El obispo de Málaga pide a la Virgen de la Victoria por los jóvenes y alerta de que "el número de suicidios a edades tempranas va en aumento"

La solemnidad de Santa María de la Victoria se ha celebrado esta mañana en la Catedral, con la tradicional Misa Estacional, que ha presidido el obispo de la diócesis, Jesús Catalá; concelebrada, además, por un gran número de canónigos y sacerdotes de Málaga y el Vicario Episcopal para la Evangelización y párroco “Santa María del Mar” de Torremolinos, Javier Guerrero García.        

Previo al comienzo de la misa, las instituciones que han acudido en representación de la ciudad, Ayuntamiento, Diputación provincial, delegación del gobierno de la Junta de Andalucía y subdelegación del Gobierno, han entregado unas ofrendas florales a la Patrona. La primera ha ido de la mano del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, acompañado del hermano mayor de la hermandad, Miguel Orellana. Otras de las personalidades que han asistido son la consejera autonómina, Carolina España; el presidente de la Diputación, Francisco Salado; la delegada de la Junta de Andalucía, Patricia Pastor y la concejala de fiestas, Teresa Porras; entre otros. Varios hermanos mayores de las cofradías de Málaga, militares, autoridades... también han estado presentes.

El obispo de Málaga ha reafirmado la denominación que el predicador le ha asignado durante la novena a la Virgen de la Victoria, "Estrella de la Evangelización" y ha agradecido a Javier Guerrero su reflexión porque "nos ayuda a conocer mejor a nuestra Madre y amarla con mayor ternura". La belleza de nuestra madre ha sido el hilo conductor que ha seguido Catalá en su homilía durante la misa. "En todos esos momentos de la vida de la Virgen de la Victoria resplandece la hermosura, su concepción inmaculada, su belleza virginal, su luminosidad y transparencia, su candor místico". Ha recordado que el día de hoy es para "contemplarla bajo el prisma de su belleza y dar gracias a Dios por las maravillas que ha realizado en María".

Entre las reflexiones de Jesús Catalá ha tenido un hueco el amor. Ha comparado el actual con el que se vivió entre la Virgen María, su hijo Jesús y José; y ha afirmado que "no había intereses en ese amor como puede ocurrir tantas veces en el amor entre dos personas, que aunque se llame amor, a veces, puede ser manipulación". En ese momento de hablar sobre la sociedad en la que vivimos a día de hoy ha pedido a los padres por los jóvenes; para que se les enseñe a vivir "la belleza interior". "Siguen las modas de la sociedad buscando la apariencia, el físico; pero por dentro están vacíos, su vida no tiene mucho sentido y por desgracia va en aumento el número de suicidios en edades más tempranas y somos todos responsables", ha afirmado Catalá.

La hermosura de la Virgen está justificada y el obispo ha desgranado los motivos: "en primer lugar, por el hecho de ser llena de gracia y adornada con los dones del Espíritu Santo, resplandece toda hermosa gloria de su Hijo y compendio de virtudes; en segundo lugar, porque María amó a Dios y a los hombres con un amor virginal y hermoso, de esposa y de madre; en tercer lugar, porque participó en el misterio de la concepción y del nacimiento de Cristo y en el de su muerte y resurrección. Es decir, aceptó con humildad, armonía y fidelidad el designio salvador de Dios".

En las peticiones de la Misa Estacional se ha rogado por la Iglesia, por el papa Francisco, autoridades, hermandades, cofradías, medios de comunicación y por los miembros de la Real Hermandad de la Victoria para "que eduquemos en el bien común".

Esta tarde la festividad de la Victoria tendrá su broche de oro con la procesión de la patrona por las calles del Centro. Saldrá de la Catedral a las 19.30 horas de camino al Santuario de la Victoria.