Vivienda
Independizarse en Málaga: la pesadilla de la generación ¿perdida?
La tasa de desempleo entre la población con entre 16 y 29 años se encuentra en el 27%. El 97% de los contratos a jóvenes son temporales, según UGT. El mercado inmobiliario malagueño despunta con una oferta orientada a la vivienda de lujo y para rentas altas . La precariedad laboral y los altos precios para acceder a la vivienda hacen «imposible» la emancipación
El concepto de «generación perdida» emergió después de la Primera Guerra Mundial, acuñado por la escritora Gertrude Stein. Así se denominó al grupo de escritores norteamericanos que estuvieron en la contienda, entre ellos Hemingway, Steinbeck o Scott Fitzgerald.
Con los años, ese término se ha ido recuperando, englobando esta vez a los jóvenes nacidos entre los ochenta y los noventa (millenials) pero también entre los noventa y los 2000 (generación Z). Estas dos generaciones no se criaron en un mundo destrozado por la guerra pero muchos de esos jóvenes han vivido dos crisis económicas -la recesión de los noventa y la hinchazón de la burbuja inmobiliaria junto a su estallido como crisis económica en 2008- además de una crisis sanitaria global que, indiscutiblemente, ha recortado las posibilidades de medrar o, al menos, las ha retrasado de forma considerable.
Así, se habla de la generación perdida del siglo XXI que en su mayoría ha tenido más posibilidades que sus progenitores pero que encuentra serias dificultades para cubrir un derecho básico: el acceso a la vivienda. De hecho, el 64,5% de la población malagueña menor de 34 años sigue viviendo con sus padres, según refleja el informe «Empleo joven en Málaga» realizado por UGT.
«Es completamente imposible».«Solo unos pocos pueden emanciparse». «Es horrible poder acceder a un alquiler decente». «No hay facilidades». Son algunas de los cientos de respuestas que obtuvo un estudio desarrollado por dos alumnas de la Facultad de Trabajo Social dirigidas por el profesor Rafael Arredondo, donde los jóvenes consultados establecieron como sus tres principales obstáculos los problemas económicos, la vivienda y el paro.
Y es precisamente en ese triángulo de conflictos donde se explica la pesadilla en la que se ha convertido el sueño de todo joven por emanciparse de sus padres y comenzar una vida independiente.
«En estos momentos tenemos un porcentaje altísimo de gente joven, que se dice que es la generación mejor formada, que no se puede emancipar, que tiene que vivir con sus padres por encima de los 30 años, con lo que eso significa para problemáticas posteriores, desde un elemento de responsabilidad hasta establecer un proyecto de vida, de que haya una reproducción del sistema», alerta Rafael Arredondo.
Mercado laboral
Empezando por el final, el desempleo. En Málaga, la tasa de paro juvenil -16 y 29 años- se encuentra en el 27% según datos del Instituto de Estadística y Cartografía (IECA) para el cuarto trimestre de 2021, lo que sitúa a la provincia por encima de la media nacional, que está en el 23,6%.
La dificultad de acceder a un empleo después de finalizar los estudios es el principal escollo para plantearse la emancipación, aunque tener un salario tampoco lo garantiza. En este sentido, entra en juego la precariedad laboral que arrastra a los que consiguen sus primeros trabajos. El mismo informe de UGT alerta de que en torno al 90% de los contratos que se hacen en Málaga a la juventud son temporales, lo que cierra la puerta a acceder a un alquiler o una hipoteca, para lo que el principal requisito es demostrar estabilidad y solvencia económica.
«Está claro que las políticas de empleo tienen que cambiar. Una de las necesidades básicas es modernizar la enseñanza a nivel nacional para adaptarla al mercado laboral», señala el concejal de Juventud y Fomento del Empleo en el Ayuntamiento de Málaga, Luis Verde, que pone como ejemplo de formación con garantía de empleabilidad la FP Dual o proyectos muy concretos como el centro Málaga 42, dedicado a la formación de programadores.
Mercado inmobiliario
Y junto a las dificultades laborales se presenta otro hándicap: el desorbitado precio que ha adquirido la vivienda en Málaga, tanto para quienes optan por un alquiler como quienes prefieren comprar.
«En Málaga, la buena acogida que tiene entre el público extranjero, nacional e internacional, hace que las personas deseen tener una segunda vivienda. Entonces, la demanda es alta, con lo cual la oferta va dirigida a ese público y no a los residentes, a la gente que lo necesita en Málaga» explica el decano del Colegio de Arquitectos de Málaga, Francisco Sarabia.
