Crónicas de la ciudad

Un Centro de Interpretación del Solar frente al río

La parcela con las naranjas fauces abiertas junto a la Peña Trinitaria quizás ya convivió con los fenicios. El espacio tiene galones para ser un ‘centro de interpretación’

Vista del solar esta semana desde la plaza de la Aurora, con la sede de la Peña Trinitaria al lado.

Vista del solar esta semana desde la plaza de la Aurora, con la sede de la Peña Trinitaria al lado. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Los descubrimientos arqueológicos nos permiten ya adivinar la planta de la Málaga fenicia o cuando menos su perfil a vuelapluma, pues la ciudad era entonces una pequeña península por delante del Monte Gibralfaro y el cerro de la Alcazaba, cuya punta de lanza sería la Catedral de nuestros días. 

Es decir, que la actual plaza del Obispo sería un espacio en el que confluirían las aguas del Guadalmedina y el Mar de Alborán, que lógicamente tendrían otro nombre. Delimitaría esa península al norte la calle San Agustín, pero ya la actual plaza de la Merced se encontraría bajo las aguas o parte de ella convertida en playa. 

Y enfrente, al otro lado del río, habría que remar o nadar un trecho para ir desde la loma de la actual Catedral -donde quién sabe si no habría ya un templo dedicado a alguna deidad arcana- hasta el núcleo de La Trinidad, también retranqueada en sus dominios y con una pronunciada curva ribereña ya por El Perchel, paralela a la calle Agustín Parejo, así que el entorno de Santo Domingo también estaría sumergido. 

Lo que ‘emergería’ bien pronto, puede que por algún fenómeno tectónico, es el que con el tiempo se ha convertido en uno de los solares más antiguos de Málaga, quién sabe si de tiempos cercanos a los fenicios, empleado por las tribus autóctonas para guardar sus aperos y ladrillos.

Otra vista del solar junto a la plaza de la Aurora y la Peña Trinitaria.

Otra vista del solar junto a la plaza de la Aurora y la Peña Trinitaria. / A.V.

La parcela no se encuentra incluida en el Registro Municipal de Solares, quizás porque ya ha entrado en la categoría de ‘solar arqueológico’, no por lo que albergue su subsuelo sino por el solar en sí, más antiguo que el hilo negro. 

El problema de esta parcela es su ‘vistosidad’, en el sentido de que está a la vista de todos, con sus fauces naranjas abiertas, más que visible a lo largo y ancho de la avenida de la Rosaleda

En realidad, se trata de un solar de planta irregular, fruto de la demolición de un par de casas con patio interior, quizás antiguos corralones. Se trata de la parcela empleada como aparcamiento junto a la Peña Trinitaria y la plaza de la Aurora

Los malagueños se han acostumbrado tanto a esta ‘herida’ junto a la ‘cicatriz’ (con perdón), como algunos llaman al río, que más de uno y más de dos no recordarán qué había antes de este agujero negro urbanístico.

Por eso, antes de que este espacio cargado de siglos se convierta en un edificio de apartamentos o en un bloque de pisos turísticos -las dos mayores probabilidades para cualquier construcción en la Málaga actual-, ¿por qué no un Centro de Interpretación del Solar? El espacio tendría galones para ello. 

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