo de la demanda de conciliación interpuesta por la promotora del proyecto, Braser, requisito previo para poder presentar una querella por injurias graves y con publicidad contra este responsable político.

A la puerta de los juzgados malagueños, ante un nutrido grupo de personas que acudió a apoyarlo, como el coordinador local de la coalición, Francisco Guzmán, Zorrilla aseguró que las manifestaciones realizadas en los últimos años y meses sobre este asunto, tanto en el Ayuntamiento como ante los medios de comunicación, las realizó como representante público, como «un cargo electo que se debe a sus votantes». El edil de la coalición de izquierdas entiende que su compromiso es el de «defender un programa, que es un contrato con la ciudadanía», que implica «oponerse de forma clara a un modelo urbanístico especulativo y defender el patrimonio artístico, cultural e histórico de Málaga».

Del mismo modo, el portavoz de la formación de izquierdas añadió que todo lo manifestado por su grupo «es verdad y puede ser verificado», ya que están acreditados en los expedientes municipales «los incumplimientos de la promotora con el Ayuntamiento», así como que «constan en el Registro de la Propiedad embargos» sobre bienes. «También es evidente la incapacidad de la promotora de poner en marcha el proyecto desde que se aprobó en 2012 el PEPRI que le permitía desarrollarlo y hasta el momento», apuntó.

Zorrilla señaló que «la amenaza de querella responde a un intento de amedrentar a la oposición en su conjunto, aunque dirija la acción judicial contra mi persona» y dijo que se presenta contra Málaga para la Gente «porque somos la piedra angular de la oposición a este proyecto», con un «un discurso coherente», respaldado por el resto de grupos.

El edil detalló que no han tenido intención de difamar la actividad profesional de ningún promotor, pero sí «de criticar un concreto proyecto urbanístico que consideramos una muestra de un modelo especulativo y del urbanismo del pelotazo, además de depredador del patrimonio artístico, arquitectónico y monumental de Málaga», según indicó Zorrilla.