Crónicas de la ciudad
Pecio administrativo en el Camino de los Almendrales
Desde hace 11 años, un cartel pregona una remota actuación conjunta de la Diputación, el Ayuntamiento y el Gobierno central. Lo de menos parece ser retirarlo.
Como saben quienes leen esta sección y quienes levantan la vista de sus móviles y se dedican a contemplar Málaga con el detalle de un recién jubilado, en nuestra ciudad abundan los ‘pecios administrativos’.
Aunque la hermosa palabra ‘pecio’, herencia del latín, haga referencia a los restos de naves naufragadas, lo de ‘administrativo’ es una reelaboración poética para recordar las decenas de carteles informativos que pululan por nuestra ciudad y que informan de actuaciones realizadas por el Ayuntamiento, la Junta, la Diputación o el Gobierno central hace años, lustros o décadas.
La presencia de tanto cartel ‘naufragado’ por nuestras calles y avenidas se debe a una dejadez forjada con tesón gracias a una tupida estructura administrativa, en la que conviven tanto personas ganadoras de un concurso oposición como otras puestas a dedo por el partido vencedor en las elecciones y que, por llamativo que parezca, mandan sobre las primeras.
La falta de control sobre las empresas que realizan las obras públicas es consecuencia de la dejadez antes mencionada. El resultado es una colección de pecios que no tienen nada que envidiar a los que se encuentran criando algas bajo el Mar de Alborán.
El pasado mes de mayo esta sección volvió a informar de una pieza histórica que, el día menos pensado, acabará en el Museo de la Ciudad: un cartel de la Gerencia de Urbanismo, bastante descolorido ya, que lleva 14 años anunciando unas obras de 2009 en el barrio de Pinosol. 15 años se tiró un cartel de la Junta de Andalucía en la etapa del PSOE en una parcela del Romeral.
En otro rincón de Málaga crece en veteranía y sapiencia un cartel que se comporta como una estrella en el firmamento: aunque la observemos, sabemos que feneció hace miles o millones de años.
En agosto al menos seguía en un farallón cortado por el Camino de los Almendrales, muy cerca del Seminario.
El cartel nos informa de que se trata de una actuación financiada por la Diputación, el Ayuntamiento y el Gobierno central (por el entonces llamado Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas para ser exactos), consistente en las obras de emergencia en infraestructuras municipales, en este caso, en taludes en el lateral oeste del Camino de los Almendrales. Y en efecto, hay recias mallas metálicas para que el talud rocoso no se descuajaringue por la carretera.
El detalle sin importancia es que la obra se ejecutó hace 11 años, en 2012. Otro pecio abandonado que promete.
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