A Alberto Garzón, como le pasa a Julio Anguita, su padre político, no le gustan los selfies. Pero es el precio a pagar por la osadía de pasear por la calle Larios en plena Feria de Málaga y él lo acepta de buen grado. Antes, atiende a La Opinión. Una entrevista, en la antesala de su baja por paternidad, para repasar la actualidad.

¿Cómo valora los primeros dos meses del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez? ¿Se arrepiente de haber apoyado la moción de censura a Rajoy?

Estoy contento por una parte. Ha significado echar al PP y a todo lo que representa, que no es sólo la corrupción. Es el autoritarismo, la ley mordaza, los recortes, etc. Por otro lado, soy escéptico. En lo que compete a mi especialidad, que es la economía, el PSOE se está comportando, prácticamente, igual que el PP. Hemos apoyado que se vaya Mariano Rajoy, pero también queremos que se vayan sus políticas.

¿Fue un error abstenerse en la aprobación de la nueva senda del déficit que negoció Calviño con Bruselas? Al final, se le ha ahorrado al PP el trago de tumbarla en el Senado.

No. El techo de gasto que presentó el PSOE es un techo de gasto más bajo que el de 2015. El del 2015 lo presentó el PP y el PSOE votó en contra porque le parecía bajo. Y ahora han presentado uno más bajo aún, cuando la economía está más fuerte. Aquí hay una tendencia de querer reducir lo público. Que en determinados contextos nosotros lo podemos ver con más flexibilidad, sí. Pero tiene que haber un contexto de negociación integral. Si el PSOE, por ejemplo, está dispuesto a derogar la reforma laboral, nosotros estamos dispuestos a ser más flexibles con el techo de gasto.

¿Cree que el papel que ejerce Unidos Podemos en la oposición ha cambiado o debe hacerlo de ahora en adelante?

Creo que hay más oportunidades. Y eso se palpa en la gente progresista de este país, que tiene más esperanza de transformación. Lo que ha sucedido con el PP ha sido dramático a todos los efectos. Pero, al mismo tiempo, nosotros tenemos muy claro que nuestro papel es de oposición de izquierdas. Nosotros vamos a apoyar a todas aquellas leyes que benefician a las familias trabajadoras.

Cuanto más se fuerce la oposición a Sánchez, más se hará notar su debilidad. ¿Cómo se gestiona esto?

Hay ahora mismo una alianza plural y heterogénea en el Congreso, que permite que hubiera cierta estabilidad. Los partidos que apoyamos la moción de censura podríamos seguir apoyando una hoja de ruta. El problema es que el PSOE no está en eso. Está más por la labor de presentar cosas y ver si consigue las mayorías o no. Y eso es muy arriesgado.

¿Cree que se podrá agotar esta legislatura, tal y como sostiene Sánchez?

Va a depender de muchos factores. Uno muy importante es el juego parlamentario. Políticamente, es muy deseable que se agote la legislatura.

¿Los Presupuestos para 2019 se pueden aprobar?

Yo creo que sí. Sólo que van a requerir de mucha negociación. Es lógico. El PSOE tiene a 84 diputados. El resto de partido que le apoyamos, somos más. Negociar significa ceder en algunas cosas e incluir otras. Y eso también lo aplico a nosotros. Yo lo veo como una oportunidad.

¿El PSOE está con las manos atadas?

No está con las manos atadas. Yo creo que esto es algo a lo que nos tenemos que ir acostumbrando. En el resto de Europa es muy habitual que haya gobiernos en minoría. Insisto, es el juego parlamentario. Pero en nuestra cultura política no estamos familiarizados todavía con el entendimiento y el diálogo.

El Aquarius desembarcó este jueves en Malta y los 141 migrantes a bordo se han repartido entre seis países, incluida España. ¿Esta acción conjunta debe ser la solución al fenómeno migratorio?

La acción conjunta de Europa debe ser la respuesta. Lo que ocurre, es que no deja de ser irónico que se haya tardado tanto en repartirse a 141 personas. Estamos hablando de una magnitud muy reducida, que si uno la vende como un pacto europeo, lo que está haciendo es vender su debilidad. Necesitamos un pacto mucho más ambicioso. Cuando vengan 141 más, ¿qué va a ocurrir?

¿Teme que el discurso antiinmigración acabe calando en España?

Tengo claro que el PP y Ciudadanos están intentando subir a la ola de la extrema derecha europea. En el año 2015, llegaron más de cinco millones de personas a toda Europa. Cuando uno analiza las cifras en frío, comprueba que no hay motivos para ningún tipo de alarma. Pero hay un PP y un Ciudadanos que creen que es rentable lanzar el discurso del odio. Eso es muy peligroso en términos democráticos y es algo que debemos abortar. Como no hay motivos reales, estamos ante una construcción interesada de la realidad por parte de estos partidos.

A día de hoy, ¿es imposible articular políticas conjuntas entre los partidos en España para un asunto tan sensible?

