Memorias de Málaga

El Principal, el cine más antiguo de Málaga

Abrió sus puertas como teatro en noviembre de 1793 y a principios de 1900 incorporó la proyección de películas y tuvo varios nombres, hasta volver a la denominación primitiva, Teatro Principal

Cerró sus puertas en 1968

La plaza del Teatro, donde se encontraba el Cine Principal, en una foto de 1959.

La plaza del Teatro, donde se encontraba el Cine Principal, en una foto de 1959. / Guillermo Jiménez Smerdou

Guillermo Jiménez Smerdou

Guillermo Jiménez Smerdou

El Teatro Principal, que estaba en la plaza del mismo nombre, se inauguró el 12 de noviembre de 1793. Después pasó a llamarse Cinema Concert, porque a principios del año 1900 incorporó la proyección de películas a su variada programación. Fue primero teatro, después dio entrada a las variedades (varietés se decía entonces), espectáculos circenses y a todo lo concerniente al mundo de la farándula. En otra etapa se unieron las dos denominaciones, Teatro Principal-Cinema Concert, después Comedias y finalmente, aunque solo proyectaba películas, recuperó su primitivo nombre: Teatro Principal.

El historiador malagueño Enrique del Pino, en su libro Historia del Teatro Malagueño (Desde sus orígenes hasta 1931), contó su historia con todo detalle, con nombres de sus propietarios, representaciones, estrenos, compañías, actores…, un trabajo excepcional fruto de muchas horas de investigación que creo no se le ha reconocido de forma, digamos, oficial.

Su monumental obra, con más de mil páginas, no puede faltar en ninguna biblioteca.

También la malagueña María Pepa Lara, en sus varios libros sobre los cines de Málaga, dedicó al Principal una especial atención, por lo que este local representó en la historia del cine de nuestra ciudad. Cerró sus puertas definitivamente en 1968, después de ciento setenta y cinco años.

El principal, el cine más antiguo

Fachada del Cine Principal. / Guillermo Jiménez Smerdou

Mis primeros pasos

Yo empecé a frecuentar el Principal cuando ya no era teatro. La primera vez fue en 1943. Las películas que se estrenaban en el Goya pasaban varios meses después al Principal, que pertenecía a la misma empresa exhibidora. Mis posibilidades económicas no me permitían ir a los estrenos. Pude visionar, entre el citado año y 1949, películas como ‘El prisionero de Zenda’, ‘Alarma en el expreso’, ‘El misterio de Villa Rosa’, ‘Intriga’, ¡Adiós, mister Chips’, ‘El clavo’, ‘¡Qué verde era mi valle!’, ‘Perfidia’, ‘Unión Pacífico’, ’La sombra de una duda’… todas ellas grandes éxitos en la década de los 40 y que están en las listas de las más celebradas y premiadas.

Abandono

Aunque las fotografías que se conservan del interior del Principal dan una impresión muy favorable de diseño y ejecución, pues los arquitectos responsables del proyecto se ajustaron a las normas que regían para la construcción de teatros con platea o planta baja en forma de herradura, dos pisos para las localidades superiores e incluso lo que se conocía por gallinero en la parte más alta y alejada del escenario, la realidad era muy otra, porque se advertía falta de mantenimiento y cuidado. El abandono o dejadez era evidente. Las puertas cerraban mal, la decoración estaba muy deteriorada, el acceso dejaba mucho que desear, mejor no comentar el estado de los servicios higiénicos, olía a cerrado, poca o ninguna ventilación… y para terminar su descripción y accesorios, no existía sistema alguno de insonorización.

Los ruidos del exterior –la plaza del Teatro estaba abierta al tráfico- llegaban a la sala… y como complemento de la dejadez, daba la impresión que el servicio de limpieza de la sala por las mañanas se limitaba a un ligero barrido.

Si alguno de mis lectores lo recuerda, podrá corroborar lo que acabo de describir del estado del Principal en los años cuarenta, cincuenta y sesenta hasta su cierre. La guinda: los porteros y acomodadores que se concentraban, como es natural en la entrada, acostumbraban a hablar a gritos.

Resumiendo: el Teatro Cine Principal era un cine de barrio en el centro de la ciudad.

