José Collado Benítez es un antequerano que lleva dos años y medio sin trabajar. Hace escasas fechas falleció su madre y ya no cuenta con ningún tipo de ingreso, pues no dispone de subsidio alguno y tampoco tiene familiares que puedan ayudarle. En su casa, situada en la barriada de La Quinta de la localidad, han cortado la luz, el agua y el gas, por lo que no cuenta con ningún suministro vital en su día a día. La desesperación le ha llevado a pedir trabajo en el libro que puso el Ayuntamiento a disposición de los vecinos para dar su apoyo a la candidatura del Sitio de los Dólmenes a Patrimonio Mundial.

Este vecino de la ciudad del Torcal, de 55 años, ha tenido una vida agitada que le ha ayudado a crecer como persona. Cuando era joven cayó en la droga. Pero con la ayuda de profesionales de centros especializados y con mucha fuerza de voluntad, José salió del abismo en el que se encontraba y ya lleva tres años completamente rehabilitado. También, por posesión de sustancias estupefacientes, tuvo que ingresar durante su juventud en la cárcel. Pero, según cuenta él mismo, estas circunstancias pertenecen a una vida pasada que prefiere no recordar.

Ahora, lo que le importa es conseguir un trabajo que cambie radicalmente su situación y que le haga olvidar el calvario en el que actualmente vive. Por eso decidió escribir varias veces mensajes singulares en el libro de firmas de apoyo a la candidatura de los Dólmenes de Antequera.

En ellos pide empleo, enumera las distintas profesiones a las que se ha dedicado y deja sus datos bien claros para que cualquier empresa interesada pueda ponerse en contacto con él.

Y es que a este antequerano tan sólo le hacen falta tres nóminas para solicitar la prejubilación, una ayuda que supondría un alivio para José, que, según indicó, arrastra una depresión desde hace varios años que le está llevando al sin vivir.

«He trabajado durante 30 años de oficial de primera en la construcción, sé manejar las máquinas e incluso he sido jardinero», afirma este vecino, que considera «injusto» el trato que está teniendo el Ayuntamiento con él, ya que «a otras personas le dan más días de trabajo que a mí».

En la actualidad, José dedica su día a día a buscar en el campo frutos de distinto tipo para comer, visita a la asistenta social cada vez que puede y recoge de vez en cuando una bolsa de alimentos que dan a las personas que están en su situación.

Asimismo, afirma que cuenta con el 33% de minusvalía debido a varios accidentes que ha sufrido, tanto de tráfico como en el propio puesto de trabajo.

«Estoy desesperado, sólo espero que esto se arregle», comenta una y otra vez José Collado a lo largo de la conversación, en la que asegura que seguirá dejando mensajes en cualquier sitio que le permita abrir una puerta que le conduzca a la esperanza. Por lo pronto, la candidatura de los dólmenes ante la Unesco cuenta entre sus muestras de apoyo con una dedicatoria bastante singular.