Mayores en acción

Los pensionistas de Málaga también se rebelan contra la banca

Los jubilados malagueños estudian colapsar la banca con una retirada simultánea de dinero y protestan por el aumento continuo de las comisiones pese a ofrecer cada vez menos servicios

Miembros de la Asociación Pensionista en Acción: Pepe, Juan, Pilar, Lola Santiago y Antonio.

Miembros de la Asociación Pensionista en Acción: Pepe, Juan, Pilar, Lola Santiago y Antonio. / La Opinión

Chaima Laghrissi Rochdi

«Ya no hacemos esto por ventanilla, tiene que ir usted al cajero» o «Su operación tendrá comisión», son frases cada vez más recurrentes en las sucursales bancarias.

Con la pandemia, la digitalización ha avanzado a pasos agigantados, dejando al descubierto la gran brecha digital aún existente. Y la banca no es ajena a estos cambios. La progresiva y rápida eliminación de oficinas de atención al cliente y de cajeros automáticos, está generando una oleada de desasosiego y desamparo por parte de gran parte de la población: Los mayores.

El cierre de sucursales ha ido en aumento, en el caso de Málaga pasó de tener 708 a 613 en tan solo un año. Según el Banco de España, Andalucía cuenta con 3.486 oficinas, un 10,3% menos con respecto al año anterior. Una situación que no se repetía desde 1980, cuando había solo 3.509. En los últimos meses, pensionistas de todo el país han decidido rebelarse contra la banca y la creciente deshumanización en las oficinas.

Todo empezó con Carlos San Juan, un urólogo jubilado de 78 años y precursor del movimiento ‘Soy mayor, no idiota’. Una protesta con la que busca que «los bancos atiendan a las personas mayores sin trabas tecnológicas y con más paciencia y humanidad». San Juan ha logrado reunir más de 600.000 firmas a través de una campaña en Change.org. Y con ella se presentó en el Ministerio de Economía, el pasado miércoles, donde consiguió que la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, le prometiese que a final de mes habría un plan específico para que las entidades garanticen un trato humano.

Pero, esta campaña ya tuvo un precedente malagueño que no terminó de germinar. Desde hace un tiempo, asociaciones de jubilados y pensionistas vienen quejándose de la falta de humanización en las sucursales bancarias de la provincia. Un debate que ya se puso sobre la mesa en mayo de 2021, cuando la Asociación Pensionista en Acción decidió presentar un escrito al Ayuntamiento de Málaga.

«El escrito se aprobó y se prometieron medidas, pero se guardó en un cajón y cayó en el olvidó», cuenta Pilar. Esta gestora jubilada es la actual presidenta de la asociación Pensionistas en Acción. Una plataforma que nace en 2018 a raíz de la subida de las pensiones en un 0,25%.

Pilar no viene sola. La acompañan Santiago, Lola, Pepe, Juan y Antonio. Todos ellos pensionistas y jubilados, que ponen voz y rostro a esta brecha digital que sufren los mayores malagueños.

 29.300 malagueños no cuentan con bancos en sus pueblos

La desertificación bancaria se agrava en cuanto a los pueblos se refiere. Ya en 2021, un informe del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) detallaba que en Málaga 29.300 malagueños residen en algunos de estos municipios que se han quedado sin oficinas bancarias . Según este documento, hay 28 municipios del total de 103 de la provincia que ya no tienen ninguna sucursal (es decir, un 27,3%).  

A Santiago aún le cuesta entender el repentino cambio que está sufriendo la banca, él trabajaba como funcionario y, aunque lleva poco como pensionista, confiesa estar indignado con lo que está sucediendo: «Nos va muy mal, sobre todo a los pensionistas de edades avanzadas porque hay un desconocimiento absoluto de la informática», asegura.

