Cultura

Finaliza la restauración de las esculturas de la calle Granados y plaza Uncibay

También se ha restaurado el caño de la fuente de la plaza de las Flores - Los trabajos han tenido un coste de 14.200 euros

La Opinión

El Ayuntamiento de Málaga ha restaurado las piezas del conjunto escultórico de la plaza Uncibay y la calle Granados. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, junto a la concejala de Cultura, Noelia Losada, y el edil de Sostenibilidad Media Ambiental (responsable de Emasa) y Distrito Centro, Francisco Cantos, ha visitado este mediodía este patrimonio artístico urbano municipal.

Las labores de restauración de los tres grupos escultóricos: ‘Baño de Diana’, ‘Acteón’ y ‘El rapto de las Sabinas’ han sido realizado por la empresa especializada Quibla Restaura por un importe de 14.252 euros, en los que también se incluyen los trabajos del caño de la fuente de la plaza de las Flores. Se trata de un conjunto formado a su vez por tres grupos escultóricos realizados en bronce por el artista Seguiri (José López Garcia). Fue un proyecto de José F. Oyarzábal y Luis Bono, por el que el Colegio de Arquitectos de Málaga les concedió el Premio Málaga de Urbanismo y Espacios Públicos en 1991.

‘Baño de Diana’

En la confluencia de las calles Granados y de Beatas se encuentra la fuente ‘Baño de Diana’, formada por un vaso circular a ras de suelo que queda partido en dos por una especie de menhir de piedra gris. Hacia la calle de Beatas presenta cinco surtidores de bronce con forma de cabeza de perro, mientras que en la cara que mira a la calle de Granados sorprende al espectador el conjunto escultórico, también realizado en bronce. La pared se transforma en fondo rocoso por el que se desliza una cascada llena de movimiento, en la que juegan y saltan al agua alegremente un grupo de cinco ninfas que acompañan a la diosa en su baño, observada desde la esquina superior derecha por el cazador Acteón con uno de sus perros. Una de estas ninfas, en postura de querer sumergirse en el agua, fue robada en la madrugada del pasado día 21 de julio y posteriormente recuperada por la Policía Nacional con intervención de la Policía Local para ser repuesta a su original emplazamiento, una vez restaurada parcialmente a cargo de la compañía aseguradora municipal.

Una vez recuperada la escultura de la ninfa, fue trasladada al taller donde se procedió a la soldadura de la mano seccionada y reintegración volumétrica del bronce perdido. Le siguió la colocación de pernos de acero inoxidable en la base de la escultura, limpieza y patinado de la imagen y la recolocación en su emplazamiento en la Fuente del Baño de Diana. Para el resto del conjunto escultórico, se limpió el bronce y la piedra de Sierra Elvira, se aplicó una pátina del bronce mediante sulfuro, se aplicó calor, y se protegió con ceras. Por último, se repuso el llagueado perdido en el brocal de la fuente.

‘Acteón’

Ya en plena plaza de Uncibay se encuentra otra pequeña fuente. Se trata de otro vaso circular rehundido en el suelo con un surtidor vertical en su centro, junto a la que se ubica otra figura broncínea, denominada ‘Acteón’, en la que Seguiri muestra sus características figuras redondeadas. Plasma la escena en la que Acteón huye de sus propios perros que lo devorarán por orden de Artemisa. Uno de los perros ha sido especialmente intervenido en la presente actuación de restauración y limpieza, al presentar una rotura en la base. El proceso de rehabilitación ha consistido en el desmontaje de la escultura dañada de uno de los perros, la soldadura de fragmentos, colocación de nuevos pernos de acero inoxidable, la recolocación de la figura en su emplazamiento original mediante soldadura, además de la limpieza del conjunto escultórico, la eliminación de graffitis, el patinado de las zonas desgastadas con sulfuro y aplicación de calor. Por último, se ha aplicado protección con ceras de las esculturas.

Restauración de las esculturas de la calle Granados y la plaza de Uncibay

Las esculturas de la plaza de Uncibay / Álex Zea

‘Rapto de Sabina’

Y por último, cerrando el conjunto escultórico objeto de intervención y limpieza, el ‘Rapto de Sabina’ introduce en otra temática diferente como es el rapto de las sabinas por el pueblo romano, perpetrado por Rómulo y sus seguidores, predominantemente varones, para mantener la población de la ciudad, sin la cual Roma no podría durar más de una generación. Los romanos negociaron sin éxito con todos los pueblos a los que recurrieron, incluidos los sabinos, que poblaban las regiones vecinas. En consecuencia, los romanos idearon un plan para raptar a las mujeres sabinas durante la fiesta de Neptuno Ecuestre. Los trabajos realizados han incluido la limpieza mecánica de la escultura, la eliminación de graffittis, la restitución de la pátina en las zonas desgastadas mediante sulfuro y aplicación de calor, además de proteger con ceras las figuras.