Opinión | Zona Press

El COVID vuelve por Navidad

Cuando parecía que olvidábamos esta maldita cruz que nos ha tocado vivir, cuando nos estábamos olvidando de ella y relajando las medidas básicas para convivir con ella, aparece una nueva cepa del dichoso COVID muy contagiosa y nos da un vuelco a la vida. Es cierto que algunos dicen que es menos peligrosa, que los síntomas no son tan graves y que parece que los hospitales no quedarán colapsados. Tan cierto como que las reuniones de amigos o comidas de empresa tan típicas por estas fechas se están suspendiendo y necesitaremos llevar el pasaporte COVID para entrar en bares y restaurantes. Esperemos que esto anime a más gente a vacunarse y que las familias no tengan miedo a vacunar a sus hijos. Por desgracia, ahora sí que es más fácil que haya gente de tu entorno contagiado y teniendo que guardar cuarentena.

En el deporte, el daño que está haciendo está siendo muy grande. En muchos países se vuelven a disputar partidos con las gradas vacías por precaución. Pero es que el bicho ha llegado a los vestuarios de los equipos debilitando a las plantillas a pesar de que posiblemente el 99,9% de los deportistas está vacunado. Pero el hecho de estar vacunado no te elimina de la posibilidad de contagiarte. Y, aunque es muy injusto, todavía los equipos de fútbol si tienen varios casos de COVID, pueden organizarse para sacar una alineación en el partido que le corresponda puesto que normalmente suelen tener en plantilla unos 24 jugadores. Incluso muchos tienen equipos filiales semiprofesionales, o más bien profesionales ya. Pero en un equipo de baloncesto el daño que hace perder a varios jugadores por confinamiento es terrible. Las plantillas son mucho más reducidas y los equipos filiales, si los tienes, no suelen ser profesionales. Por eso en nuestro deporte comienzan a aplazarse partidos por este motivo con el perjuicio que implica a la competición porque ya hay equipos que han disputado más partidos unos que otros.

¿Cómo controlar esto del COVID? ¿Cómo evitarlo? Pues es muy difícil, prácticamente imposible. Los deportistas deberían vivir en una urna e, incluso así, existiría una posibilidad de contagio. Estamos en manos de la suerte. Sí, parece de risa pero es así. Imaginaos el dinero que hay en juego, las horas de pabellón, las ilusiones, estrategias, ambiciones... todo en manos de la suerte. Y no hablamos de la suerte de si entra o no una canasta, que eso está dentro del guión de saber que esto es un juego. Hablamos de la suerte de que tu equipo tenga la potra de que no se vea afectado por el COVID. Pensar por un momento el desastre que puede ser para un equipo profesional no entrenar durante 10 días por confinarse mientras que sus rivales siguen entrenando o compitiendo. O perder a varios efectivos por este motivo aunque el resto del equipo siga entrenando. En el caso de equipos de baloncesto perder a tres o cuatro jugadores por 10 días es casi no poder entrenar.

Y si no se puede entrenar, ¿cómo se va a poder competir? Por eso creo que si un equipo de baloncesto tiene algunos jugadores afectados por COVID deben aplazar sus partidos. Regular esto es muy difícil, eso lo entiendo. No sabría decir si es mejor parar toda la liga hasta que todo se normalice para que todos los equipos partan con las mismas posibilidades, o es mejor lo que se hace, que se jueguen los partidos que se puedan y se aplacen aquellos en los que participan equipos con algún caso de confinamiento, sabiendo que esto implica jugar partidos entre semana que no ayuda a que el público se acerque a los pabellones y dificulta el seguimiento de las competiciones. Las personas que dirigen las competiciones están mucho más preparadas que nosotros para saber qué es lo mejor, tienen mucha más información y conocen mejor el calendario y, en base a todo esto, toman deben tomar la mejor decisión, se supone.

Lo que sí parece ilógico es que se obligue a jugar a equipos con bajas por COVID, ya no solo porque es muy difícil prepararse para el partido si no entrenas, si no que debilita a los equipos restando posibilidades de victoria.

Ya os digo, no sé cuál es la mejor solución pero algo se debe hacer mientras esta pandemia no desaparezca y, por lo que se ve, esto va para largo.