Viento fresco

Mal momento para Espadas

Los detractores del secretario general del PSOE andaluz se organizan y crecen. Las primarias han ido mal para el oficialismo

El secretario general del PSOE de Andalucía y presidente del Grupo Parlamentario Socialista, Juan Espadas

El secretario general del PSOE de Andalucía y presidente del Grupo Parlamentario Socialista, Juan Espadas / Europa Press

Jose María de Loma

Jose María de Loma

Malos momentos para Juan Espadas, secretario general, que no líder, del PSOE andaluz. El CIS de la Junta, (como de todos los cíes no hay que fiarseni un cabello) le pronostica una caída importante, pasando de 30 escaños a 22 ó 23, descenso que aunque pudiera estar cocinado, huele a lo que se huele en la calle, los mentideros y los foros socialistas: van cuesta abajo. Pero es que además de la encuesta, resulta que Espadas se ha dado «un baño de realidad» con las primarias. Entrecomillo la expresión que todas las fuentes socialistas están utilizando y que ya ha salido negro sobre blanco en más de un diario, digital o chiringo informativo. Sin duda, es una muletilla del argumentario de los críticos.

Ese baño lo ha sufrido en lugares como Córdoba, donde el candidato espadista, Antonio Hurtado, ganó por la mínima, con un 54% frente a una desconocida. No mejor le fue en Écija, Cádiz, Almonte, Nerja y muchos lugares más, donde sufrió derrotas, pirriquismo o victorias con inesperados altos porcentajes enfrente. Queda un partido herido en no pocos sitios. A Espadas lo están esperando con la alfaca. Lo susanistas, los resentidos, los que nunca vieron bien su liderazgo. También veletas, ofendidos o simplemente militantes o dirigentes de buena fe que creen que con él no arde el puro. Ellos sin embargo están que echan humo.

Su oposición a Juanma Moreno se percibe volátil, ora pactista, ora firme, a veces corresponsal de Sánchez, a veces rehuyéndolo. Espadas está en segundo de Javier Arenas, una semana dos provincias, aquí voy y aquí hago una propuesta y allá la meto un viaje a Moreno.

El péndulo y las tendencias políticas no le acompañan. La mayoría del PP está bien (y muy recientemente) cimentada. La inercia social ahora para él es viento en proa a poca vela.

Las municipales son la meta volante, el examen, la reválida, la tumba. Quién sabe. La resurrección, quizás, aunque poco probable. Un mal resultado global lo pondría en un brete y todos los partidarios de sustituirlo se coordinarían. Aunque deberían ponerse a trabajar en las generales.

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