Crónicas de la ciudad

La chimenea salvada en la Colonia de Santa Inés

En lugar de demolerla, se adaptó el edificio que le levantaron enfrente. Ahora, faltaría un cartel explicativo para ponerla en contexto con el barrio

La chimenea, integrada con el bloque vecino, en la calle Juana Castro.

La chimenea, integrada con el bloque vecino, en la calle Juana Castro. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Cierto que no corren buenos tiempos ni para la lírica ni para las Humanidades. El pasado domingo, en este periódico, la investigadora malagueña y académica de Ciencias Elvira Roca se lamentaba del terreno cada vez más ‘reduccionista’ en el que estaba quedando la Historia de España a la hora de impartirla en los colegios e institutos de nuestro país. Los planes educativos, en ocasiones, más parecen bombas de racimo de ignorancia que otra cosa.

Recordemos los tiempos no tan lejanos en los que varias comunidades autónomas, a la caza de esotéricos hechos diferenciales, incorporaron en sus estatutos semejantes soflamas mitológicas, para no ser menos que las, paradójicamente, dos comunidades más alejadas de la Ilustración y las que más han promovido la historia-ficción.

Hasta lo políticos andaluces cayeron en la tentación, así que toda formación siempre es poca, no importa la edad.

En Málaga, el Ayuntamiento, de la mano de la Concejalía de Cultura, hace lo que puede por luchar, aunque sea simbólicamente, contra esta tendencia y ha puesto en marcha el programa ‘Málaga hace Historia’, para recordar mediante placas conmemorativas a personajes, barrios y hechos ligados a esos lugares.

Como saben, en la preciosa biblioteca municipal de la Colonia de Santa Inés, la dedicada a José María Hinojosa en calle Manuel Rivadeneyra, una de las placas del programa recuerda el nacimiento de esta colonia popular, ligada a la fábrica de ladrillos, tejas y cerámica de Santa Inés, que estaba a pocos metros.

Vista completa de la chimenea.

Vista completa de la chimenea. / A.V.

Del complejo nos queda la preciosa portada de ladrillo visto y cerámica con el nombre de la fábrica. Además, el desarrollo inmobiliario del entorno tuvo el acierto de proteger al menos una de las chimeneas de la fábrica, aunque fuera la de menor envergadura y en lugar de demolerla -lo esperable en esos años bravíos- la dejó intacta e incluso adaptó la vivienda que se iba a construir justo enfrente.

Lo podemos contemplar en la calle Juana Castro, en la que el bloque de pisos nos ofrece una media circunferencia, a modo de ‘plaza aérea’ que permite a la chimenea convivir sin apreturas, con holgura, nada que ver con la arrinconada chimenea de La Malagueta

Pues bien, pese a que esta chimenea se salvó de la desaparición, no cuenta con ningún elemento informativo, como sí hay en otras chimeneas supervivientes de la ciudad.

No estaría mal que el Consistorio completara la faena de potenciación de nuestra Historia con algún cartel que pusiera en contexto la pieza. Ánimo.

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