Botánica

Las plantas de 2023: doce tesoros botánicos de La Concepción

El Jardín Botánico Histórico de La Concepción prosigue la tradición de presentar cada mes una planta de su riquísimo catálogo botánico. En este reportaje se detallan las doce plantas que acompañaron este año 2023 que se marcha, desde la de enero, el pitósporo ondulado, hasta la planta de diciembre, la secuoya

Invernadero en La Concepción.

Invernadero en La Concepción. / Daniel Capilla (Wikimedia)

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

El estreno del año en La Concepción, enero, vino de la mano del pitósporo ondulado, un nombre que proviene del griego pero que es bastante terrenal, pues significa ‘semilla pegajosa’, por sus semillas de color rojo o negro recubiertas de un mucílago resinoso. 

Se trata de un arbusto perenne que en algunos casos puede superar los 15 metros de altura. Originario de Australia, su fruto es una baya, en este tiempo de color naranja. 

Pittosporum undulatum.

Pittosporum undulatum. / La Opinión

Lo mejor para jugar al golf

El pitósporo ondulado es un arbusto con hojas de bordes muy ondulados. En enero su fruto, una baya, es de color naranja y al abrirse, cuenta con semillas de color rojo o negro. El fruto es muy llamativo para los pájaros, lo que favorece su dispersión. Con su madera se fabrican palos de golf. Lo encontramos entre la avenida de los plátanos y el Museo Loringiano.

Febrero estuvo representado por un endemismo de Cuba, la palmera petate, aunque la denominación popular cubana de guano barbudo es más descriptiva por las llamativas fibras marrones que cuelgan de su tronco.

Esta palmera puede alcanzar los 10 metros de altura en los ejemplares más veteranos, las palmas las tiene en forma de abanico y las flores, pequeñas y de color crema, están agrupadas en inflorescencias. Los tres ejemplares con los que cuenta el jardín no se han visto nunca en flor. 

Coccothrinax crinita.

Coccothrinax crinita. / La Opinión

La barbas de la isla de Cuba

La palmera petate es conocida por su llamativo tronco con largas fibras marrones, lo que le da su apariencia barbuda, aunque su tronco en realidad no supera los 20 centímetros de diámetro. Puede medir 10 metros de altura. En La Concepción hay tres ejemplares: en la colección de palmeras, el jardín histórico y cerca de la fuente del Tritón.

Encima de la cascada de la mosteras, con sus casi 25 metros de altura y un diámetro de 1,25 metros se encuentra la planta del mes de marzo, el ciprés de México o cedro de San Juan, nativa de América Central. Todavía puede pegar el estirón porque puede alcanzar los 30 metros.

Lo llamativo de este tipo de ciprés son sus ramas ascendentes que forman una copa cónica. De crecimiento rápido, es un árbol longevo que además soporta muy bien la sequía. 

Cupressus lusitanica.

Cupressus lusitanica. / La Opinión

El gigante mexicano

El ciprés de México o cedro de San Juan puede llegar a los 30 metros de altura -el ejemplar de La Concepción, detrás de la cascada de las mosteras mide casi 25-. De copa cónica y tronco recto con la corteza marrón rojiza y con fisuras, sus hojas son verdes grises. Como curiosidad es ‘monoico’, es decir que tiene ambos sexos en la misma planta. 

Abril, el mes en que se cumplieron 50 años de la muerte de Pablo Ruiz Picasso estuvo simbolizado por la popular campanilla azul, elegida por el Jardín Botánico en recuerdo de la famosa etapa azul del pintor malagueño. 

Presente en el sur de Europa y el norte de África, regala sus flores azul celeste de primavera a verano y su néctar es muy llamativo para los insectos polinizadores. Además, no requiere mucha humedad.

Convolvulus sabatius.

Convolvulus sabatius. / La Opinión

Homenaje floral a Pablo Picasso

En el 50 aniversario de la muerte del pintor malagueño Pablo Ruiz Picasso, La Concepción quiso sumarse a la conmemoración y elegir como planta de abril la campanilla azul, en recuerdo de la etapa azul del artista. Se trata de una planta rastrera perenne que se adapta muy bien a jardines secos o costeros con preciosas flores azul celeste.

Mayo, el mes de las flores nos trajo el aliogine, un híbrido que tiene su origen en Australia y que tiene como base dos especies, Alyogine huegelii y Alyogine hakeifolia.

Este arbusto crece bien a pleno sol aunque necesita un suelo muy drenado. Lo más característico de la planta de mayo en La Concepción son sus flores, de color entre lila y rosa con la base púrpura que están formadas por cinco pétalos que se superponen, con lo que se presentan en espiral. 

Su nombre científico proviene del griego: ‘Alytos’ es unido o sin división y ‘gyne’, mujer, en referencia al estilo (tubo que conduce hasta el ovario) que no tiene división. 

Alyogyne hakeifolia x A.huegelii

Alyogyne hakeifolia x A.huegelii / La Opinión

Híbrido australiano

El kilométrico nombre científico de esta planta (Alyogine hakeifolia x A.huegelli) evidencia que se trata del híbrido de dos especies que ha dado lugar este arbusto de origen australiano. Sus preciosas flores están compuestas por cinco pétalos superpuestos en espiral y además la floración es muy duradera. Puede verse en el parte australiana de la rocalla mediterránea.

