La Libreta del Duque de Chantada

¡Trata de arrancarlo, Ibon!

Ibon Navarro aplaude a sus jugadores en el Unicaja-Lenovo Tenerife.

Ibon Navarro aplaude a sus jugadores en el Unicaja-Lenovo Tenerife. / Gregorio Marrero

Mel Otero

Mel Otero

El 24 de noviembre de 1998 Carlos Sainz y Luis Moya se quedaron a solo 500 metros de ganar el mundial de rallies. Habían completado todos los tramos cronometrados y sólo había que cubrir un tramo de enlace para cruzar la línea de meta y ganar su tercer título mundial, pero a 500 metros del final el coche se paró. La impotencia de ambos provocó una de las reacciones más descorazonadoras de nuestro deporte cuando Luis Moya de bajó del coche, se quitó el casco y gritó: ¡Trata de arrancarlo, Carlos! ¡Trata de arrancarlo, por Dios!

Unicaja no está tan cerca de la meta, está prácticamente en la salida, pero el coche no acaba de arrancar. Hace 1.477 días mi artículo semanal en este mismo periódico comenzaba de esta manera, solo cambiando el nombre del entrenador en el titular. La situación del equipo no es la misma, ni de lejos, ni tampoco la de la sociedad que vivimos, ya que después de la pandemia, todos nos hemos vuelto un poco más disfrutones y más pacientes.

El equipo no está bien, no es ningún secreto, y también es verdad que no existen dudas sobre el desarrollo de la temporada, ni sobre el proyecto. Es cierto que el año pasado había que empezar muy fuerte por la previa de la BCL y la necesidad de victorias del equipo. Ese esfuerzo inicial lo pagó la escuadra de Ibon Navarro al final de temporada donde en muchos partidos tuvo que luchar más allá de su límite físico.

Este año, con la clasificación para la Copa y metidos ya en la Basketball Champions League se puede planificar con más tranquilidad y buscando encontrar el mejor momento del equipo a partir de febrero, donde se juegan los títulos. Es el «Método Scariolo» que tantas veces hemos visto en la selección española, comenzar despacio para estar al máximo en los momentos calientes de los campeonatos.

Siendo esto cierto, hay algunos detalles que me preocupan. Aquel lejano 27 de septiembre de 2019 cuando escribí el articulo original veníamos de perder ante el Manresa en el Nou Congost con el posteriormente cajista Frankie Ferrari como brazo ejecutor. Llamábamos la atención a que el base rival siempre era siempre el mejor jugador de nuestro rival, siempre realizaban sus mejores anotaciones contra Unicaja, y eso que estaba Alberto, entre otras cosas porque la defensa del perímetro, como las demás, no es cuestión de un solo jugador. Luis Casimiro no fue capaz de corregir esa dinámica en toda la temporada, y así nos fue.

La pasada temporada, el equipo demostró, sobre todo, un carácter indomable en los finales del partido. Si los partidos llegaban igualados al último cuarto, los rivales sabían que perderían ese partido.

Esta temporada eso no sólo se ha perdido, sino que la sensación que me transmite el equipo es que sus últimos cuartos son casi siempre los peores del partido. Es muy pronto para sacar grandes conclusiones, y más aún con la racha de lesiones interiores que ha sufrido el equipo, pero si es tiempo de evitar que los pequeños problemas crezcan y se hagan crónicos.

La temporada pasada es inigualable, todos los sabemos, pero el equipo necesita una gran temporada para consolidar lo conseguido, que es muchísimo. En cinco días comienza la BCL con la visita al Falco Szombathely en tierras húngaras, una competición que podría ser la gran alegría de esta temporada.

Mañana visita el Martín Carpena la Penya. El Joventut viene de jugar un duro partido con prorroga incluida ante el Olimpia en Eslovenia. Una ventaja para los verdes que llevan toda la semana preparando el encuentro y que deben empezar a imponer su ley como locales para ir creciendo en la temporada. Suerte…