El Málaga CF tiene la sorprendente capacidad de convertir el caos en un día cotidiano. Los acontecimientos nocivos para el club de Martiricos continúan sucediéndose en cascada, sin oposición y sin fin aparente. Y el último en sumarse a la decadente hoja de ruta malaguista es el adiós de Antonio Tapia, director de La Academia del Málaga CF que aterrizó hace unos meses y que no continuará al frente del proyecto de cantera tras el anuncio oficial este jueves por la tarde.

Se podría decir que es una sorpresa más, porque el técnico ha cumplido con sus objetivos inmediatos al frente de la nave, inició un proyecto con una duración mínima de dos-tres años y también estaba llamado a ser el primer director de cantera de la futura Ciudad Deportiva, lo que sin duda era un caramelo muy apetecible. Pero las sensaciones de desgobierno que asolan al club han pesado más y ahora Tapia es una figura relevante más que abandona la nave malaguista.

El técnico, en cualquier caso, anuncia su renuncia por motivos personales. Tenía que renovar su contrato este próximo mes. Algo que sin duda no iba a tener mayor dificultad comprobando su valía. Pero el Baena prefiere no continuar en el cargo, echarse a un lado y dejar su cargo a disposición del club.

En su decisión a buen seguro que ha pesado la marcha de Mario Husillos, que hace unas semanas ya le comunicó a la propiedad que no seguirá en el cargo de director deportivo. Su salida, sorpresivamente, no se ha solucionado aún pero en la entidad ya se le busca sustituto. Todo hace indicar que es cuestión de horas que se cierre su marcha, por lo que el nuevo director deportivo también podría apostar por un hombre de su confianza en la dirección de la cantera.

Y es que Tapia aterrizó en el Málaga CF a mediados de noviembre después de que Mario Husillos confiara en él para el puesto que dejó vacante Miguel Calzado. Es, por así decirlo, un cargo de confianza en el que el argentino depositó la responsabilidad de La Academia al cordobés. Y la respuesta no pudo ser mejor. En siete meses, el Atlético Malagueño -el equipo más representativo de la cantera- ha conseguido su principal objetivo de ascender a Segunda B. Y además con una implicación importante del director de la cantera, ya que decidió cambiar el técnico en mitad del curso y pese a ir líder destacado. El cambio de Dely Valdés por Manel Ruano a la postre ha sido satisfactorio.

Tapia inició también un proceso lento de cantera intentando cambiar el rumbo de un auténtico transatlántico. Y es que el presupuesto destinado a la cantera había bajado con respecto a épocas pasadas, de ahí que la apuesta con su llegada fuera por la de intentar malagueñizar la base.

Tapia, además, ha sufrido desgaste personal desde su llegada. Su intenso trabajo le ha granjeado más preocupaciones de las esperadas. «Yo disfruto en el día a día y a la vez sufro. Cada fin de semana me llevo tres o cuatro alegrías y una o dos decepciones. Por suerte la mayoría son victorias, pero sufro con las derrotas. A nivel emocional es un infierno, es un vaivén continuo. Intento regular porque yo pienso como entrenador. Y veo las cosas que se hacen bien y mal. Y tengo las emociones similares a las del banquillo. Los lunes estoy con un desgaste grande. Y eso no es muy saludable», confesaba Tapia en una entrevista a La Opinión de Málaga en marzo.

El técnico, además, nunca ha escondido su intención de volver algún día a los banquillos para continuar su carrera como entrenador. «Echo de menos el banquillo», confesaba Tapia. Quizás su futuro pueda estar de nuevo cerca del césped y en los vestuarios. Y mientras, el Málaga CF, sigue buscando precisamente entrenador, director deportivo y ahora, también, director para la cantera.