Nacionalidad

La larga espera por la nacionalidad española

La marroquí Zouhira Aouassar, antigua mujer maltratada, lleva 21 años en España, se volvió a casar con un malagueño y sus tres hijos tienen la nacionalidad española. Desde hace cuatro años espera que también se la concedan 

Zouhira (Sara) Aouassar y su marido Curro López.

Zouhira (Sara) Aouassar y su marido Curro López. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

«Llevo en España más de la mitad de mi vida», cuenta la marroquí Zohuira Aouassar, vecina de Málaga que entró de forma legal en nuestro país con 20 años; hoy tiene 41 y hace cuatro que pelea por conseguir la nacionalidad española.

De sus 41 años, 13 los pasó en Barcelona como mujer maltratada por su primer marido marroquí, con quien tuvo tres hijos, alojada en nueve pisos de acogida y cinco de emergencia.

Aunque la justicia condenó en varias ocasiones a su marido, en el último juicio fue absuelto por falta de pruebas. «Le dije a la jueza que nadie tiene testigos a las 4 de la mañana en tu casa», recuerda.

Hace una década, las autoridades catalanas le aseguraron que no podía hacer más por ella y por eso decidió trasladarse a Málaga, donde tenía un familiar. Allí se fue a vivir aun piso para mujeres maltratadas.

Zouhira comenzó en Málaga a levantar cabeza, lejos de su primer marido y además, hace nueve años se casó con el malagueño Curro López, presidente de la Asociación de Vecinos de Lagunillas, un colectivo del que se ha convertido en voluntaria. Por otro lado, colabora como traductora de árabe en hospitales, juzgados y donde haga falta. «Empecé en el Materno Infantil y hasta los propios médicos me llaman cuando viene una mamá marroquí», recuerda.

Hace casi un año, en abril de 2023, la pareja pudo por fin conseguir el sueño de que a sus tres hijos menores de edad, los que Zouhira Aouassar tuvo con su primer marido, se les reconociera la nacionalidad española. Como la madre recordaba el año pasado a este diario, poco antes de esta concesión, sus tres hijos eran nacidos y criados en España.

La paradoja es que, en la familia que forman, ahora es la madre, que lleva más de media vida en España, la única que no tiene el DNI español.

Como recuerda, se requiere un mínimo de 10 años de estancia y lleva 21, no tiene antecedentes penales, hace cuatro años que solicitó y su petición sigue en trámite.

«Llevo gastados unos dos mil euros entre tasas y la documentación que tengo que subir de Marruecos», destaca, al tiempo que recuerda que pasó con brillantez los exámenes para conseguir la nacionalidad. Como curiosidad, en su trabajo como intérprete, cuenta que le ha tocado ayudar a marroquíes que llevan mucho menos tiempo en España y ya han conseguido el DNI español.

El matrimonio lleva desde 2020 intentando que sus tres hijos obtengan la nacionalidad española

El matrimonio, en febrero del año pasado. / A.V.

Curro, su marido, cree discriminatorio que el Gobierno español haya concedido con rapidez la nacionalidad española al luchador georgiano Ilia Topuria, algo que no ocurre con el resto de quienes lo solicitan, entre esas personas su mujer y diez personas más a las que atiende la Asociación de Vecinos de Lagunillas. Por eso, ha enviado sendos escritos de queja al Ministerio de Justicia y al Defensor del Pueblo. «¿Qué es lo que pasa, aquí somos de segunda categoría?, mi mujer lleva 21 años en España, ha sido víctima de violencia de género, sus hijos y su marido tienen la nacionalidad española, ¿por qué la siguen machacando?», se pregunta.

Zohuira sólo tiene un deseo: conseguir la nacionalidad y «pasar página» de una vez para dejar atrás su pasado.

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