Málaga, en la vida de Benito Pérez Galdós

La Real Academia de Bellas Artes de San Telmo se suma al reciente centenario de la muerte del escritor canario con 'Galdós en su centenario. Desde Málaga', una obra coral que no se olvida de repasar la relación del maestro con la ciudad natal de Picasso

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

«Veré el Perchel famoso, la Alcazaba peregrina, Caleta y Limonar con sus jardines olorosos; el Parque y la Alameda, el muelle y la playa, las barcas varadas en la arena, los diabólicos chicuelos de asolados rostros encaramándose en la cruz del suplicio de Torrijos (....) Vosotros, felices malagueños que vivís en templado clima y en solar fecundo, gozad sin recelo ni tasa de cuantos bienes os otorgó la Naturaleza».

Estas hermosas y poco conocidas líneas, escritas en agosto de 1908 por el gran Benito Pérez Galdós (1843-1920), que se encontraba descansando en Santander, fueron leídas en los juegos florales que ese año se celebraron en Málaga. Para el académico de San Telmo Elías de Mateo suponen un «antecedente directo del actual pregón de la Feria de Málaga».

Estas líneas y reflexiones forman parte del libro ´Galdós en su centenario. Desde Málaga', presentado el pasado 30 de diciembre, con el que los miembros de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo han querido homenajear a quien en palabras del académico Andrés Amorós es una de las figuras capitales del realismo europeo, a la altura de Dickens, Balzac, Flaubert, Tolstoi o Dostoiewski.

El libro, coordinado por Elías de Mateo y Francisco Ruiz Noguera, celebra a Galdós, cuyo primer siglo de su muerte se conmemoró con discreción el año pasado, a causa de la pandemia.

La obra coral aporta diez claves para entender el arte de Galdós (Andrés Amorós); analiza sus magistrales Episodios Nacionales (Marion Reder); estudia los trabajos de María Zambrano sobre don Benito (Francisco Ruiz Noguera); repasa su obra poética (José Infante); las representaciones pictóricas y obra escultórica del escritor (Rosario Camacho) y finaliza con una panorámica sobre las adaptaciones al cine y a la televisión de sus obras (Mari Pepa Lara).

El trabajo que encabeza el libro y el de más extensión es precisamente el que estudia la relación de Galdós y Málaga, obra de Elías de Mateo, quien explica que ha sido posible gracias al tiempo de confinamiento.

El académico de San Telmo, de paso, confiesa que se muestra muy satisfecho por contribuir a divulgar un aspecto tan poco conocido como la relación entre don Benito y Málaga, una ciudad en la que tuvo buenos amigos y que visitó en dos ocasiones.

Entre esos amigos, los escritores Arturo Reyes -con quien más contacto epistolar mantuvo-, Ricardo León y Narciso Díaz de Escovar. Este último, por cierto, llegó a proponer al escritor de Las Palmas algo más que sugerente: «Escoja V. para sus Episodios Nacionales los célebres sucesos de Málaga desde 1868 a 1874 para los cuales le proporcionaré proclamas y bandos que conservo que será ocasión para que estudie a fondo esta tierra».

«De haberle hecho caso hubiésemos tenido una de esas joyas literario-históricas con el título de ´Málaga'», cuenta en el trabajo Elías de Mateo.

Otro episodio curioso, rescatado en este libro homenaje, fue la petición que su amigo Arturo Reyes le hizo por carta en 1907, cuando pidió al autor de ´Fortunata y Jacinta' que apoyara el proyecto de una nueva librería en Málaga.

La huella de Galdós se dejó sentir años antes en Málaga -y en toda España- con el polémico estreno de ´Electra', que en el Teatro Cervantes se llevó a escena el 16 de marzo de 1901, sólo mes y medio después del estreno en Madrid.

La obra, de marcado carácter anticlerical, dividió al respetable mucho antes del estreno, hasta el punto de que, como desvela Elías de Mateo, en la prensa se publicó el rumor de que al aristócrata que iba a estrenar la obra en Málaga, el marqués de Premio Real, llegaron a ofrecerle 10.000 pesetas para que no la representara durante la Cuaresma.

La prensa, marcadamente dividida ante ´Electra', informó del estreno en Málaga como si de dos obras distintas se trataran: «A la terminación de cada acto, la orquesta tuvo que tocar el Himno de Riego y La Marsellesa entre grandes vivas a la libertad y a la democracia», informaba ´La Correspondencia de España', que se hizo eco de las protestas de una parte del público, que fueron contestadas por «una gritería horrorosa».

Por contra, el vespertino de Granada ´El Triunfo', escribía que «el esperpento de Galdós ha sido recibido por aquel público cual se merece», al tiempo que denunciaba que la republicana Belén Sárraga había comprado localidades para repartir entre sus acólitos. «Señoras no asistieron en absoluto», añadía el rotativo.

El maestro canario visitó brevemente Málaga en octubre de 1904, camino de Tánger y Tetuán donde buscaba documentarse para uno de sus episodios nacionales más conocidos: 'Aita Tettauen'.

En nuestra ciudad se alojó en el Hotel Roma (el edificio Edipsa de Puerta del Mar) y pese a que sólo estuvo un día y medio, le dio tiempo a visitar la redacción de ´La Unión Mercantil', las playas del Palo, la Caleta y el Limonar, la Academia de Declamación de Narciso Díaz de Escovar y hasta asistió con él, en la calle Los Negros, a un espectáculo de cante y baile flamenco.

Tres días duró la visita a Málaga de mayo de 1910. Acudió para asistir al estreno de su obra ´Casandra' en el Cervantes así como a varios actos de la Conjunción Republicano-Socialista, de la que era cabeza de lista para las elecciones generales de ese año.

Galdós fue agasajado en sendos banquetes por su partido y la la Asociación de la Prensa, asistió a una corrida en La Malagueta y visitó el lugar del fusilamiento de Torrijos, en las playas de San Andrés, a la altura de El Bulto, donde repartió dinero a los hijos de los pescadores. Su deseo era haber podido asistir a la conmemoración del aniversario de la muerte de Torrijos, ese mismo año, el 11 de diciembre, pero la muerte de su hermana y discrepancias políticas frustraron la visita.

Pinceladas de una relación que aunque breve fue intensa, como demostraron sus hermosas palabras sobre Málaga.