«La actual epidemia de miopía supone una amenaza para la retina»

El doctor Francisco Barrero, experto de Miranza, grupo líder en oftalmología con nueva clínica en Málaga, alerta de esta enfermedad como uno de los principales factores de riesgo del desprendimiento de retina

El doctor Francisco Barrero, con un paciente en lámpara de hendidura.

El doctor Francisco Barrero, con un paciente en lámpara de hendidura. / La Opinión

El desprendimiento de retina puede afectar a cualquier persona, pero es más frecuente en individuos de mediana y avanzada edad, si bien el principal factor de riesgo es la miopía, ya que los ojos miopes, naturalmente más grandes para adaptarse a la visión cercana, aumentan el riesgo de tensar la fina capa de células que forma la retina y, por tanto, el riesgo de que esta se despegue del globo ocular, ocasionando el desprendimiento de retina. Por ello, «en los países desarrollados, la creciente prevalencia de la miopía, que se ha convertido en una auténtica epidemia, ha disparado también el riesgo de esta patología retiniana», advierte el doctor Francisco Barrero, especialista en retina de Miranza, grupo líder en oftalmología, con más de 30 centros en España, uno de ellos en Málaga, donde el grupo acaba de iniciar su actividad con una nueva clínica.

El Dr. Francisco Barrero. | LA OPINIÓN

El doctor Francisco Barrero. / La Opinión

Según el especialista, a menudo, el desprendimiento de retina va precedido de un desprendimiento de vítreo, gel gelatinoso que rellena el globo ocular, lleno de pequeñas fibras que se adhieren a la retina. «A medida que envejecemos o por otras causas, como la forma del ojo miope, las fibras del vítreo se separan de la retina, lo que puede provocar su posterior rotura», explica.

Moscas volantes, destellos y pérdida de visión

De hecho, el síntoma principal del desprendimiento de retina es el desprendimiento del vítreo, manifestado con las conocidas «moscas volantes» y las fotopsias, que se perciben como destellos de luz en el ojo. «A medida que este desprendimiento de vítreo progresa y ocasiona un desgarro, evoluciona hacia un desprendimiento de la retina, es decir, entra fluido entre la retina y la capa contigua, que es el epitelio pigmentario, y empieza a desprenderse la retina». El síntoma más común en este caso es la pérdida de visión periférica, caracterizada por una visión similar a la presencia de una cortina o mancha periférica que se desplaza hacia el centro. A medida que la condición progresa, afecta cada vez más a la visión central, pudiendo resultar en la pérdida completa de la visión.

Por ello, si algún paciente presenta visión de moscas volantes o destellos de luces, «es crucial que consulte a un oftalmólogo», afirma el doctor Barrero, quien añade que «en una visita de rutina, es posible que identifiquemos en un paciente una lesión preliminar que predispone al desprendimiento de retina». En estos casos, de manera muy individualizada, algunos pacientes pueden requerir tratamiento con láser como medida preventiva.

Cirugía urgente y altamente especializada

La cirugía para tratar el desprendimiento de retina es una intervención altamente especializada que requiere la participación de un equipo compuesto por cirujanos y personal de enfermería expertos en retina. «Cuanto antes se realice la operación, más probabilidad de éxito, ya que una vez que la retina se desprende, se desencadena un proceso inflamatorio que conduce al acortamiento de la retina y al crecimiento de células, lo que dificulta la tarea de colocar la retina junto al epitelio pigmentario, y compromete los resultados visuales», advierte el oftalmólogo de Miranza. Se trata de una cirugía compleja, con una curva de aprendizaje larga, que en manos no expertas puede tener grandes complicaciones y repercutir en la visión de manera directa.

Según Francisco Barrero, «no siempre se logra fijar la retina correctamente en el primer intento y, si esta no se logra reposicionar adecuadamente, las consecuencias no solo son anatómicas, funcionales y visuales, sino que también pueden dar lugar a la evolución de un ojo doloroso o estéticamente desfavorable». Por ello, es importante acudir a oftalmólogos altamente especializados en esta cirugía.

Avances

Los avances en las técnicas de cirugía de mínimo calibre permiten obtener resultados favorables y, en algunos casos, excelentes, siempre que el tratamiento se reciba de manera rápida y por manos expertas.

«En Miranza, ofrecemos varios tratamientos, y en casos con un pronóstico desfavorable, combinamos varios de ellos. El tratamiento más común es la vitrectomía, que implica acceder al interior del ojo, retirar el gel que está ejerciendo tracción y, mediante gas, aire u otros medios mecánicos, volver a unir la retina y aplicar láser», indica el especialista.

Otro posible tratamiento es la cirugía escleral, la cirugía clásica, que implica colocar normalmente un cinturón de silicona alrededor del ojo, mientras que un tercer tratamiento también muy importante es la retinopexia neumática, que se aplica mediante la inyección intraocular de gas y el posicionamiento del paciente. Todo esto respalda el tratamiento con láser, a veces también utilizando frío. «Después de todos estos procedimientos, generalmente se introduce gas a nivel intraocular o aceite de silicona para asegurar que la retina quede adherida de forma permanente», concluye el doctor Barrero.