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La ilusión marca el camino (0-0)

El Málaga CF culminó una gran primera mitad a la que solo le faltó el gol, pero en la segunda parte el cansancio hizo peligrar el empate

Mar Bianchi

Mar Bianchi

De la motivación máxima y la sensación de poder ganar por goleada a acabar pidiendo la hora. En líneas generales, el Málaga CF de José Alberto pinta muy bien y en su estreno solo le quedó atravesar la portería rival para firmar un inicio de ensueño. Aún es pronto, ni siquiera se ha cerrado el mercado y queda toda una temporada por delante para definir detalles. Pero la materia prima es buena y el trabajo del míster asturiano empieza a notarse aunque falta, como siempre, el gol para ser felices.

Los primeros minutos tuvieron un denominador común: el hambre y las ganas de Kevin en el terreno de juego. El canterano fue una sorpresa en la alineación y se movió en el césped de La Rosaleda como uno más, como si llevase años y años entrenando en el primer equipo. Tuvo varios remates peligrosos e incluso asistió a Brandon Thomas en un remate peligroso. El conjunto boquerón, acompañado de más de 6.000 almas, se mostró vertical, desenfadado e ilusionante.  

Después de la intensidad de los minutos iniciales, el balón siguió rodando por el verde con un poco menos de agresividad. Tras la pausa de hidratación, ambos equipos se mantenían cómodos en campo propio, sin asumir grandes riesgos. Juande, adelantado por milímetros, aprovechó una falta de atención en defensa del conjunto de Miranda de Ebro y batió la portería rival. Eso sí, segundos después de que el balón atravesase la red, el colegiado decretó fuera de juego y el tanto no subió al marcador

Había que seguir buscando gol y Paulino y Luis Muñoz estaban centrados en ello. A falta de profesionales, los canteranos del Málaga CF siempre tratan de salir al rescate. Una vez más, Kevin jugó con Brandon para buscar la portería de Lizoain y luego Luis Muñoz en una gran arrancada buscó a Paulino y con la diestra trató de abrir el marcador sin final feliz. 

Los primeros 45 minutos del Málaga del técnico asturiano fue una grandísima puesta en escena, solo faltó la guinda en forma de gol. Un gol que, de regirse por probabilidades matemáticas, hubiese sido de Kevin Villlodres. La actuación coral era digna de que los blanquiazules estuviesen por delante, pero faltó un ápice de puntería. 

En el arranque de la segunda mitad se mantuvo la tónica de los minutos iniciales con Kevin generando ocasiones de peligro y desbordando. El 1-0 volvió a estar muy cerca tras una cesión, tuvieron que llegar los defensas del Mirandés a despejar en la línea de cal y Capellini casi marca en propia meta. 

Cuando el cansancio empezó a hacer mella, el Mirandés de Lolo Escobar se repuso y los locales empezaron a sufrir. Oriol Rey encontró espacio para encarar a Dani Barrio, aunque su tiro se marchó desviado. Poco después, una falta previa de Íñigo Vicente evitó que el Mirandés se adelantarse en el marcador. Una llamada de atención al bajón del Málaga en los últimos minutos. 

Javi Jiménez, presente en todo el partido, fue providencial cortando las acciones ofensivas del Mirandés. 

Fueron tantas las llegadas peligrosas, que en el 93 Hassan superó a Barrio y marcó el que parecía el 0-1 final. Pero el VAR entró en acción y finalmente el árbitro decidió anular el gol por falta en la jugada previa. Regresó el empate, el punto y el Málaga respiró aliviado. Muchos se acordarían de todos esos balones que no entraron en la primera parte, así es el fútbol y así seguirá siendo. Los blanquiazules, fieles a sí mismos, tuvieron que sufrir, no obstante hay margen de mejora y lo visto en el terreno de juego hace pensar que el equipo irá a más. Toca seguir trabajando.