Crónicas de la ciudad

El Archivo de Indias nació gracias a un malagueño

El archivo más famoso de España recuerda este mes su nacimiento en el último tercio del XVIII gracias a las gestiones del ministro José de Gálvez

Esther Cruces, directora del Archivo General de Indias, en su época de responsable del Archivo Histórico Provincial de Málaga.

Esther Cruces, directora del Archivo General de Indias, en su época de responsable del Archivo Histórico Provincial de Málaga. / Arciniega

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Puede decirse con toda claridad que la historiadora malagueña Elvira Roca ha puesto una pica en Flandes y con ella ha logrado que miles de españoles adopten una postura crítica frente a la visión negativa, sangrienta, oscurantista y preñada de una supuesta excepcionalidad de la Historia de España.

Tras sus libros, y de otros historiadores que le han seguido en su pugna contra la leyenda negra, cabe preguntarse en qué ‘categoría delictiva’ colocar los imperialismos británico y estadounidense que en el XIX ‘vaciaron’ de indios y aborígenes Estados Unidos y Australia, respectivamente, cuando para algunos el imperio español es el genocida, pese a que en la antigua América española viven hoy millones de indios y mestizos.

El 12 de octubre está cerca y como todos los años regresarán los agoreros del genocidio, con la tradicional ceguera frente al clamoroso exterminio en América del Norte y en la patria de los canguros.

En este camino hacia una Historia de España que deje de retratarnos -con permiso de los nazis, de Stalin y de Atila- como los malos de la Humanidad, es bueno recordar cuál es el documento del mes en el Archivo General de Indias de Sevilla, que dirige Esther Cruces, la antigua responsable de nuestro Archivo Histórico Provincial.

El documento de septiembre lo forman en realidad varios escritos que nos recuerdan que el principal artífice del archivo más importante de España fue el malagueño de Macharaviaya José de Gálvez, ministro de Indias, sin olvidar el papel jugado por el cosmógrafo mayor Juan Bautista Muñoz, a quien por entonces, último tercio del XVIII, se le había encargado una Historia General de Indias que plantara cara a la pujante leyenda negra.

Fue este trabajo el que evidenció la dispersión de los archivos y la necesidad de concentrar toda la documentación de la América española y el Pacífico en un solo archivo. A su vez, don José de Gálvez comprobó en persona la imposibilidad de localizar en el Archivo General de Simancas cierta documentación sobre un obispo del Virreinato de Nueva España.

Del malagueño partió la decisión de centralizar los documentos dispersos en un nuevo archivo y fue él quien propuso que esa sede estuviera en la Casa de la Lonja de Sevilla.

Gracias a don José de Gálvez, tío de Bernardo de Gálvez y regidor perpetuo de la ciudad de Málaga, España pudo presentar a los investigadores de todo el mundo las luces y sombras de su gestión como potencia mundial y no la caricatura inventada por las potencias enemigas.