El emblema de junio, la asclepia, también se conoce como ‘bandera española’ por sus flores de color rojo, naranja y amarillo. Se trata de un arbusto natural de la amplia franja entre México y la América tropical. Tiene una floración muy prolongada, además muy atractiva para los insectos, sobre todo para la mariposa monarca. Su semilla se usa para tratar problemas dentales y de la piel.

Asclepias curassavica.

Asclepias curassavica. / La Opinión

La bandera española en flor

Natural entre México y la América tropical, la asclepia ha tenido tanto éxito que se cultiva en todas las zonas templadas y tropicales del globo por su preciosa y prolongada floración. Se le conoce también como ‘flor de sangre’ o ‘bandera española’ por el rojo, naranja y amarillo de sus flores. La encontramos en los cuatro estanques redondos del jardín.

Plano del Jardín Botánico Histórico de La Concepción.

Plano del Jardín Botánico Histórico de La Concepción. / La Opinión

La manzanilla marítima, la planta de julio, debe su nombre a su presencia en rocallas y arenales próximos al mar entre el sur de Portugal e Italia. Es un arbusto de hojas carnosas y como flores, margaritas de la familia de las Asteráceas. Florece entre la primavera y el verano.

Anthemis marítima

Anthemis marítima / La Opinión

La planta más playera

El nombre de la manzanilla marítima evoca su presencia en arenales y roquedales junto al mar, entre el sur de Portugal hasta las islas Baleares e Italia. Es un arbusto de base leñosa con hojas carnosas y margaritas de la familia de las Asteráceas. Florece entre la primavera y el verano. La podemos ver en la rocalla mediterránea, en la parcela ‘Lusitano-andaluza-litoral’.

El solano de flor azul, la planta de agosto, aguanta carros y carretas. Es un arbusto resistente que no requiere muchos cuidados y florece más a pleno sol. De hojas acampanadas y entre moradas y azules, un horticultor francés del XIX fue quien aclimató esta planta originaria de Argentina y Paraguay.  

Lycianthes rantonnetii.

Lycianthes rantonnetii. / La Opinión

El verano se tiñe de morado

El solano de flor azul, arbusto originario de Argentina y Paraguay, es una planta muy resistente que no requiere muchos cuidados. Las flores son acampanadas, de un color entre morado y azul y con el centro amarillo. En el Jardín de La Concepción las localizamos en la parte sudamericana de la colección de palmeras y en el Jardín de los Sentidos

En septiembre fue elegido el hibisco de Arnott, de nombre científico Hibiscus arnottianus. Es un arbusto con grandes flores blancas o con un tono rosa y con hermosos y vistosos estambres. Además, desprenden un olor suave. Es nativo de los bosques húmedos de las montañas de Hawái y en España se da en el sur, por su poca resistencia al frío y al viento. Por eso, sólo florece desde el verano hasta que bajan las temperaturas.

Hibiscus arnottianus.

Hibiscus arnottianus. / La Opinión

La blancura de Hawái

El hibisco de Arnott, en honor al botánico inglés George Arnott, procede de los bosques húmedos de las montañas de Hawái, aunque en laPenínsula Ibérica puede crecer en las costas mediterráneas. Sus flores son grandes y blancas o con toques rosados y con unos llamativos estambres. En La Concepción hay algunos ejemplares junto a la antigua escuela

Octubre arribó con un manto otoñal, con el llamado manto rojo o megasquepasma, un arbusto originario de Venezuela con propiedades insecticidas y que puede alcanzar los 3 metros de altura.

Su distintivo son las alargadas brácteas de color rojo rosado que protegen las flores blancas. Por cierto que su enrevesado nombre científico (Megaskepasma erythrochlamys) hace referencia, en griego, a sus grandes bráqueas rojas y la protección que aportan.   

Megaskepasma erythrochlamys.

Megaskepasma erythrochlamys. / La Opinión

El manto del otoño

El manto rojo o megasquepasma es un arbusto perenne endémico de Venezuela aunque también presente en otras zonas del trópico. Empleado como planta ornamental, puede sorprender con una floración tardía en otoño. De esta planta destaca su bráctea de color rojo que tiene la función de proteger a las flores. Se encuentra frente a la rocalla de plantas mediterráneas.

Noviembre, penúltimo mes del año, vino representado por el podocarpo, una conífera perenne de hojas cuyo haz es más oscuro y da lugar a un juego de tonos muy hermoso. Además, es una especie dioica, con los sexos separados. Los individuos masculinos dan una piña amarillo verdosa. 

Podocarpus neriifolius.

Podocarpus neriifolius. / La Opinión

Alimento en el Himalaya

Altiva (puede medir 20 metros) y con muchas tonalidades de verde, el podocardo es una conífera de hoja perenne procedente del Asia subtropical. Sus semillas, por cierto, sirven de alimento en el Himalaya. En La Concepción hay ejemplares como el que se encuentra junto a la antigua pista de tenis o el que hay detrás del Museo Loringiano.

El año se despidió en diciembre con un árbol también muy ligado a la Navidad, con la secuoya, la famosa conífera de California que puede vivir más de 2.000 años.

Sequoia sempervirens.

Sequoia sempervirens. / La Opinión

Un árbol dos veces milenario

La secuoya es una conífera cuyo ejemplar más alto alcanza los 110 metros. Originario de California, EEUU, en La Concepción hay dos secuoyas plantas por la Asociación de Amigos en una colección de coníferas cerca de la colección de palmeras. Con la copa de forma cónica, corteza fibrosa y marrón rojiza y hojas en espiral, puede vivir cerca de 2.000 años.

En este próximo 2024, nuevas joyas de La Concepción.

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