La ventanilla era el único trato personal que recibían los mayores en los bancos. Si echamos la vista atrás, las colas en las ventanillas eran interminables. Una imagen cada vez menos habitual, ya que en los últimos meses pocas son las sucursales que las mantienen. Y si están, ya no gestionan ningún tipo de pago o acción. Ni entregan efectivo ni se permite su recogida si no es a través de un cajero.

«A mucha gente no le ha dado tiempo a adaptarse al nuevo sistema. Ya no solo por edad, sino también por cultura, educación o etnia, hay mucha gente que no sabe», subraya Lola, maestra jubilada.

Un cambio abismal que en ocasiones deriva en situaciones de estrés: «Me pongo enfrente de un cajero y me agobio. No sé cómo manejarlo y veo que se va formando cola y más me agobio hasta que me doy por vencido y lo dejo», afirma Valerio, un jubilado malagueño que actualmente reside en Italia.

Una rápida digitalización que ha dejado atrás a los mayores de la ciudad: «De la noche a la mañana tenía que pagar cosas en un cajero porque la sucursal cerró y no sabía»’, cuenta Pepe. Acciones del día a día, para las que los mayores recurren a otras personas para que les ayuden con los trámites, como es el caso de Antonio. A él lo acompaña un amigo, cuyo nieto le ha enseñado cómo retirar dinero del banco.

Además de sentirse invisibles, aseguran que a veces se sienten humillados: «Cuando pides ayuda, te lo explican y no lo entiendes. A veces te sueltan sarcasmos en vez de enviar a alguien a ayudar», comenta Santiago.

A ello se le suma la inseguridad que les produce tener que sacar su dinero en la calle: «No me gusta estar en mitad de la calle, hay mucha gente que está al acecho», dice Pepe.

La desertificación bancaria aumenta en cuanto a pueblos se refiere. El informe del IVIE detalla que 29.300 malagueños residen en algunos municipios que se han quedado sin oficinas bancarias.

Por ello Unicaja Banco firmó, el pasado viernes, un convenio con la Diputación para instalar cajeros en nueve pequeños municipios de Málaga.

Este convenio tiene como objetivo contribuir y fomentar la inclusión y la educación financiera en la provincia. En beneficio de aquellos ciudadanos menos familiarizados con las nuevas tecnologías, como son las personas mayores, y de otros colectivos vulnerables. Un plan que actuará en municipios como Algatocín, Júzcar, Benalauría, Jimera de Líbar y Serrato, Cútar y Macharaviaya, en la Axarquía, municipios que cuentan con una población total de más de 5.000 habitantes.

Medidas a corto plazo

La problemática con las sucursales no cesa ahí. Santiago califica de «obsceno» que se cobre comisión por retirar dinero o en concepto de mantenimiento de cuenta: «Hacemos un llamamiento al Gobierno que exija a la banca que no nos cobre esa comisión de mantenimiento de diez euros al mes, está fuera de todo contexto racional. Se suben las pensiones un 0.25%, pero a la par se va subiendo la comisión. Es un atropello», declara.

«Hacemos todo el trabajo y encima nos cobran comisión. ¿Por qué tengo que pagar comisión por hacer su trabajo? Es un robo», reclama Pilar.

Ya en el escrito presentado ante el Ayuntamiento de Málaga, la asociación pedía herramientas para combatir el analfabetismo digital. Medidas como talleres y cursos gratuitos sobre cómo manejarse en la nueva era digital.

De lo contrario, los jubilados malagueños planean acciones contra los bancos, como la retirada de dinero de manera simultánea para colapsar la banca.

«No se puede poner puertas a la digitalización, pero sí poner al día a los que nos hemos quedado atrás. Queremos medidas fáciles y a corto plazo», afirman.

Desde la asociación Pensionista en Acción se unen a la protesta de Carlos San Juan e instan a los bancos a reflexionar y tomar medidas.

Defienden y piden una atención personalizada y humanizada por parte de los bancos: «Queremos humanización y que el banco retome ese trato de cercanía con sus clientes», reclaman.