Crónicas de la ciudad

Las puertas del Parque Litoral, por fin seguras

El Ayuntamiento está atajando por fin las ‘extracciones’ en las portadas de piedra de este gran parque, un problema que arrastraba desde hacía muchos años

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

A mediados de 2004 nacía en terrenos de La Térmica el barrio de Parque Litoral, con quejas de los vecinos por lo que consideraron una apresurada operación inmobiliaria, con bastantes deficiencias en los edificios, hasta el punto de que preguntaron al Ayuntamiento cómo había sido posible que diera la licencia de primera ocupación.

Junto con la urbanización Parque Litoral nació la zona verde que, oficialmente, llevó el nombre del barrio hasta el 25 de noviembre de 2008, Día Internacional contra la Violencia de Género, cuando el Consistorio tomó la decisión de renombrarlo como Parque 25 de noviembre, en recuerdo de ese día y en homenaje a las mujeres maltratadas.

De cualquier forma, han pasado los años y el parque sigue siendo popularmente conocido como Parque Litoral.

Y una de las cosas que esta sección ha destacado a lo largo de los años ha sido el mal estado de las diferentes puertas de piedra o, cuando menos, recubiertas de piedra del parque, que a un servidor le recuerdan lejanamente las de un templo egipcio, quizás por la cercanía de la urbanización Las Pirámides.

El caso es que estas lascas de piedra desaparecían con más facilidad que las hojas en otoño y daban al Parque 25 de noviembre un inmerecido aspecto descuidado.

El concejal de la Carretera de Cádiz, Luis Verde, explicaba el pasado lunes a esta sección que más que deberse a una mala ejecución de las puertas, se debía muchas veces a travesuras que ni siquiera entraban en la categoría de vandalismo y que consistían en rascar la argamasa para hacerse con una de estas piedras.

Tras la última reunión con la asociación de vecinos, cuenta que se comprometió a un arreglo total de las puertas, para acabar con el ‘parcheado’. Y así está siendo. El Ayuntamiento ha buscado el mismo tipo de piedra y está evitando que haya demasiados intersticios entre ellas para hacer mucha más complicada la ‘extracción’.

De paso, se aprovechará para arreglar las pérgolas del parque, que siguen con una asignatura pendiente: dar sombra, algo muy necesario durante unos nueve meses al año, dato del que es consciente la asociación de vecinos.

A este respecto, el concejal señala que está en conversaciones con Parques y Jardines para buscar un cubrimiento adecuado. Si las tradicionales plantas trepadoras no dieran resultado, en el paseo marítimo vecino hay pérgolas recubiertas con rafias que tamizan la luz sin crear bolsas de calor. Esa podría ser la solución. Bueno es que ya se busque.