Crónicas de la ciudad

La desaparecida panadería de la calle Horno

En el número 10 una casa con pinturas murales del XVIII recuerda a una centenaria panadería. Por algo es la 'calle del horno' desde hace siglos.

Entrada a la calle Horno, con el antiguo edificio de la panadería en el centro a la izquierda.

Entrada a la calle Horno, con el antiguo edificio de la panadería en el centro a la izquierda. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Ayer hablábamos del recién desaparecido Rafael Bejarano y de su padre, Francisco Bejarano. Este último archivero municipal recoge en ‘Las calles de Málaga’ un acta de un cabildo del otoño de 1661, en el que el capitán Baltasar Alonso de Cisneros presenta los gastos de limpieza de calles tras una terrible inundación ocurrida en septiembre de ese año. En el acta hace mención a la «callejuela del Horno», que todavía se encuentra en nuestros días

Curiosamente, en el estudio ‘Las primeras transformaciones del urbanismo cristiano en Málaga’ (1487-1513), cotejado con los libros de Repartimientos, la investigadora María Victoria García Ruiz no localiza entre los 28 hornos musulmanes que contabiliza en esa Málaga en pleno cambio ninguno en la actual calle Horno, aunque sí en la de al lado, la calle Santos, entonces calle Pontecilla.

Es posible por tanto que la «callejuela del Horno» de la que hace mención el capitán en la segunda mitad del XVII, debiera su nombre a una instalación puesta en marcha durante ese siglo o el anterior y no fuera anterior a la conquista.

De cualquier manera, desde enero de 1999 un curioso panel de cerámica subsiste en esta calle donde tienen sus reales los churros de Casa Aranda, que también asoman a la calle Santos. El panel se encuentra junto a un negocio ya cerrado e informa de que justo en ese edificio, en calle Horno, 10, se encontraba la única panadería dentro de la muralla árabe, que contaría, se supone, con el horno que dio nombre a la vía.

El panel de cerámica.

El panel de cerámica. / A.V.

De ser cierta esta circunstancia, se trataría probablemente de un tiempo posterior a la conquista cristiana, pues por entonces se repartieron muchos hornos árabes de pan y más de una decena fueron para la Iglesia.

En todo caso, es digno de resaltar el edificio de esta antigua panadería, con una fachada con decoración geométrica del XVIII, recuperada en una de las etapas más tempraneras del realce -por la Unión Europea y el Ayuntamiento- del Centro Histórico. Lástima que el objetivo final de la operación, el atraer a más vecinos a vivir al casco antiguo no sólo no se haya logrado sino todo lo contrario, la 'estampida' de los malagueños.

Pintura geométrica en la fachada de la antigua panadería.

Pintura geométrica en la fachada de la antigua panadería. / A.V.

Por cierto que, en claro contraste con estas pinturas barrocas, la calle Horno es rica en pintadas vandálicas hechas por seres en distintas etapas de su ‘cocimiento’ intelectual, sin que hayan alcanzado en ningún caso la maduración cívica.

En todas partes cuecen habas, pero duele que en esta calle ligada al pan abunde tanto el mendrugo.