RESUMEN DE LA ETAPA

El perfil del recorrido es casi llano, aunque a veces se superan pequeñas cuestecitas que permitirán vislumbrar, tanto al norte como al oeste, la reciente implantación en el territorio de incontables generadores eólicos. Más agradecida es la panorámica que cierra el horizonte al sur y al levante, conformada por las formidables moles calizas del Paraje Natural Desfiladero de los Gaitanes y del abrupto conjunto montañoso de la Subbética malagueña, conocido como Arco Calizo Central.

Tanto la laguna de Camuñas como la del Cerero alimentan su vaso lagunar con las precipitaciones y escorrentías producidas en ciclos lluviosos, sufriendo periodos de estiaje y sequedad prolongado. En momentos de bonanza hídrica, se goza en su mayor plenitud de estos ambientes lacustres.

Estas fértiles tierras, convertidas en el granero de Málaga, han sido cultivadas por el hombre desde tiempos ancestrales. La necesidad de ganar dominios para aumentar las cosechas y la añeja idea, en estos tiempos ya descartada, de la insalubridad de las aguas estancadas, tuvo consecuencias trágicas para la biodiversidad con la desecación de muchas lagunas en toda la provincia.

En el trayecto no existen observatorios de avifauna al uso, pero algunas elevaciones próximas al sendero harán el apaño. Las dos lagunas se localizan mediante carteles informativos.

Lo mejor de la etapa

Aprovechando la extensa red de carriles que conectan los campos de labor y explotaciones agrarias del entorno, se tiene la oportunidad de conocer directamente dos de las trece lagunas de Campillos que, curiosamente, se hallan todas a escasa distancia unas de otras, en el sector suroriental del municipio. La ruta transita por un paisaje dominado por la llanura, entre campos de cultivos y pequeñas parcelas de olivar, salpicados acá y allá de minúsculas y suaves colinas donde se refugia la vegetación original.

Gracias a la conciencia ambiental de estos nuevos tiempos, cinco lagunas del entorno de Campillos han sido protegidas por la administración andaluza bajo la figura de Reserva Natural, lo que viene a asegurar la pervivencia y mejora de estos frágiles hábitats.

Vías pecuarias

Se tiene la enorme suerte de discurrir por caminos ancestrales cuyo origen, en muchos casos, se remontan al periodo de dominio romano. Las vías pecuarias han jugado un importante papel en el trasiego de ganados, sobre todo ovino, caprino y bovino, entre las regiones frías y templadas de nuestro territorio. También fueron canales para la distribución de mercaderías y tránsito de personas. El flujo de arrieros de un lado a otro y el encuentro en fondas y ventas del camino permitieron el intercambio de conocimientos, modismos y saberes en unos tiempos donde las tecnologías de la comunicación hoy conocidas, eran impensables.

Las vías pecuarias, en orden a su importancia y anchura se dividen en cañadas, cordeles, veredas y coladas. Los descansaderos, abrevaderos y majadas también forman parte del dominio público de estos viales.

DESCRIPCION DEL RECORRIDO

Partiendo de Campillos por la A-7286, a 2,9 km se tropieza a la izquierda con la pista terriza correspondiente con la Cañada Real de Ronda a Granada, señalizada con un cartel informativo. Por dicha vía pecuaria se empieza a caminar, justo en el lugar donde la Gran Senda de Málaga traza un fuerte quiebro (este-oeste) antes de seguir su camino hacia los embalses del Guadalhorce.

Tanto los almendros como los olivos, cada vez más pródigos, dominan el suelo sin menosprecio de las escasas encinas que aún sobreviven en los costados del camino.

No será nada extraño cruzarse con algún que otro conejo, abundante en estos pagos pertenecientes al coto de caza deportivo de Campillos. Tras dejar, a no mucha distancia, un ramal secundario a la izquierda, se une por la derecha la Realenga de Carratraca.

Se desecha el ramal que discurre junto al regato del arroyo del Barranco Hondo, fácilmente reconocible por la hilera acompañante de juncos, zarzas y tarajes, y se tuerce al noreste en busca de la laguna de Camuñas, entre una sucesión de colinas de pequeña monta subyugadas por el cerro Romeroso, de 552 m, ubicado algo más al norte.

En adelante, al nuestro lo atraviesa un camino perpendicular. Después de subir levemente y bajar de la misma manera, se llega a la altura de la laguna de Camuñas (km 1,9), que queda a la derecha de la Gran Senda de Málaga. En los márgenes de la Gran Senda abunda el matorral de jarillas, torviscos, estepas, tomillos y coscojas. Al cobijo de estos nidos de vida vegetal, proliferan los insectos que forman la base alimenticia de las pequeñas aves insectívoras asociadas a los campos cerealísticos y a los olivares del contorno.

Desde la mejor posición que permita el sendero se puede otear la laguna, cuya cubeta ocupa unas 3 ha. La presencia masiva de juncos y carrizos impide ver la lámina acuosa. La existencia de un antiguo canal de drenaje merma de manera importante su capacidad hídrica, por ello, algunos años no llega almacenar agua más que en contados días.

Ahora, tras subir una pequeña cuesta, se llega al hito 4 del recorrido, posicionado de manera privilegiada para otear el panorama circundante, sobre todo a las altivas montañas del Arco Calizo Central; así, al sur se avista la sierras del Huma y Valle del Abdalajís, mientras al este son las del Torcal, Chimeneas y de las Cabras las que marcan en el horizonte. Si se mira al sur y oeste, descuellan las sierras de Alcaparaín, Cabrilla, Prieta y el conjunto de elevaciones del Parque Natural Sierra de las Nieves, con el Torrecilla (1919 m) como máximo exponente altitudinal.

Se deja atrás este humedal y se continúa en dirección norte, siempre por el trazado de la Gran Senda de Málaga, en el tramo de Campillos a los embalses del Guadalhorce. A la derecha va apareciendo el cortijo del Cerero, también nombrado de Cerezo.

A continuación, dejando a un lado el acceso a la explotación agraria, contorneados por un grupo de cipreses, se entronca con el Camino de Campillos. Se deja pues la Realenga de Carratraca en favor del nuevo vial que sale a la izquierda, con clara dirección oeste. Recorridos poco menos de 600 m, se accede al perímetro norte de la laguna del Cerero, custodiada por una hilera de tarajes. Aquí acaba la ruta y habrá que desandar hasta el punto inicial, aunque sería posible avanzar hasta Campillos por el trazado del GR-249 o tomar el primer desvío a la derecha, a menos de 400 m, por el Cordel de Campillos a Antequera, que viene a cruzar la A-384 a la altura de la laguna Dulce (hito 10), aunque dada la peligrosidad que supone el intenso tráfico, es preferible ir en coche y estacionar en el aparcamiento señalizado para hacer uso del observatorio ornitológico habilitado para tal fin.

Para visitar las otras tres lagunas del entorno, la de Capacate (hito 7), Redonda y Salada, se debe utilizar el vehículo. La primera se halla a escasos metros del inicio pedestre de esta ruta, en frente, junto al punto kilométrico 11 de la A-7286 en dirección a los embalses. La Redonda (hito 8) se ubica junto a dicha carretera, a la altura del km 12, en dirección a Campillos. Cuenta con aparcamiento y punto de observación.

Finalmente, para visitar la Salada (hito 9) se recorrerán unos 500 m desde la anterior, en sentido noroeste, hacia Campillos, para tomar un carril en leve subida hasta el altozano donde se ensancha.