Incendio en Sierra Bermeja

La lluvia culmina el titánico trabajo en Sierra Bermeja y permite controlar el fuego

Más de 1.000 profesionales coordinados - Junto a los 450 bomberos del Infoca, apoyaron desde el Consorcio Provincial, estaciones locales, la UME, Policía Nacional, local y adscrita, Protección Civil, Fast y 112, entre otros medios - Medio centenar de aparatos sobrevolando la sierra servían de transporte, en las labores de vigilancia del perímetro o para transportar agua

Reabren las carreteras afectadas tras el control del incendio

Reabren las carreteras afectadas tras el control del incendio / Álex Zea

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

Cinco días después de que comenzara la lucha frente al gran incendio de Sierra Bermeja, a las 6.45 de la mañana, la dirección de Extinción lanzaba el comunicado que tanto se había aguardado: «El incendio está controlado».

Mientras los trabajos nocturnos se afanaban en debilitar el flanco oeste, que llegó a suponer un «potencial peligro» para el municipio de Casares así como de Genalguacil y con un porcentaje de incendio estabilizado de en torno al 80%, por primera vez desde que se declarase el incendio el pasado miércoles, la meteorología quiso ponerse de parte de los bomberos.

El cielo regaló a los efectivos una fuerte lluvia, lo suficiente como para doblegar las llamas. Todo un acontecimiento casi providencial que incluso superó las previsiones del Plan Infoca, que esperaban únicamente que ese agua de lluvia ayudase a sofocar y refrescar los puntos más estabilizados. Afortunadamente, fue más que eso.

La lluvia de la madrugada del martes consiguió culminar un titánico trabajo en el escarpado y accidentado macizo que recorre el Valle del Genal, permitiendo dar por controlado el primer incendio de sexta generación del país, que ha calcinado cerca de 10.000 hectáreas y se ha cobrado la vida de un bombero forestal.

Una vez el incendio pasó a estar bajo control, cayó a nivel 0, por lo que se inició el repliegue de todos los medios que habían venido a apoyar al dispositivo del Plan Infoca desde comunidades autónomas como Murcia, Castilla La Mancha o Madrid, así como los recursos solicitados a través del mecanismo Fast, del Ministerio de Transición Ecológica o la Unidad Militar de Emergencias (UME).

No obstante, 253 efectivos del Infoca, así como de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias 061, Protección Civil, agentes medioambientales, además de 10 medios aéreos continuarán sobre el terreno dedicados a sofocar los puntos calientes que podrían reavivarse tras el paso de la borrasca.

Por otro lado, se cerró también el peor de los capítulos para las casi 3.000 personas que tuvieron que ser desalojadas por la amenaza del fuego, procedentes de seis municipios de Valle del Genal -Jubrique, Genalguacil, Faraján, Alpandeire, Pujerra y Júzcar-, y de dos localidades de la Costa del Sol, Estepona y Benahavís. Entre el lunes y ayer, pudieron regresar a sus casas después de haber sido reubicados en diversos puntos de Ronda y Algatocín.

Ahora les queda limpiar sus hogares de las montañas de ceniza que se han colado y revisar los posibles daños que hayan causado las llamas.

Asimismo, el Servicio de Emergencias 112 informó de la reactivación de las carreteras MA-8301, la MA-8302 y la MA-8304, las últimas que quedaban por abrirse al tráfico después de que se restableciese la circulación en otras cinco, incluida la AP-7.

Tiempo para llorar la pérdida

Durante la extinción de este gran incendio, dos bomberos resultaron heridos y un helicóptero Superpuma del Plan Infoca se cayó al suelo, en un accidente donde ninguno de sus 19 pasajeros resultó herido, según explicaron desde el centro operativo regional, «gracias a la pericia del piloto».

Sin embargo, la peor cicatriz que se lleva todo el dispositivo es el fallecimiento de Carlos Martínez Haro, un bombero forestal de 44 años, natural de Almería, que perdió la vida estando de servicio. La virulencia y la peligrosidad crecientes del incendio obligó a sus compañeros a recomponer el alma, aparcar el dolor y centrar la mente en las labores de extinción. Ayer, por fin, pudieron llorar su pérdida.

«Yo dije hace poco que lo que teníamos que hacer era apagar el incendio y después de apagar el incendio llorar a nuestro compañero», recordó el director del centro operativo regional del Infoca, Juan Sánchez.

«Cuando un bombero o cualquier servidor muere en acto de servicio es un motivo de orgullo para todos y una pena terrible. Hemos tenido que sobreponernos a la pérdida durante la extinción», confesó.

Un helicóptero se estrella, sin víctimas, cuando transportaba a 19 miembros de un retén en el incendio de Sierra Bermeja

Video: Agencia Atlas | Foto: @AT_BRIF

Estudio y recuperación

Superado lo peor, volcados en las labores de liquidación total del fuego, comenzarán los estudios sobre el abordaje de este voraz incendio de sexta generación.

«Nos queda por estudiar cómo determinamos las predicciones meteorológicas en situaciones tan complejas, cómo adecuamos determinados procedimientos para incendios en los que se puede meter muy poco personal y tiene que ser muy organizado», expuso Juan Sánchez.

Por su parte, la consejera de Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, anunció que ya han iniciado los trámites para activar la fase de «emergencia» que examine las circunstancias del terreno, las principales urgencias y, posteriormente, comenzar la fase de reforestación.

La Junta plantea ya un comité técnico y un foro de expertos para estudiar la emergencia y la reforestación del entorno

«Vamos a organizar un comité técnico y un foro de expertos de las universidades que nos permita estudiar la zona y hacer una reforestación. Hay un gran trabajo que la Consejería de Desarrollo Sostenible va a dirigir», añadió Crespo.

Continúan también las investigaciones de los Agentes de Medioambiente de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales (BRIF), que comenzaron pocas horas después de que se declarasen los dos primeros focos simultáneos en Genalguacil. La principal hipótesis que se maneja es la de la intencionalidad, ya que el fuego comenzó de noche, en una zona de difícil acceso y pocas horas antes de una jornada de fuertes vientos.