No es fácil volver a los orígenes, recuperar la esencia y tener la frescura del arranque de Liga. El Málaga CF lo ha conseguido. Al menos lo ha puesto de manifiesto en las últimas jornadas, en las que ha conseguido encauzar su camino, encadenar una racha de dos victorias consecutivas y poner de manifiesto algunas de las virtudes que le llevaron a encadenar cinco victorias consecutivas en el inicio liguero que le colocó en el liderato en solitario.

El Málaga del pasado viernes ante el Cádiz bien podría haberse parecido al que venció al Alcorcón o al Tenerife. El que venció en Son Moix una semana antes, con tintes muy similares al que lo hizo en Almería. No es casualidad que el Málaga vuelva a sus orígenes, porque hay algunas piezas que vuelven a encajar.

La mejoría defensiva parece evidente. El Málaga CF ha encontrado en la pareja Diego González-Pau Torres estabilidad. Se compenetran bien los dos jóvenes zagueros, a la espera de que Luis Hernández finalmente se recupere de su lesión, que le tiene apartado ya varias semanas de los terrenos de juego.

No hay que negar tampoco que el Málaga CF ha recuperado muchas dosis de fortuna que había perdido en anteriores jornadas. Ante el Mallorca, el buen hacer blanquiazul y la falta de puntería rival fueron suficientes para mantener el 1-2 final. Ante el Cádiz, un penalti no señalado de Pau también impidió que los amarillos se adelantasen en el marcador, de haberlo transformado, claro está.

Otra de las claves para ser de nuevo el Málaga rocoso y solidario es la reaparición de Jack Harper. El canterano blanquiazul ofrece potencial ofensivo, pero también defensivo. Es más, su principal cometido en el equipo es el de ejercer de primera línea de presión al rival. El hispano-británico hace un trabajo oscuro que no suele brillar, pero que da sus frutos al equipo de Muñiz. Y si además suma en la parcela ofensiva, pues mejor. Harper marcó ante el Mallorca y asistió en el único gol ante el Cádiz. Impecable su regreso tras dos meses lesionado.

La recuperación de algunos jugadores claves también es importante. Y es que Pacheco empieza a entonarse, al igual que N'Diaye y Munir. Ontiveros, desde el banquillo, suma. Cifu ha vuelto con bríos renovados. Y Adrián dejó su lesión en sólo una semana.

Buena parte de culpa de que el portero marroquí y el mediocentro senegalés estén mejorando en sus prestaciones es que los compromisos internacionales de sus países están aparcados hasta marzo. De una forma o de otra, esos viajes y esos partidos que los alejaban del día a día acababan afectando. Ahora, con el Málaga CF en el horizonte, su mejoría se hace notar.

El gol, sin embargo, sigue siendo una de las asignaturas pendientes, aunque si bien es cierto que marcar es casi sinónimo de puntuar en este equipo.

Los lesionados, hasta 2019

Ayer el equipo volvió al trabajo en el Estadio de Atletismo y no lo hizo con grandes novedades en lo que a los lesionados se refiere. Había mucha esperanza en poder recuperar, sobre todo, a Luis Hernández para el partido del Oviedo.

El zaguero lleva varias semanas mostrando su mejoría y hay pensamiento en que llegara al último duelo del 2018. Sin embargo, ayer siguió en el gimnasio con el resto de los lesionados, Mula, Koné e Iván Rodríguez, que arrastra molesias musculares.

Es decir, que al menos el zaguero y Koné estarán ya a la vuelta de las vacaciones de Navidad, cuando el Málaga CF comience a preparar el partido con el Reus.

Pacheco, contento

El que sí habló ayer de la mejoría del equipo es Dani Pacheco. El centrocampista malagueño ya parece asentado en el once y eso demuestra que las cosas comienzan a salirle. «Uno, como niño de aquí de Málaga, sueña con esos momentos: jugar para el Málaga CF, hacerlo bien y que la gente lo reconozca. Estoy agradecido a la afición, queda mucho todavía y, en lo personal, tengo que seguir mejorando cada partido, cada semana, para estar al mejor nivel, si puede ser, en todos los partidos, y en ello estamos», apuntó el centrocampista pizarreño.