Análisis

La escalada de la vivienda y los bajos salarios bloquean la emancipación de los jóvenes

Málaga vuelve a ser una de las provincias con los precios más inaccesibles del país: los jóvenes tendrían que destinar más del 70% del sueldo para comprar una casa, según el CJE 

Sólo el 14,1% de los jóvenes andaluces se ha emancipado

Cabreados y frustrados: los jóvenes ante el problema de acceso a la vivienda

La escalada del precio de la vivienda sitúa a Málaga entre las provincias más inaccesibles para los jóvenes

Una joven pasa ante el escaparate de una inmobiliaria. | EFE

Una joven pasa ante el escaparate de una inmobiliaria. | EFE / JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ. MÁLAGA

José Vicente Rodríguez

José Vicente Rodríguez

La escalada del precio de la vivienda y la dinámica de bajos salarios que preside buena parte del mercado laboral está poniendo cada vez más complicado a los jóvenes poder emanciparse, según el último Observatorio de la Emancipación elaborado por el Consejo de la Juventud de España (CJE), cuyos datos (correspondientes al cierre de 2022) apuntan a Málaga como una de las provincias donde la diferencia entre el coste de los pisos y poder adquisitivo resulta más relevante. El escenario es ciertamente inquietante ya que, con los precios actuales del mercado, los jóvenes malagueños tendrían que destinar más del 70% de su sueldo neto para poder adquirir una vivienda libre mediante hipoteca, un porcentaje bastante por encima de la media nacional (que es del 60,7%).

La tasa, evidentemente, supera también con mucho el 30% que las entidades financieras suelen emplear como criterio para determinar la viabilidad de un préstamo hipotecario.

En años anteriores, Málaga se situaba en una franja de exigencia salarial para los jóvenes de entre el 60% y el 70% de sus ingresos, pero los constantes aumentos del precio de la vivienda han ido certificando estos nuevos máximos, completamente inasumibles para la gran mayoría.

Málaga vuelve a ser, por otro lado, la provincia andaluza donde la juventud está obligada a hacer un mayor esfuerzo para irse a vivir fuera del hogar de sus padres, seguramente por el hecho de que los pisos habitualmente presentan los precios más caros de toda la comunidad. Así, en Sevilla, Cádiz y Huelva los jóvenes estarían obligados a dedicar entre el 50% y el 60% del salario; mientras que en Córdoba, Granada y Almería se movería entre el 40% al 50% y sólo en Jaén la tasa estaría entre el 30% y el 40%.

El informe sitúa a Málaga entre el grupo de provincias españolas donde el esfuerzo de salario por parte de los jóvenes que quieran comprar una vivienda sería superior: junto a ella estarían Madrid, Barcelona, Baleares, Vizcaya y Guipúzcoa, todas con porcentajes superiores a ese citado 70%.

El alquiler, también inasumible

El CJE señala que el mercado de la vivienda del alquiler resulta también inaccesible para la gran mayoría de jóvenes y resalta la paradoja de que, hoy día, contar con un empleo no sea ya un elemento suficiente para lograr el acceso a una vivienda, ya sea comprada o en arrendamiento. El salario medio de una persona joven en España subió un 4,6% hasta alcanzar los 13.079 euros netos al año (o 1.089 euros netos al mes), pero el precio del alquiler lo hizo a cambio un 7,5%, lo que situó el precio medio de los pisos en 912 euros mensuales. Por tanto, un joven trabajador tendría que dedicar el 83,7% de su sueldo para pagar un alquiler en solitario, a lo que habría que sumar 141 euros de media de los suministros y servicios de una vivienda (recibos de agua, luz, gas, etc).

El resultado final, según el análisis del CJE, es que el gasto en hogar absorbería prácticamente todo su salario (96,6% de su sueldo), con lo que apenas le quedarían unos 40 euros para comer, ropa y ocio. «Es algo completamente inasumible», lamenta.

La otra opción, claro, es alquilar una vivienda de forma compartida. En este caso, el alquiler medio de una habitación a finales de 2022 era de 282 euros al mes, lo que supone el 25,9% del salario medio joven. Pero el CJE advierte de que esta cifra está «peligrosamente cerca» de la recomendación a la que llegan la mayoría de los estudios, que establecen que el precio de la vivienda habitual no debería suponer más del 30% del salario de una persona.

«Nos emancipamos cuando dejamos de ser jóvenes», resume así el Consejo de la Juventud en su último barómetro de cierre de 2022, que muestra una tasa de emancipación juvenil de sólo del 15,9%, la mitad que la de la Unión Europea (31,9%).

«La edad de emancipación ha subido a los 30 años, la cifra más alta desde que el observatorio publica este informe, hace dos décadas; sobrepasamos la cifra que define ser joven, en España independizarse es prácticamente una quimera», explicaba hace unos días la presidenta del Consejo de la Juventud de España, Andrea González Henry. Este organismo atribuye la situación a «la falta de acción política y a la gran especulación en el mercado de la vivienda».

«La reforma laboral y la subida del Salario Mínimo Interprofesional han mejorado la situación de temporalidad y de bajos salarios, por lo que son buenos ejemplos de políticas inmediatas y necesarias que necesita la población, y en especial los colectivos vulnerables, entre los que se encuentra la población joven, para mejorar su crítica situación», señala.

Situación en Andalucía

En la comunidad andaluza, por ejemplo, el 85,9% de los jóvenes convivían en el domicilio familiar a finales de 2022, colocando a la región en el quinto puesto de los territorios autonómicos con menos jóvenes emancipados, solo el 14,1%. En el 2022, la emancipación residencial de la población joven de Andalucía, colectivo formado por 1.310.342 personas, siguió disminuyendo, aunque sin alcanzar los mínimos históricos que se registraron a finales de 2020, en plena pandemia.

Los jóvenes andaluces que alquilaban piso (30%) eran, en proporción, menos que la media española (37,9%), siendo la vivienda en propiedad (55,1%) la forma más común de emancipación en esta comunidad. Además, la compra mediante hipoteca es mucho más frecuente que en el resto de España y tan solo el 19% de las personas jóvenes emancipadas vivía a finales de 2022 en solitario.

El CJE también señala que aunque la reforma laboral ha conllevado una notable reducción de la temporalidad en el empleo, en Andalucía seguía habiendo entre los jóvenes «mayor riesgo de subocupación» que en el conjunto estatal, con salarios medios de apenas mil euros netos mensuales y en categorías ocupacionales poco cualificadas, en las ocupaciones «elementales» y la restauración esencialmente.

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