Por ser honesto, es muy difícil. Tenemos a dos partidos, PP y Ciudadanos, que están en una política xenófoba y clasista. No creo que la inmigración sea un problema. Es un fenómeno que va a seguir ocurriendo. Tanto si se ilegaliza como si no. Nosotros hemos sido inmigrantes. Los italianos han sido inmigrantes. El mundo funciona así.

Parece que existe la misma imposibilidad de llegar a acuerdos sobre el acercamiento de los presos de ETA.

El PP y Ciudadanos compiten en el espacio electoral de la derecha y ahora mismo están en una carrera por ver quién es más de derechas. Yo lo he comprobado. Diputados que en privado te dicen que se están diciendo barbaridades en público. Es una carrera que no se puede controlar porque el primero que frena, pierde.

¿Cuál es la postura de IU ante los acercamientos de presos de ETA?

Hay que hacer un ejercicio de pedagogía ante la sociedad y explicarle a la gente que las personas que están presas tienen derechos. Y que es justo eso lo que nos diferencia de los, en muchos casos, viles asesinos. El hecho de que a un preso se le acerque a donde está su familia, y se evita así que un menor de edad se tenga que desplazar a más de mil kilómetros para ver durante 15 minutos a su padre, mejora la condición humana y democrática de nuestro país.

¿Es partidario de sacar de la cárcel a los políticos catalanes?

Yo creo que nunca deberían haber entrado. Es una anomalía democrática que haya personas que, sin estar todavía condenadas, estén en una prisión provisional por el tipo de delito del que se les acusa. Determinadas instancias judiciales, aquí incluyo al juez Llarena, están haciendo una lectura reaccionaria de lo que sucedió el 1 de octubre.

¿Eso significa que usted no respeta la instrucción del juez Llarena?

No se trata de respetar o no respetar. Al final, yo me dedico a otro ámbito. Pero creo que la democracia consiste en que el sistema judicial controla los excesos del sistema político y el sistema político tiene que controlar los excesos del sistema judicial. El juez Llarena está dejando en muy mal lugar a la justicia española.

El contacto entre el Gobierno de España y el autonómico de Cataluña se ha retomado. ¿De verdad sirve de algo esta comisión bilateral?

Los gestos son muy importantes. Yo he estado hablando con Sánchez hace dos semanas y estuve con Torra hace un mes. Trabajamos para que haya un diálogo. Diálogo no significa que haya negociación. Primero normalizas relaciones y luego ya empiezas a ver si hay espacios de entendimiento. Esto parece muy modesto. Pero en el momento en el que nos hemos encontrado, de tanta tensión, son avances muy importantes.

Cuando ha hablado con Torra, ¿él le ha mostrado su disposición para acercar posturas?

Muestran disposición al diálogo. Todos. Cosa que es muy importante porque con Mariano Rajoy eso ni siquiera era imaginable. Eso es un avance. A mí, me parece insuficiente. Me gustaría entrar en la segunda fase, que es la de poner propuestas sobre la mesa. Nosotros tenemos la nuestra: la república federal.

¿No teme que los partidos de izquierdas en Cataluña queden diluidos por los movimientos políticos de Puigdemont desde Bruselas. La Crida Nacional pretende absorber a todos el soberanismo, ERC incluida.

Puigdemont se equivoca en esa estrategia y así se lo he dicho. Es, simplemente, correr hacia un lugar en el que no sabes dónde vas a estar. La izquierda tiene que estar muy lejos de un proyecto unilateral de independencia. La izquierda en la que yo creo es una izquierda internacionalista.

¿Se puede ser de izquierdas y nacionalista al mismo tiempo?

La historia nos demuestra que hay gente que se considera de izquierdas y nacionalista. La izquierda en la que yo me identifico no es nacionalista. La verdadera diferencia es la que existe entre ricos y pobres. Entre clases trabajadoras y rentistas.

¿Veremos a Franco fuera del Valle de los Caídos en lo que queda de 2018?

Pedro Sánchez me ha dicho que sí. Nosotros creemos que es un gesto necesario, pero ha de ser completado con una ley de memoria histórica nueva que corrija las deficiencias de la del 2007.

¿Cuál es la política tributaria que defiende IU? Unidos Podemos le acaba de pedir al nuevo Gobierno que negocie una subida de impuestos con Bruselas.

Las grandes empresas pagan de tipo efectivo un cinco por ciento mientras que una persona normal paga del 15 al 25 por ciento. Eso es profundamente injusto. Si nosotros subimos los impuestos a las grandes empresas, habrá más dinero para sanidad, educación y prestaciones sociales, además de para estimular la economía.

¿Tocaría el IRPF?

El IRPF, en el caso de que se tocara, algo que no descartamos, sería en los tramos superiores. Hablamos de gente que cobra al año más de 300.000 euros. Sólo afectaría a grandes fortunas.

¿Las empresas saldrían de España?

No. Ese es el relato ideológico del liberalismo, que dice que las grandes empresas se van a ir. No es cierto.

¿Unidos Podemos, como herramienta para las próximas elecciones generales, ha quedado superada?