Los cines plus ultra y rialto

Solar que ocupaba el cine Rialto en la calle Conde de Aranda. / ARCHIVO MUNICIPAL

La programación

El cine pertenecía a la cadena del Goya. Además del Principal tenía un tercer cine en explotación. Me refiero al Rialto, que estaba ubicado en el barrio del Perchel y del que ya me he ocupado en un capítulo anterior.

Al ser el segundo local de la empresa del Goya, todos los grandes estrenos de la primera sala de Málaga pasaban al Principal meses después e incluso un año, lo que permitía a los malagueños ver las películas más sobresalientes a mitad de precio.

A la revisión, o reestreno, que se decía antes de las películas estrenadas en el Goya, el Principal estrenaba las cintas que la primera sala no podía estrenar por falta de fechas o por su baja calidad. Ignoro exactamente el sistema actual de contratación de películas por los exhibidores; en aquella época la contratación se hacía por lotes.

El cine que contrataba una película teóricamente taquillera, tenía que cargar con ocho o diez películas más, algunas indignas o impropias a estrenar en un cine de primera categoría. El Goya no era una excepción; contrataba las más taquilleras para estrenarlas con todos los honores en la primera sala, y las más flojitas, por emplear un adjetivo menos radical, las estrenaba en el Principal.

Más de cien películas

Entre 1945 y 1968 en el cine Principal se estrenaron más de cien películas de todas las procedencias, destacando las rodadas en España, México, Inglaterra… e incluso de algunos países que tienen poca presencia en nuestro país, como Dinamarca y Suecia. En 1945, que es del primero del que tengo datos de su trayectoria cinematográfica, se estrenaron cuatro películas, ninguna relevante. Tres eran inglesas y una norteamericana.

Al año siguiente, 1946, el número de estrenos se elevó a once, destacando la británica ‘La cuadrilla del crimen’, las americanas ‘El gran secreto’ y ‘Nueva Orleans’, y la de episodios o jornadas ‘Burlando la muerte’. Entre las catorce novedades que pasaron por la pantalla del Principal en 1947 destaca una que quizá la estrenara el Goya varios años atrás. Se trata de la laureada obra de H.G. Clouzot, uno de los grandes realizadores franceses, titulada ‘El asesino vive en el 21’, que está en la antología del cine galo.

De los once estrenos de 1948 no hay ningún título sobresaliente, con tres películas por episodios. Como curiosidad apuntar que se estrenó una película portuguesa titulada ‘Hechizo del Imperio’. La presencia de una película sueca destaca entre las ocho estrenadas en 1949. Se titulaba ‘Hombres del mar’. También se estrenó una película española que casi se puede considerar pionera de las que acaparan las pantallas de televisión varias semanas antes de la Navidad. La cinta se titulaba ‘Leyenda de Navidad’.

En 1950 los estrenos fueron nueve, con películas como ‘Una nación en llamas’ (sueca), ‘Conjura en Florencia’ (italiana), ‘La bella extranjera’ (francesa)… De 1951, de las ocho estrenadas, no hay que destacar ninguna; tres mejicanas, dos españolas… Otro tanto podemos decir de 1952. La mejor, la francesa ‘De amor también se muere’.

Una película danesa (‘La doctora se divierte’), otra sueca (‘Siempre dinero’), ‘La aventura de Casanova’ (francesa)… fueron por la procedencia de las dos primeras las más aceptables de 1953. El año 1954 fue espectacular en número (16 estrenos), pero de una medianía general.

El año siguiente (1955) superó el récord: 22 estrenos. Hubo dos películas importantes, una, ‘La expedición de la Kon Tiki’, un documental rodado en la misma balsa que cruzó en 1947 el Pacífico desde Perú a la Polinesia; la otra, ‘Groenlandia’. El explorador noruego Thor Heyerdahl fue el artífice de aquella hazaña, que años después se recogió en otra película.

La primitiva, con comentarios del académico Federico García Sanchiz, asombró por su realismo con imágenes inolvidables. De la otra película, ‘Groenlandia’, también hay que destacar sus imágenes, en aquella época, inéditas para la mayoría de los espectadores.

De los estrenos hasta el cierre del cine en 1968 aún tenía los datos, que no variaban mucho la trayectoria de los anteriores. He escrito bien: los tenía, pero en una mudanza los perdí, junto con otros relacionados con la historia de los cines de Málaga.

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