Desaparecidos

«Queremos empezar una búsqueda por nuestra cuenta»

Desde que se suspendiese la búsqueda de Emmanuel y Maxi, los dos jóvenes argentinos que desaparecieron el pasado 27 de agosto cuando salieron a ver el amanecer en una tabla de paddle surf, los familiares que vinieron desde Argentina están intentando movilizar a todas las personas e instituciones posibles para que se reanude

No pierden la esperanza e insisten en que no se van a ir «con las manos vacías» a su país

Critican que no se les comunicara que la búsqueda se paraba, decisión que rechazan, y afirman que «ahora es cuando hay más posibilidades de que los cuerpos salgan a flote»

Acaba la búsqueda activa de Emmanuel y Maxi, los dos desaparecidos cuando hacían paddle surf

El padre de Maxi, Jorge Ludvik, junto a la hermana de Emmanuel, Camila Soria.

El padre de Maxi, Jorge Ludvik, junto a la hermana de Emmanuel, Camila Soria. / Álex Zea

Isabel Cisneros

El anuncio de la suspensión de la búsqueda ha sido un golpe que ha hundido a los familiares de Emmanuel y Maxi, los jóvenes argentinos que desaparecieron el pasado 27 de agosto cuando salieron a ver el amanecer en su tabla de paddle surf. Aun así, siguen manteniendo la esperanza y aseguran que «quieren empezar una búsqueda privada».

La incertidumbre es una emoción que puede desembocar en la desesperación; y eso, precisamente, es lo que sienten los familiares de Maxi y Emmanuel al no disponer de los medios suficientes para emprender ellos mismos el camino hasta dar con los jóvenes. Aunque reconocen su agradecimiento a Salvamento Marítimo, cuestionan la tardanza en obtener el informe de búsqueda: «entendemos la burocracia y los protocolos, pero es que si queremos hacer algo por nuestra cuenta, de esta manera es más difícil».

«No nos comunicaron que se paraba la búsqueda y, evidentemente, no estamos nada de acuerdo porque en este momento es cuando hay más probabilidades de que los cuerpos salgan a flote», explica la hermana de Emmanuel, Camila Soria, a La Opinión de Málaga. Este es el motivo que aportaron a Salvamento Marítimo cuando les preguntaron, según la familia, «por qué debería seguir el operativo, si no se encuentran indicios desde hace días».

Cuando la respuesta que encuentran por parte de las instituciones es negativa, la desesperación se convierte en enfado porque afirman que ya «no están colaborando con ellos y que no aportan mucho de su parte».

La mañana de este 13 de septiembre se desplazaron hasta la sede de la Subdelegación del Gobierno para solicitar cita con el secretario general, Juan Pedro Carnero, porque insisten en que «ellos son los que tienen los recursos para costear la búsqueda».

Desde que el 27 de agosto Maxi y Emmanuel saliesen de casa a las 7.30 horas, no han vuelto a tener más noticias que la aparición de la tabla de paddle surf y el bote de mate que llevaban; además de un vídeo grabado por un turista británico en el que la familia está segura de que se les ve adentrarse en el mar. Camila Soria recuerda que «tenían muchas ganas de hacer ese plan» y que era la primera vez que salían a ver el amanecer.

Captura del vídeo difundido por los familiares de los desaparecidos.

Captura del vídeo difundido por los familiares de los desaparecidos.

Análisis de las imágenes del vídeo

La familia se ha encargado de hablar con un especialista en paddle surf, Carlos Toro, para analizar el vídeo de la entrada de los jóvenes al mar. La conclusión a la que han llegado es que «remaban poco y avanzaban mucho»; piensan que podrían ir «a unos cuatro o seis kilómetros por hora; por lo que, si esto duró media hora se adentraron dos kilómetros y medio». La familia no quiere aventurarse a crear ninguna hipótesis sobre qué ocurrió, pero Camila Soria expresa que «lo único que puede decir es que seguramente se fuesen bastante lejos y no pudieran salir».

Carlos Toro ha ampliado a La Opinión de Málaga que, en un día en el que el viento sopla como en el que desaparecieron los jóvenes, «no hace falta remar porque el propio cuerpo de cada chico se convierte en vela y puedes llegar a moverte a dos kilómetros por hora».

En Argentina el mar es mucho más movido y aquí siempre está planchado, pero las corrientes son muy traicioneras. Quizá se confiaron y cuando empezó el viento fuerte, ya no podían volver

La familia cataloga aquel pasado 27 de agosto como «un día raro» para el mar Mediterráneo. «En Argentina el mar es mucho más movido y aquí siempre está planchado, pero las corrientes son muy traicioneras. Quizá se confiaron y cuando empezó el viento fuerte, ya no podían volver», señalan.

«Ojalá estén vivos los chicos, nosotros seguimos teniendo la esperanza», sostienen. A pesar de la actitud de confianza, se plantean la posibilidad de que aparezcan los cuerpos sin vida, pero cuestionan que las instituciones «ya solo buscan cuerpos».

El padre de Maxi, Jorge Ludvik, hace hincapié en que «no se van a ir de España con las manos vacías, que tienen que seguir buscándolos». Camila Soria agrega que, aunque los chicos ya no estén con vida, «quieren encontrar los cuerpos para poder repatriarlos a su país y despedirlos con su gente, que es mucha la que los espera en Argentina y que están luchando desde allí como pueden para que esto no pare».

Maxi tiene 29 años y Emmanuel 34, y la familia habla de ellos como unas personas «buenas, sanas, educadas y excelentes». Salvamento Marítimo inició la búsqueda el lunes 28, pero Camila agrega que «entiende que no se pudiese sacar la embarcación por la madrugada, pero que está segura de que las primeras horas habrían sido cruciales». Sin embargo, recalca que saben que «buscaron mucho, pero que estuvieron muchos días para ver unas cámaras en las que no encontraron nada, que el vídeo lo pasó un turista y que la tabla la vio una embarcación privada».

En principio, la familia se queda en Málaga hasta el 20 de septiembre, aunque Jorge Ludvik insiste en que «si para ese momento no sabemos nada, agotarán todos los recursos posibles». Necesitan «cerrar esta etapa para descansar y estar tranquilos».

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