RESUMEN DE LA ETAPA

El pueblo de El Burgo es la referencia y desde allí se avanza aguas arriba por un ancho carril junto a la ribera del río de El Burgo o Turón. Al noroeste va custodiado por escarpadas laderas cubiertas de pinos hasta que se abre en dos cabeceras, el arroyo de Lifa que desciende arropado por un notable cornicabral y el de la Higuera, proveniente del pinsapar de Ronda. A esa altura y hasta el puerto de Mujer, la pendiente se agudiza.

Pasado el cruce de la Gran Senda en dirección a Ronda el carril gira bruscamente de sur a norte y se va encarando al este conforme se acerca al puerto de la Mujer, verdadero punto de inflexión del recorrido,

A partir de ahí el vial elegido es una vereda en franca bajada, por un fragoso bosque atravesado por varios cortafuegos. En los marcados collados que dibuja la alargada loma, el camino se asoma alternativamente a los dos valles mencionados.

Algunos senderos, antes de afluir al puerto de los Lobos, se encaminan al carril de los Sauces, aunque la opción elegida baja entre campos de cultivos por el Sendero de Uso Público que comunica El Burgo con La Fuensanta.

Al principio, al norte destacan los enormes cortados calizos de Sierra Blanquilla y al sur los contorneados montes de margocalizas ocupados de pinares de repoblación. En el tramo central llama la atención el cornicabral asentado en lo más angosto del valle de Lifa con la torre medieval. Luego se hacen visibles los pinsapares de Ronda y Yunquera, lejanos en las montañas.

Desde el puerto de los Lobos, al noreste, se divisa el fértil valle del Turón cubierto de olivares al abrigo de la alargada sierra de Alcaparaín.

En el bosque de pinos carrascos se ven antiguas zonas abancaladas, pero la arboleda lo ocupa todo y hace necesarios los cortafuegos y los trabajos forestales encaminados a sanear el monte y regenerar la cubierta vegetal original.

LO MEJOR DE LA ETAPA

El entorno por donde se transita es de gran calidad paisajística, ya sea por los escarpados roquedos que franquean al río como por los pinares y bosques de ribera. El río tiene una rica fauna, destacando los abundantes peces y sus depredadores naturales. Los diques de contención juegan un importante papel en la regulación de las crecidas del río, pero son también un reclamo para los amantes de la fotografía y los bañistas locales.

Los diques

Distribuidos a lo largo del cauce del río de El Burgo, estas represas se construyeron con la idea de retener las fuertes crecidas de caudal en periodos de lluvias torrenciales. Hay que remontarse a unas torrenciales tormentas en 1906, para recordar las trágicas consecuencias de la riada que se llevó por delante varias casas, un molino y las huertas más próximas al pueblo. El desastre fue enorme pues perdieron la vida seis personas. Uno de los fallecidos apareció días después, aguas abajo y ya en el río Guadalhorce a la altura de Pizarra. Los diques que se ven desde el carril son el citado del Molino Caído, el del Nacimiento y el de la Hierbabuena. Hay además un par de azudes uno de los cuales, el azud largo, tiene acceso desde el sendero a la altura del primer dique.

DESCRIPCION DEL RECORRIDO

El carril terrizo del inicio se desprende del puente de la carretera A-366 (sentido Yunquera) y va en paralelo al río de El Burgo, por la orilla izquierda, orientado al oeste. A escasa distancia se deriva al sur el sendero que por el puerto de los Lobos se dirige a la zona recreativa de la Fuensanta, ofertado por el Parque Natural Sierra de las Nieves. Este tramo se utiliza al regreso.

Resulta plácido caminar oteando los abruptos canchales que bajan desde el tajo de Juan Martín, por donde va la serpenteante carretera a Ronda, y el bosque en galería; ambas imágenes componen una bonita estampa serrana. Al llegar a una peña rosácea elevada desde el mismo cauce hasta el carril, se ve abajo el llamado Dique del Molino Caído.

Las aguas que caen por el muro de unos 6 m de altura, alimentan otra charca muy frecuentada por los naturales en el periodo estival. Ahí mismo se deriva una acequia que, por la margen izquierda, se alterna con un sendero de ribera que fenece en El Burgo. A esta altura del trayecto, por encima del Dique y tras una densa chopera se adivinan las instalaciones de suministro de agua a El Burgo. En adelante, el camino se circunscribe a los meandros que dibuja el curso fluvial, en todo momento bajo el amparo del altivo tajo del Águila en el flanco sur.

Esos tubos elevados que se ven al borde del carril son los aliviaderos de presión de la conducción de agua. El siguiente dique divisable es el del Nacimiento. Tiene un muro de considerable altura y deja aliviar el agua por unos huecos distribuidos en la presa. En los momentos álgidos de crecida compone una foto espectacular si se encuadra el fondo con el tajo Corralón. Arriba de ese escarpe se emplaza el mirador del Guarda Forestal, una de las infraestructuras asociadas al Parque Natural Sierra de las Nieves, a pie de la carretera A-366.

Para refrecarse la mejor opción es parar en la fuente del Quejigo (km 5,7), recuperada hace escasas fechas, ya que durante el resto del recorrido no existen puntos de avituallamiento.

El siguiente hito de interés es el cortijo de la Hierbabuena, dedicado a la crianza de ganado caprino y ovino. Aún son visibles algunas huellas que delatan la importancia ganadera, es el caso de un señalizado aprisco de piedra conservado junto al río, en la orilla izquierda. El último dique es el de la Hierbabuena que durante el estío no retiene apenas agua, ya que la naturaleza caliza del terreno hace que se filtre en ese sector del río. Más adelante, cuando más cerca se circula de cauce, bajo una piedra brota el agua del nacimiento del Tajo del Fraguaron, aunque pudiera estar seco en función de la estación del año y el nivel de precipitaciones.

De la original dirección oeste, poco a poco se tuerce al sur y se abandona el trazado de los dos senderos GR. Ambos prosiguen por una vereda que se desprende a la derecha para remontar el arroyo del Sabinal o Lifa pasando por la ruinas de la torre de Lifa. La pista sube ahora decididamente hasta encaramarse, tras un pronunciado quiebro al norte, al puerto de la Mujer (km 10,2).

Se deja el ancho carril y se retoma la ruta por veredas (tramo El Burgo-Yunquera del GR 243), en dirección noreste, por encima de la loma divisoria del río de El Burgo y el arroyo de la Fuensanta, a la postre afluente del primero. Normalmente bajo el pinar, el sendero va unas veces por unas laderas o por las opuestas, dando vista a uno u otro valle, pero siempre muy cerca de la línea de cumbres.

Se pasan tres zonas de cortafuegos en las que la senda pasa al otro lado sin desviarse. Más tarde la propia vereda marca el límite del Parque Natural.

No se para de descender y se obvia un sendero sin señalizar a la derecha, pero la tónica general es la de un solo camino hasta el siguiente cruce, este sí señalizado, el puerto de los Lobos. A la derecha baja el Sendero de Uso Público de la Fuensanta, que como el GR viene desde el pueblo. Un corto descenso a la izquierda lleva al carril de inicio en el punto que se dijo, con lo que solo queda desandar el tramo final y terminar en El Burgo.