Opinión | Dipinto di blu

Como Dios manda

Mi padre me enseñó de qué iba esto del fútbol sin saber que mi vida acabaría girando en torno a la pelota

‘La Guedeneta’ vuelve a jugar en casa ante el líder de Segunda, la SD Eibar.

‘La Guedeneta’ vuelve a jugar en casa ante el líder de Segunda, la SD Eibar. / Gregorio Marrero

Si sois asiduos a este periódico, que ha sido, es y será mi casa, es posible que te suene mi nombre o mi apellido, pero ahora que cambio las páginas principales del Málaga CF por este nuevo rincón en la contraportada creo necesario presentarme y hacer las cosas como Dios manda.

Desde bien pequeña mi padre me enseñó de qué iba esto del fútbol sin imaginarse que mi vida acabaría girando en torno a la cancha y la pelota. Cuando llegó el momento, en casa se tomaron bastante bien mi decisión de estudiar periodismo, no sé si fueron más ilusos mis padres o yo misma. Todo lo bueno que me ha dado la profesión supera a los sinsabores, sigo manteniendo que no me equivoqué pero después de diez años, y bastante a regañadientes, en cierta medida me veo obligada a darle la razón a mi profesor de Literatura Universal de bachillerato.

Debuté en la prensa escrita en este mismo diario que ahora tienes entre las manos o en la pantalla de tu móvil y después de tres temporadas «cedida» en Turín, entretenida con la Serie A y con la UEFA Champions League, regresé a casa por partida doble: a Málaga y a La Opinión.

Cuando me fui a Italia me dejé al equipo de mi ciudad en Primera División, jugando contra los mejores equipos de España, compitiendo mejor o peor con ellos, pero entre los más grandes.

A la vuelta me encontré La Rosaleda patas arriba: otros jugadores, otra categoría… Lo único que se mantenía tal y como recordaba era la ausencia del presidente.

Todo lo que ha sucedido después es de sobra conocido por todos y no quiero empezar recreándome en lo negativo. Justo hoy, ‘La Guedeneta’ vuelve a jugar en casa ante el líder de Segunda, la SD Eibar, con el mayúsculo reto de dar continuidad a las buenas sensaciones y buenos números conseguidos desde que el argentino llegó a Martiricos hace tres semanas largas.

Y aunque mi pasión por el fútbol y por todo lo que tiene que ver con el Málaga CF son los motivos por los que ahora puedo disfrutar este espacio ahora los voy a dejar en segundo plano. Hacer las cosas como Dios manda también es rebobinar para agradecer a toda la gente que me ha acompañado en el camino que hoy me lleva a estas líneas. A los mandos de todo esto seguirá Emilio, un profesional sin rival cuando hablamos del Unicaja. De su esfuerzo superlativo vive la sección de Deportes. También os dejo en las buenas manos de Manu, compañero de fatigas y de decepciones blanquiazules -que también han sido demasiadas desde que nos incorporamos juntos a esta aventura.

Ahora llega Beatriz con unas ganas de sentir y vivir el deporte muy similares a las de la Mar que se fue a Turín a dar rienda a su irrefrenable pasión por el calcio y el Toro.

Pero Deportes también son los domingos con Fran, el olimpismo y la futura Davis de Fer, comentar las tragicomedias futboleras de la tele con Javi y las galerías de partido con Miguel e Ignacio. Y aunque no sean estrictamente de Deportes con Eduardo y Antonio las penas han sido menos penas y las alegrías se han maximizado hasta llorar de la risa.

Podría pedir tres o cuatro páginas más para agradecer uno a uno a todos los compañeros que trabajan a diario en Salvago pero la Biblia ya la han escrito y no creo que necesite una reedición a la malagueña. ¡Hasta la semana que viene!

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