Tenemos que ir corrigiendo muchas deficiencias. Creo que lo estamos haciendo y eso ya se ha visto en los acuerdos a los que hemos llegado con Podemos para las autonómicas y las locales. Es importante que se entienda que Unidos Podemos es un espacio de confluencia entre Podemos e IU y muchos más. Y cada uno tiene su autonomía. Es una fórmula correcta, independientemente de cómo se llame al final. Todos van a reconocer que ahí está IU.

¿La confluencia con Podemos es inapelable?

En un momento en el que crece la extrema derecha, que vemos como se replica en España, la izquierda tiene que trabajar por la unidad. Todo lo que no sea trabajar para la unidad es darle facilidades a la derecha.

¿Usted será el candidato a presidir el Gobierno?

Estamos abiertos a todo. Cuanto más democrático sea el proceso, mejor.

¿Este candidato debe salir de unas primarias cruzadas entre Podemos e IU? En Andalucía se ha optado por esta fórmula.

Sin ser la panacea, es un mecanismo positivo y deseable.

¿El Gobierno de Portugal es para usted un espejo en el que mirarse?

Es una experiencia positiva. La derecha ha caído en Portugal y el actual Gobierno ha elevado mucho el gasto social. Incluso, en contra de la política de austeridad impuesta por la Unión Europea. Pero eso ha requerido que el Partido Socialista se sienta con los partidos a su izquierda en una mesa y les pregunte: ¿Qué queréis que hagamos? Eso no lo ha hecho el PSOE todavía en España.

El final de la entrevista nos lleva al tradicional programa, programa, programa.

Es que al final eso es nuestra política. Nosotros no queremos entrar en el Gobierno per se.

En corto

¿Habrá un adelanto electoral en Andalucía?

El PSOE-A está viendo el adelanto electoral en función de su propio interés electoral. Eso es malo. Si el viento le es favorable, Susana Díaz adelantará.

¿Es partidario de que Antonio Maíllo sea el número uno de la candidatura de Adelante Andalucía?

Lo importante es el proyecto político. Van a ser los militantes quienes decidan eso. Pero estoy convencido de que Teresa y Antonio forman un binomio espectacular. Apelan también a sectores diferentes. Diría que son distintos, pero complementarios. Que sea lo que digan las primarias.

En un documento ratificado por las direcciones regionales de IU y Podemos se descarta al PSOE como actor político a tener en cuenta. ¿Eso también descarta la posibilidad de un acuerdo postelectoral con los socialistas? ¿Teme una unión entre el PP-A y Ciudadanos?

Eso son futuribles. De lo que sí hablamos es de algo que sabe todo el mundo. Susana Díaz es la derecha del PSOE. Es la que quitó a Pedro Sánchez para que Mariano Rajoy gobernase. Es la que gobierna con Ciudadanos en vez de hacerlo con la izquierda. Con ella nos será muy difícil construir un espacio de cambio. En España esto ha sido distinto. Pedro Sánchez ha estado dispuesto a hablar con la izquierda para desalojar a la derecha. El PP y Ciudadanos van a querer replicar la alianza de la Comunidad de Madrid en Andalucía. Un acuerdo de derechas.

¿Le queda tiempo para seguir la política local de Málaga?

Sí. Tengo a toda mi familia aquí y cuando puedo me bajo. Lógicamente, me entero de lo que está pasando.

¿Cree que se debería incluir a Málaga Ahora en esa confluencia que ya se está fraguando entre Podemos e IU? En septiembre tienen ustedes previsto intensificar las negociaciones.

Los procesos están abiertos todavía. Somos conscientes de que hay tres espacios políticos en el Ayuntamiento. Ya tenemos un acuerdo marco con Podemos y vamos a trabajar para que todos vayamos a las elecciones municipales de forma unida. No digo que se vaya a conseguir porque las cosas son difíciles. Pero cuanto más unidos estemos, más posibilidad habrá de lograr un cambio en Málaga.

¿Le gustaría ver a Eduardo Zorrilla como candidato a la alcaldía?

Es una extraordinaria persona y tiene un perfil muy cualificado. Pero habrá más. Otra vez, dejemos que sea la militancia quien decida a través de unas primarias cruzadas.

Es usted alguien que ha demostrado ser perseverante en sus ideas. Su último libro se titula Por qué soy comunista.

Tenemos que ser conscientes de que las familias trabajadoras de nuestro país sufrimos precariedad y explotación laboral. Sólo hay que darse un paseo por los chiringuitos de Málaga para ver de lo que hablo. Y eso es consecuencia de un sistema. Es la lógica de un sistema que aumenta la distancia entre ricos y pobres. Como creo que eso es injusto y hay que cambiarlo, me considero un comunista. Quiero cambiar esa realidad y construir un mundo más justo. Donde la sanidad y la educación sean pública. Pero no sólo eso. Garantizar el acceso a todos los bienes básicos. Eso, en abstracto. Luego, hay que bajar a las calles, a las luchas concretas.

¿A qué político del PP invitaría a un mojito en el Rincón Cubano (caseta del PCE en la Feria de Málaga)?

No podría dar un nombre. La situación está bronca. Pero me podría tomar un mojito con cualquiera. Pero si viene alguien del PP, que pague. El Rincón lo mantiene la militancia.