El consumo de pescado fresco y hortalizas cae a causa de la inflación

Según los datos del informe del consumo alimentario en España de 2022, cada español gastó 1.597,58 euros en alimentación y bebidas 

La guerra de Ucrania influyó en los hábitos

La inflación ha provocado cambios en los hábitos de consumo.

La inflación ha provocado cambios en los hábitos de consumo. / Álex Zea

Chaima Laghrissi

Chaima Laghrissi

Los españoles gastaron un 2,7% más en alimentación durante 2022, si bien eso no se tradujo en un mayor consumo, ya que descendió el 7,1 % respecto a 2021.

Según los datos del informe del consumo alimentario en España de 2022, realizado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el gasto de los hogares españoles en alimentación y bebidas -para el consumo doméstico durante el año pasado- se situó en 73.893,40 millones de euros.

Esto equivale a un gasto medio realizado por persona de alrededor de 1.597,58 euros, una cantidad inferior a 12,72 euros con respecto al año 2021.

Durante el año 2021, la progresiva vuelta a la normalidad y los nuevos hábitos adquiridos, mantuvieron la compra de alimentación y bebidas por encima de lo habitual. Sin embargo, en 2022 los hábitos de consumo de los hogares españoles estuvieron marcados por la invasión de Rusia a Ucrania.

Esto derivó en la subida de precio del petróleo, que desencadenó el aumento en el precio del combustible y por ende de los carburantes, lo que acabó en una huelga de transportes en España y en la inflación, que aún afecta al país.

En promedio, cada individuo realizó una ingesta aproximada de 583,48 kilos o litros dentro del hogar, lo que significa que se consumieron alrededor de 55,66 kg o litros menos que durante el año 2021.

Sin embargo, la inflación marcó nuevos hábitos de consumo en los hogares, debido al incremento del precio de algunos alimentos. En este sentido, los españoles dejaron de comprar pescado fresco. El consumo de este cayó en un 16,8%. Así como preparados lácteos (-14,7%), productos cárnicos (-12,7%); hortalizas y frutas frescas, con un descenso a doble dígito que alcanza el -13,4 % y -12,2% de variación, respectivamente.

También se observa una reducción por encima del promedio alimentario del consumo de varios productos de alimentación seca como azúcar, harinas y sémolas o aceite, así como de vino en el caso de las bebidas.

En este apartado es importante destacar «la guerra del aceite de oliva» que ha ido incrementando su precio en el último año, lo que ha derivado en que su compra caiga en un 10,2%.

Por su parte, la mayoría de las categorías de la alimentación experimentan una reducción en la demanda inferior al promedio de la alimentación, como ocurre con el arroz (-4,8 %), pastas (-2,3%) y legumbres (-5,3%).

En cuanto al segmento de bebidas, aunque los hogares reducen las compras de todos los tipos de bebidas, hay que destacar la contracción en la demanda de sidras (-16,6%) y vinos (-12,8%).

De igual manera, se reducen los litros comprados para consumo dentro del hogar de productos como agua de bebida envasada, cervezas, bebidas refrescantes y gaseosas y bebidas espirituosas.

Sin embargo, estos tipos de bebidas decrecen a un ritmo inferior al que lo hace el mercado, por poner un ejemplo, el agua de bebida envasada pierde un -2,3 % de volumen, en el contexto de decrecimiento agroalimentario del -8,8 %.

En este entorno de reducción general del consumo, sin embargo, encontramos algunos tipos de productos que consiguen ganar presencia en los hogares, tales como el queso semicurado o el queso de bola, algunas frutas como nectarinas y arándanos, y algunos productos sin lactosa como queso y otros derivados lácteos.

Los hogares también incrementan la compra de aceite de orujo, un tipo de aceite que mantiene actualmente una cuota minoritaria de mercado pero que ya representa el 1,3% del volumen total del sector oleícola, y que consigue ganar presencia en los hogares en un contexto de reducción de las compras del conjunto de los aceites, posiblemente a causa de su precio, más económico que otros aceites.

El consumo fuera del hogar creció hasta alcanzar el 31,4%

El informe del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación refleja también el gasto en alimentación fuera del hogar. Durante 2022, el consumo realizado fuera del hogar se elevó hasta el 31,4%. Así, cada español invirtió un total de 2.582,09 euros el pasado año en adquirir comida y bebida, lo que supone un aumento del 3,5%, correspondiendo la mayor parte a dentro del hogar (1.597,58 euros), mientras los 984,51 euros restantes corresponden a fuera del domicilio.

Fuera del hogar, cada español consumió de media 115 kilos por valor de 984,5 euros en 2022. Además, se mantuvieron los pedidos para llevar o a domicilio.

El 69,1% del consumo extradoméstico se hizo en el establecimiento, el 11,6% en la propia casa, el 6,2% en el trabajo, el 5,2% en casa de otros y el 4,9% en la calle.

Al tener menos tiempo para cocinar en casa, se combinaron las preparaciones que aportan salud, rapidez y comodidad, con mayor preferencia por los platos a la plancha, sin cocinar o en frío, y hervidos o al vapor.

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