Málaga capital cuenta con en torno a 400 quioscos y una parte de ellos están cerrados debido a la crisis que atraviesa el sector. Ahora, el papel de estos quioscos está siendo redefinido entre la asociación que los agrupa, Akima, y el Ayuntamiento de Málaga, con el fin de acceder a la venta de nuevos productos, dar servicios que hasta ahora no prestaban y llegar a ubicaciones en las que, hasta ahora, no estaban presentes. La edil de Comercio y Vía Pública y portavoz del grupo municipal del PP, Elisa Pérez de Siles, asegura que una de las líneas de trabajo que maneja el equipo de gobierno para mejorar la competitividad de estos empresarios es introducir mejoras fiscales o la reducción de la tasa que pagan al Consistorio, lo que se llevará en las próximas ordenanzas fiscales que se aplicarán en 2020.

El pasado lunes, en la Comisión de Economía del Ayuntamiento, se aprobó parte de una moción del PSOE en la que, entre otras cosas, se insta al Ayuntamiento a informar de forma previa a la recepción de solicitudes de nuevas licencias de cara a facilitar los trámites administrativos que deben realizar los beneficiarios de las convocatorias para regentar un quiosco; y, en segundo lugar, también se insta al Consistorio a estudiar la introducción del artículo 1 de la Ordenanza reguladora de quioscos y otras instalaciones similares en vía pública nuevos elementos que puedan ser objeto de venta en los quioscos con el objeto de permitir diversificar la actividad.

Pérez de Siles recordó que ya se está trabajando en el sector en ambos sentidos. En relación al primero de los puntos, señala la edil que las bases de todas las convocatorias «están publicadas y se informa en ellas de todos los requisitos una vez el solicitante resulta adjudicatario de la licencia. Asimismo, en el servicio se presta la concreta información que se quiera obtener a todos los ciudadanos y en la propia solicitud se recogen todos los condicionantes de autorización, ofreciendo un trato personalizado a cada interesado que lo requiera».

En relación al segundo punto, considera Pérez de Siles que «dada la situación de cierre de muchos quioscos, es prioritario eliminar mediante revocación los ya existentes y proceder con la ampliación de actividades viables en dichas estructuras a los que ya ejercen la actividad, liberar el espacio público de aquellas ubicaciones ocupadas con estructuras que no son viables económicamente es uno de los objetivos de esta legislatura».

No obstante, ello se hará mediante concurso público, facilitando nuevas ocupaciones, además de impulsar los cambios de titularidad y extinguir las licencias en desuso. En algunos de los últimos procedimientos de adjudicación de quioscos abiertos, de las nuevas ubicaciones urbanas sólo se han cubierto dos. Por ello, lo importante para este servicio «es que los titulares actuales que están ejerciendo la actividad puedan ampliar la prestación de servicios y eliminar concesiones que no están siendo usadas, y proveer lugares de negocio en ubicaciones nuevas que realmente requieran de la presencia del quiosco».

El Área de Comercio es, dice Pérez de Siles, «conocedora de los problemas del sector, y está planteando medidas de ayuda a la revitalización del mismo, con objeto de que incorporen la venta de nuevos productos que sean compatibles con la estructura, así como ofrecer la posibilidad a los interesados para que los quioscos sean puntos de prestación de servicios, adaptándose a las nuevas formas de compra».

La concejala señaló que se están estudiando diversas experiencias de ciudades europeas en relación con los quioscos para diversificar el negocio. «Muchas de estas experiencias europeas las estamos analizando y las incorporaremos a la modificación de la ordenanza que ya está casi lista, además estamos trabajando de la mano de Akima». Los socialistas hablaron, por ejemplo, en su moción de que estos comercios tengan la posibilidad de instalar cajeros automáticos o puntos de recogida de paquetes. El año pasado, en septiembre de 2018, el presidente de los quiosqueros malagueños (Akima), Jerónimo Núñez, ya avanzó que habían solicitado al Ayuntamiento vender productos típicos de la venta ambulante como complemento a su oferta tradicional para hacer frente a la fuerte competencia que sufren en el ámbito del tabaco o los problemas derivados de la caída de ventas de revistas y periódicos.

Como otros ejemplos, Núñez propone que los quiosqueros puedan incorporar máquinas expendedoras 24 horas y otras para asar patatas, haciendo así más rentable su negocio.

También pidió entonces que se les permita poner quioscos en lugares tales como la entrada del puerto, junto a la Alcazaba, la plaza de la Marina o la Constitución.

Al respecto, Pérez de Siles explicó en la Comisión de Economía que se están incorporando algunos de los sitios solicitados en las sucesivas convocatorias, pero en algunos casos estos enclaves no se pueden incluir, por ejemplo, porque no encajan en la normativa urbanística o de accesibilidad. En algunos casos, no cumplían con el Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Centro (Pepri-Centro). Por ello, se han incluida en las convocatorias para nuevas licencias «las zonas que eran posibles».