Síguenos en redes sociales:

Málaga de un vistazo

¿Y la primavera?

Le he preguntado a un paleño singular: Sr. Antonio el de Zafarraya, que cuándo llegará, de verdad, la primavera y él, sin mirarme, me ha contestado: «Ya mismo». Cierto que ni mi amigo se llama Antonio -su abuelo sí- ni él nació en Zafarraya, pero los de mi barrio, puestos a ahorrar, hasta en motes.

Como le conozco desde que era un mozo, insisto: «¿No me da ni una pista, amigo?» y, sin inmutarse, me contestó: «Pa qué, al final llegará, usted estornudará todo el día y, los demás, nos hartaremos de ella».

El mundo debería estar lleno de gentes cabales, como mi amigo el marengo, que sólo sueña con poder terminar su jábega Mª del Carmen, botarla -con ayuda de su compadre, Perico El de Comares- subirse los dos a ella y lanzar las cenizas de la niña de sus ojos, allí, tras el roqueo, donde el horizonte se hace Paraíso y después€ Bueno, después harán lo que les apetezca.

Porque, la auténtica gente de la mar es así: honrados y libres como las olas que les rodean. Tienen en la familia su palo mayor y, como capitana, su Virgen del Carmen. El resto les sobra.

Si oyen a un político prometiéndoles el oro y el moro, arquean las cejas y les sonríen, como si la promesa que les acaban de hacer, se la creyeran.

Ya tenemos Papa y se llama Francisco. No sería extraño si detrás de las cortinas no viviera el anterior, Benedicto. Nada que objetar, aunque a los que lucimos canas nos cuesta acostumbrarnos a tantas novedades.

Siempre se ha dicho: A rey muerto, rey puesto. Pues no, no señor, aquí no hay muerto a quien rezar, sólo un anciano que estaba hasta la cocorota de ver y oír tonterías. Con todos mis respetos, suerte a los dos.

Pulsa para ver más contenido para ti