Málaga cerró 2021 con una de las mayores subidas del precio de la vivienda en España, alcanzando los 1.740 euros el metro cuadrado, lo que supone un 14% de incremento, según el estudio IMIE Mercados Locales de Tinsa publicado en diciembre de 2021.
Si se compara el coste desorbitado de una vivienda en propiedad con el salario medio actual de la juventud malagueña, el resultado es que los trabajadores con entre 16 y 29 años deberían emplear el 70% de su salario para pagarla, tal y como refleja un análisis del Consejo de la Juventud de España. Esto queda reflejado en el estudio de la Universidad de Málaga en el que se expone que el 91% de los jóvenes declaran que no podrían hacer frente a una hipoteca.
Frente a ello, y aunque perdura la tradición española de decantarse por comprar en lugar de alquilar, buscar casero se plantea como el «plan B», que no por ser la segunda opción, resulta más sencilla, ya que si se quiere vivir en Málaga habrá que reservarle casi el 40% de la nómina, según Fotocasa e Infojobs.
«Todos queremos tener una vivienda en propiedad para poder tener una seguridad en el futuro cuando estemos jubilados. Eso unido a que no hay vivienda en alquiler a un precio razonable, porque si yo tengo que pagar 700 euros por la vivienda en alquiler y 800 en propiedad, pues voy a la propiedad», señala Sarabia. «En cambio, si yo tuviera vivienda en alquiler a 300 euros, a los jóvenes no se les ocurriría vivir en propiedad. Sería en una etapa más serena en la vida, cuando ya has alcanzado un nivel económico razonable y puedas acceder a la compra. Eso en España no ocurre, en los países de nuestro entorno sí».
Ante esto, Rafael Arredondo defiende lo siguiente: «Los poderes públicos han asumido todo el ámbito de la construcción como un motor económico. No olvidemos que la vivienda es un derecho humano. Se tiene que generar un parque público de vivienda suficientemente amplio para que los jóvenes puedan acceder».
El 50,5% de los demandantes de VPO tiene menos de 35 años
En la capital malagueña hay 26.512 demandantes de vivienda de protección oficial (VPO), de las que el 50,5% -13.393- tienen menos de 35 años, según los datos facilitados por el Ayuntamiento de Málaga. De esos jóvenes que demandan una VPO, prácticamente la mitad la solicitan en régimen de compra. Solo en 2021, se apuntaron 2.581 jóvenes.
El concejal de Vivienda, Francisco Pomares, ejemplifica la solución habitacional que suponen las VPO: «Una vivienda como las que estamos construyendo de tres habitaciones, garaje y trastero puede salir por 170.000 o 180.000 euros. Eso mismo en el mercado libre puede estar en los 250.000 euros».
Esa diferencia se basa en que mientras que en la vivienda privada el promotor paga el suelo, en la pública la administración no, porque hace uso del suelo público que posee. Pero la lista de demandantes engorda más rápido que adelgaza, ya que la promoción y construcción de viviendas de protección oficial es algo lento y complejo.De hecho, en Málaga, desde el 2000 hasta la actualidad el Ayuntamiento ha construido 5.234 VPO, con una inversión municipal de 500 millones de euros.
El concejal de Vivienda, Francisco Pomares, calcula que eso supone el 95% de las VPO construidas en Málaga, siendo el resto de la Junta. «Los constructores no encuentran que sea rentable para ellos, entonces no lo hacen. Las pocas que se hacen, las hacen los ayuntamientos», explica el concejal de Urbanismo, Raúl López, que recalca que la gestión de VPO es competencia autonómica. «El Ayuntamiento, mediante el esfuerzo público, ha hecho las que ha podido. De hecho, hemos generado endeudamiento municipal».
¿Soluciones?
Raúl López destaca la necesidad de hacer un plan nacional de vivienda que permita a los ayuntamientos vender suelo barato y ser recompensados por el Estado. Tiene que haber una oportunidad legislativa en la que los ayuntamientos puedan poner suelo barato a disposición de los constructores para que construyan VPO».
Por su parte, Pomares añade que hay que invertir en la formación de trabajadores de la construcción para evitar que la carencia de mano de obra encarezca los costes así como «vigilar los intereses bancarios para que no le cueste tanto a los promotores construir», a lo que añade que las administraciones deben construir más vivienda pública.
«Built to rent»: edificios de inquilinos y no de propietarios
En Málaga, hay proyectadas 500 viviendas de alquiler en Santa Rufina y otras 500 en Castañón de Mena y El Cañaveral. Se denomina «built to rent [construir para alquilar], donde las promotoras se convierten en gestoras de bloques de inquilinos. Es una modalidad aún «testimonial», según Sarabia, pero que podría ayudar a aumentar la oferta de alquileres dignos.
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